Rincón Literario de Paco Marín: “El diario de un hombre que era dos hombres”
TÍTULO: El diario de un hombre que era dos hombres
AUTOR: José Terradas Carrandi
EDITA: menoscuarto (2020)
Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 14 x 21 cm. Número de páginas: 152. PVP: 15,90 €. ISBN: 978-84-15740-64-3
XII Premio Tristana de Novela Fantástica
¿Cómo reaccionaría usted si una mañana al mirarse al espejo viera que el rostro que tiene enfrente no es el suyo?
El diario de un hombre que era dos hombres recrea una historia que otros plantearon tiempo atrás. Por ejemplo, Louis Stevenson con “Doctor Jekyll y Mr Hyde”. José Terradas plantea una inquietante trama situada en nuestra época.
Posiblemente el autor, consciente o inconscientemente, ha querido trasladarnos un problema de quimerismo: «Condición genética que hace que los genes de los hermanos gemelos nonatos se ‘mezclen’ con los del bebé que sí terminó de formarse en el útero y que finalmente nació». ¿Pudiera ocurrir que en un momento dado los genes del no nacido quisieran hacerse presentes?
Julio Julio Spencer se mira en el espejo una mañana y percibe que, a pesar de que su rostro continúa siendo el mismo, hay algo inédito en él. Una discrepancia casi imperceptible que, si bien pasa inadvertida para el ojo ajeno, constituye la negación de su propia persona. Temeroso de que otros puedan descubrir su secreto, decide recluirse en su hogar tratando de no levantar sospechas, fingiendo normalidad, fingiendo ser él mismo. Lo que en un principio parecía locura se va transformando en realidad implacable: hay un ser oculto en el cuerpo de Julio Julio. La historia, escrita en forma de diario, revelará la batalla psicológica del hombre con su doble, es decir, consigo mismo, con su naturaleza o, lo que es igual, con la muerte.
Desde el momento en que el protagonista Julio Julio hace este descubrimiento lleva a cabo una lucha interior titánica para evitar que su doble se apodere de él.
Magistralmente escrita nos atrapa desde el primer día del diario… sufrimos con él y con él intentamos percibir todos los recovecos de esa doble personalidad que, supuestamente, convive con él. Una historia fascinante, inquietante y, por momentos, repleta de misterio... Pasen, lean y sufran…
José Terradas (Camagüey, Cuba, 1976). Es Licenciado en Letras por la Universidad Central de Venezuela, donde trabajó como profesor, y Master of Arts in Spanish por la Universidad Internacional de Florida. Ha publicado numerosos artículos de análisis literario en revistas de Venezuela, España y Estados Unidos. Ha sido finalista y ganador de varios concursos de relatos y su primera novela, El diario de un hombre que era dos hombres, resultó ganadora del XII Premio Tristana de Novela Fantástica, convocado por el Ayuntamiento de Santander.
José Terradas nos recibe en Miami… Gracias
P.- Por favor, presente a José Terradas Carrandi
R.- Un tipo muy inculto al que le cuesta un montón escribir una hoja que más o menos sea presentable.
P.- ¿Desde cuándo escribe y por qué?
R.- De chamo me impresionaron los libros de los presos políticos cubanos, sobre todo los de poesía. Me quedaba hasta tarde en la noche tratando de imitarlos. Eso me duró años. En la universidad y después de ella, escribí unos cuantos artículos de investigación, esos ladrillos con pies de páginas y bibliografía interminables en los que uno insinúa que sabe bastante sobre la materia. Aunque los publiqué todos y admito que me gusta investigar, en algún momento sentí que se trataba de un código. Un código académico, si se quiere. Una vez que lo aprendes, entras en las revistas arbitradas. Yo lo aprendí rápido.
Ahora, escribir artísticamente… Ya eso es otra cosa. Es lo más difícil que me ha tocado. Seducir, encantar, mantener a alguien leyendo… No porque necesita tu información para una tesis o un estudio sino por puro gusto… Repito: es otra cosa.
¿Saber por qué lo hago? No, no lo sé. Solo alcanzo a entrever que es una necesidad ética y estética.
P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace El diario de un hombre que era dos hombres?
R.- Un día me vi en el espejo y mi reflejo (¿?) hizo algo que yo no estaba haciendo…
Le conté el suceso a uno de mis hermanos, que es psicólogo, y casi le da un patatús. Yo, en vez de volverme loco, escribí un cuentico llamado El intruso y después El Diario.
P.- ¿Cuál ha sido su base documental... si la hubiere?
R.- El Horla de Maupassant. Ahí está la base científica e histórica. Jeje. El Diario es una burda imitación de El Horla. La base psicológica, aunque es mía, tuvo el asesoramiento de un amigo corrector, Víctor Mosqueda Allegri, quien también es psicólogo y a quien, sin permiso, metí en el paquete. Quedó ficcionalizado en el prólogo y en el epílogo.
P.- En algún momento de su vida ¿le hubiera gustado ser otra persona?
R.- ¿Ser otra persona? No. Uno tiene que quererse incondicionalmente. Me pasa mucho con una rodilla que me operaron dos veces. No la cambiaría nunca por una perfecta.
P.- ¿Qué le ha supuesto ser el ganador del XII PREMIO TRISTANA?
R.- Una alegría contenida. (Mis alegrías son muy privadas y efímeras. Mi atención siempre está dirigida a lo que estoy escribiendo en el momento. Lo demás es agua pasada). Una comprobación: la de que uno aprovechó el tiempo y no estaba tan equivocado.
Agradezco mucho al jurado, al Ayuntamiento de Santander y a Ediciones Menoscuarto por haberse fijado en mí.
P.- ¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos? ¿Tiene algún referente en la literatura?
R.- Pienso que uno podría pasar por la vida leyendo solo a esa cosa que llamamos Homero, a los trágicos, el Cid, La Celestina, el Quijotey a Borges. Y creo que no alcanzaría el tiempo.
No tengo autores favoritos ni admiro a nadie. Es extraño, pero así es. Me resulta curioso esos escritores que citan una retahíla interminable de autores admirados o seguidos. Yo doy traspiés con las referencias, se me van de la mente, me pierdo, me caigo, me doy un mameyazo, termino hecho un pastel... No sé cómo pasé por académico alguna vez. En realidad, considero que he leído muy poco y que casi todo se me ha olvidado. Lo que sí puedo decir es que respeto cada libro que cae en mis manos y lo leo con atención.
P.- Como lector, prefiere: ¿libro electrónico, papel o audio libro?
R.- Papel. Pero tengo dos kindles (lo sacan a uno del barro en ocasiones). Años atrás, un amigo me pasó unos cuentos de Emilia Pardo Bazán en audio. Son fenomenales para escuchar en la oficina, mientras todo el mundo piensa que uno está trabajando. (De ser delatado, diré que esto es una falacia). Los disfruté mucho.
P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo?
R.- Releyendo El Quijote.
P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
R.- En Estados Unidos no hay tiempo para nada. Escribir es un lujo. Así que escribo donde sea y como sea. Llevo mi laptop de aquí para allá. Estoy convencido de que los guardias de seguridad de mi trabajo pensarán que soy un loco, pues, de lunes a viernes antes del amanecer, me ven metido en mi carro con la computadora prendida. Me hace gracia.
Aclaro que no sé de dónde salen las ideas, pero no creo en la inspiración. Sí creo, y mucho, en el trabajo de culo. Es decir, en sentarse a trabajar por horas hasta que algo bueno (o más o menos aceptable) salga. Si nada bueno sale, siempre es recomendable borrar todo y volver sobre el camino rocoso. Uno va desarrollando un callo.
P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer El diario de un hombre que era dos hombres?
R.- No, no podría. No soy buen vendedor. Y si lo intento, quizás logre todo lo contrario. Nadie tiene que leer El Diario. Lo que me gustaría que supiera la gente es que me costó trabajo escribirlo, que fue un esfuerzo grande, que es una propuesta seria (dentro de mis posibilidades) y que estaría muy agradecido de que se leyera y se criticara. Crítica desnuda, me refiero. Las flores son bonitas y reconfortantes, pero no sirven de mucho.
P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
R.- Mis planes siempre son los mismos: ser una buena persona, no volver a vivir en una dictadura y terminar de escribir honestamente la idea que tengo en la cabeza.