UN DÍA CON LA ALCALDESA
UN DÍA CON LA ALCALDESA
Era temprano para ser una mañana cercana a la bienvenida al verano. Los mástiles del puerto se mezclaban con el tintineo de las sombrillas de las cafeterías preparadas para los primeros madrugadores.
Un grupo de niños inundados de jolgorio correteaban frente al Teatro Romano impacientes por entrar. “Todavía nos queda un rato, hemos llegado demasiado pronto”, les decía esa profesora con la paciencia que a estas alturas del curso le quedaba.
Y entonces miraron hacia arriba, a lo más alto de nuestro Palacio Consistorial, y dedicaron su tiempo a fotografiarse en grupos variopintos en las escaleras que dan la bienvenida a nuestra joya modernista de ésta, nuestra ciudad trimilenaria.
Yo estaba allí, observadora de todo lo que ocurría, viendo fotógrafos colocar sus trípodes y a personas que desconocía, pero que se saludaban ilusionados junto a la directora del Teatro Romano.
Un abuelo simpático me preguntó que si estaba la televisión y que qué sucedía. Yo le hice un gesto con mi dedo índice a modo de silencio, y le confesé en voz baja: “soy una infiltrada, he venido a observar y contar todo lo que se cuece por aquí”
Sonrió, me soltó un par de piropos y continuó su camino.
Y esto me ocurre a menudo, digo la verdad y no me creen. Ja, ja.
Bueno, infiltrada no es la palabra. Lo que soy es muy curiosa y muy valiente, a veces, claro.
Un día me dije, y es que yo hablo mucho conmigo misma, “ Eva, has estado tomando café en casa de nuestra escritora más longeva, viendo trabajar a tu escultor favorito en su casa, te has “colado” entre los barcos de los pescadores a primera hora de la mañana, has recorrido la vida de tus actores de teatro favoritos, has ido a ver grabar en su estudio al bajista de El último de la fila, te has subido en un coche con un cartero rural y has pasado una jornada laboral con él…..”
“Atrévete Eva “, le dije a esa otra yo que se vuelve tímida e insegura.
“Pero, es que esto me parece un poco…”, me contesté.
Y de repente allí estaba, contándole a nuestra alcaldesa que no me gustaba la política, que ni entendía ni quería entender, pero que me moría por pasar una jornada con ella.
Ole y ole,” casi na”, jaja.
Y bueno, aquello no fue inmediato, pero cuando cuadramos agendas y Ruth, un encanto de chica y profesional localizó el día idóneo, nos encontramos para compartir una jornada cuanto menos curiosa, que a mí me llenó de experiencias y me permitió reflexionar sobre muchas cosas.
Compartí una jornada maratoniana con Noelia Arroyo, nuestra alcaldesa, que dicho sea de paso no fui capaz de terminar, pues se alarga hasta largas horas de la noche.
Creo que le hizo gracia mi sinceridad al decirle que no me gusta la política, que no me identifico con ningún “color”, que de lo que no sé no opino y que igual me lapidaban por escribir este domingo sobre algo que siempre dije que….
Pero, ¿no os parece una experiencia maravillosa?.
Confirmé de primera mano lo que ya percibía desde fuera, que Noelia es una persona cercana, agradable, interesada porque todo fluya. Y como ella dice, la clave de todo es la PLANIFICACIÓN.
Con planificación, mucho trabajo, esfuerzo, exigencia y labor de equipo se puede avanzar. Y, por supuesto, estando preparada para solventar los imprevistos.
A mí con la política me ocurre como con el vino, no entiendo, pero sé si lo que estoy probando, viendo y viviendo me gusta o no.
Y a mí, para que os lo voy a negar, Noelia me parece cercana, con las ideas claras, trabajadora, valiente e ilusionada en sus proyectos.
Me ha gustado mucho verla trabajar tan de cerca, sus gestos, sus detalles invisibles cuando ya no queda nadie que los observe.
Esa mañana la agenda de primera hora estuvo muy orientada al ocio, a la cultura y como consecuencia al turismo, a potenciar la ciudad, a abrirla aún más al mundo.
En el Teatro Romano tuve la suerte de escuchar atenta, cómo el turismo es clave para nuestra ciudad. Y que este lugar va recuperando aquellas visitas grupales que se perdieron hace un tiempo, que regala historia auténtica a todos los que vienen. Sé que tuvieron una reunión productiva, sé que fue dirigida a dar visibilidad a nuestro patrimonio, y sé que nuestra ciudad ocupará el lugar que merece.
Y fui muy afortunada aquella mañana, es cierto que me citaron en un día de esos que me inundan los ojos de alegría.
Subimos al coche en dirección a un lugar privilegiado, protagonista el pasado fin de semana de un espectáculo sin precedentes, Rock Imperium.
De camino tuve la suerte de hablar con Juan, el chófer más simpático que he conocido jamás. Bueno, ahora que lo pienso, el único. Creo que ha sido mi primera vez, jaja.
Y aunque Noelia insistió en ir caminando, la verdad que solo por conocer a Juan que estaba cubriendo unas vacaciones y me dijo lo torbellino que era Noelia y su inagotable energía en sus jornadas maratonianas, mereció la pena.
¿Sabéis la sensación tan extraordinaria que fue observar a tanta gente aunando sus fuerzas para que este evento fuera un éxito?
Es importante ver las cosas desde dentro, la perspectiva cambia mucho.
Más de quinientos puestos de trabajo directos y casi otros mil indirectos fueron los que consiguieron que ese escenario brillara con luz propia.
Un proyecto que durante años, Juan Antonio Muñoz, director del festival, soñó hacerlo realidad aquí, justo donde ocurrió. Y un día, alguien le escuchó.
Tuviste mucha suerte amigo, tuvimos mucha suerte todos, de que ese día alguien con ganas de avanzar te escuchara.
Y fue un lujo pasar un ratito junto a este emprendedor de la localidad de Alhama de Murcia, con ese brillo en los ojos, con esa ilusión desbordada, imaginando el disfrute de tantas y tantas personas.
¿Sabéis que la seguridad interna del evento era la misma que llevan los Rolling Stone?
¡Ayyy, la seguridad, cuánta polémica ha provocado y qué bien salió todo!.
Y nos hemos dado cuenta de que necesitamos más hoteles, que hay quien cuenta que ha dormido en el coche, aunque haya merecido la pena.
Como dice mi amigo Bartolomé Vera, gerente del hotel Los Habaneros y presidente de la Asociación de hoteleros de la Región de Murcia, muchos de los que han disfrutado de este festival, volverán el próximo año, incluso a visitar y conocer mejor nuestra ciudad.
¡Claro que necesitamos más plazas hoteleras!, ¿sabéis por qué? Pues porque la ciudad está resurgiendo, y pese a las adversidades, poquito a poco se están llevando a cabo muchos proyectos que van a regalarnos una ciudad cosmopolita que brille con luz propia.
Os he dicho que observé a Noelia de cerca y de lejos. Y que es cercana, y que es, como dice ella “permeable”, y eso me gusta.
Hacía calor, Juan esperaba en el coche y yo me acerqué a acompañarle. A esperar a nuestra alcaldesa despedirse de los chicos que trabajaban duro al sol. Enviar una sonrisa de agradecimiento al personal que acompañaba al director del evento para que nada fallara. Atender, en definitiva, a los de “a pie”, a esos que siempre pasan desapercibidos y para quienes un gesto agradable es un reconocimiento a su trabajo.
Y continuamos nuestro camino hasta un lugar que me encanta, la radio. Una entrevista muy completa donde fue un lujo observar y escuchar a entrevistadora y entrevistada.
Provincialidad de Cartagena, Mar Menor, altercado policial, Rock Imperium….
¡Un gusto escucharlas!, y si quiero destacar algo, es que me encanta la gente que contesta sin rodeos, segura y sobre todo con realismo.
Haceos una reflexión. ¿No os ha pasado nunca que cuando preparáis un evento familiar o pensáis en acometer una reforma en vuestra casa, surgen imprevistos y se alargan los plazos que habíais planificado inicialmente?
Lo que pienso es que no debe ser nada fácil controlarlo todo, hacer que todo sea perfecto. Hay que ajustar presupuestos, hay que priorizar, no depende sólo de una persona, en un año no se puede hacer magia, porque creo que ni Noelia, ni el resto de los representantes de todos los partidos políticos tienen una varita mágica.
Nuestra alcaldesa reconoce que no está siendo una legislatura sencilla. Las consecuencias de una pandemia, la crisis de suministros, la guerra de Ucrania…. Ella dice, “pensábamos que 2022 iba a ser un año de recuperación y se ha convertido en un año de crisis”.
Hablamos sobre la subida de la luz, los impuestos elevados, la complicación cada vez mayor de llenar la cesta de la compra.
Me gusta de ella su valentía y la capacidad de no decaer. Dice que no está en sus planes, que es humana, pero muy luchadora, y que trabajar en esa situación de tensión incluso le ayuda a tener fuerza y objetivos más claros.
La planificación es para ella lo más importante para tener claro el camino a seguir. Y me dice que como en nuestra vida cotidiana, surgen problemas extraordinarios, y este año por desgracia se están acumulando demasiados.
A mi pregunta de “¿cómo es posible llegar a todo?”, su respuesta es clara. Atender los problemas extraordinarios sin distraerse de la planificación.
Me cuenta muy ilusionada que existe una hoja de ruta para una nueva y gran transformación de la ciudad.
Con Cartagena ciudad europea del deporte, actos culturales que generan industria, el proyecto del Espacio Algameca, el plan de movilidad….
Y por supuesto, luchando porque el Mar Menor sea declarado zona catastrófica. Porque me cuenta que sólo así, y con la actuación de todas las administraciones podrán avanzar en algo tan importante. Que necesitamos medidas urgentes y de prevención.
Ha habido algo que me ha gustado, y es saber reconocer que hay cosas queno llevan el ritmo que deberían, como la limpieza en barrios y diputaciones, el avance lento de las infraestructuras para que las familias disfruten de jardines….
Dice que no está especialmente contenta, pero que todo está planificado para ser llevado a término.
Tengo que deciros que he estado muy cómoda, que he vivido ratos muy agradables, que no me he reprimido de preguntar nada, que he subido por esas escaleras de alfombra roja y he pensado que es un lujo ese entorno de trabajo, pero que no me pondría en la piel de nadie que trabaje aquí.
Me siento muy agradecida, porque yo pasaba por aquí, y me han recibido con los brazos abiertos.
Ha habido conversaciones, momentos de curiosear todo lo que ocurría por allí, complicidad, risas y una experiencia que ya me guardo para siempre. No ha habido tiempo ni para un café, j aja.
Gracias por esta intensa jornada que no fui capaz de acabar, gracias por la generosidad del equipo, gracias por tu cercanía, Noelia, y gracias a todos vosotros un domingo más por estar a mi lado.
Y voy a terminar con una frase de alguien a quien quiero de una manera especial, y que al recibirla hizo que me despojara de mi inseguridad a compartir esta experiencia con vosotros:
“Eva, quien interprete tu artículo de hoy en clave ideológica o política, es que aún no ha entendido el espíritu de LA VENTANA DE EVA”
FELIZ DOMINGO
EVA GARCÍA AGUILERA