Rincón Literario de Paco Marín: “Hierba de Brujas”

TÍTULO:     Hierba de Brujas

AUTOR:     Toti Martínez de Lezea

EDITA:       erein (2019)

Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 16 x 24 cm. Número de páginas: 304. PVP: 20,00 €. ISBN: 978-84-9109-502-6

Hierba de brujas redactada con una prosa densa, clara y sin artificios. Lectura cómoda, con pocos diálogos y un relator omnisciente. La autora mezcla personajes reales con otros de ficción, perfectamente descritos y con detalles precisos y preciosos. Perfectamente descritos los dos personajes principales: Bernabé y la joven Loredi.

Lectura totalmente recomendada… aprenderemos mucho sobre “¿brujas?” y composiciones medicinales y no medicinales a base de hierbas.

La llamada “caza de brujas” se desató en Navarra a comienzos del siglo XVI. Entre 1525 y 1527, todos los pueblos y aldeas de los valles de Erronkari, Zaraitzu, Aezkoa y Erro recibieron la visita de jueces civiles que llevaron a la hoguera y a la horca a más de cien personas, mujeres y hombres, y al exilio o a la cárcel a un incontable número de inocentes, acusados falsamente de brujería.

Loredi, marcada desde su nacimiento por ser la séptima de siete hijas, es acusada de ser responsable de unos hechos descabellados por el implacable Pedro de Balanza, juez político, consejero real y oidor de la Audiencia de Navarra. Consigue huir con la ayuda de su padre, pero, durante los siguientes quince años, se verá acosada por otro inquisidor, el licenciado Avellaneda, hombre obtuso, convencido de que las brujas existen, vuelan a las juntas, asesinan niños y fornican con el Diablo.

Con su habitual maestría, Toti Martínez de Lezea nos presenta una historia de ficción en un escenario, tan real como oscuro, que duró más de cien años.

Toti Martínez de Lezea (Vitoria-Gasteiz, 1949). Escritora. Vive en Larrabetzu, pequeña población vizcaína. En 1978, en compañía de su marido, funda el grupo de teatro Kukubiltxo. Entre los años 1983 y 1992 escribe, dirige y realiza 40 programas de vídeo para el Departamento de Educación del Gobierno Vasco y más de mil para niños y jóvenes en ETB. En 1986 recopila y escribe Euskal HerrikoLeiendak / Leyendas de Euskal Herria. En 1998 publica su primera novela La Calle de la Judería. Le siguen Las Torres de Sancho, LaHerbolera, Señor de la Guerra, La Abadesa, Los hijos de Ogaiz, La voz de Lug, La Comunera, El verdugo de Dios, La cadena rota, Los grafitis de mamá, el ensayo Brujas, La brecha, El Jardín de la Oca, Placeres reales, La flor de la argoma, Perlas para un collar, La Universal, Veneno y miel para la Corona, Mareas, Itahisa, Enda, Ytodos callaron, Tierra de leche, Los grafitis de mamá, ahora abuela, Ittun y Llanto en tierra baldía.

Autora prolífica, ha escrito literatura para jóvenes con títulos como El mensajero del rey, La hija de la Luna, Antxo III Nagusia y Muerte enel priorato. En el tramo infantil, Nur es su personaje estrella, inspirado en su propia nieta. Ha publicado además ocho cuentos para contar bajo el tulo genérico de Érase una vez

Ha sido traducida al euskera, francés, alemán, portugués, chino y ruso. Habitualmente colabora con diferentes medios de comunicación y da charlas en universidades, asociaciones culturales y centros educativos.

Interesante, intensa e instructiva charla con Toti Martínez de Lezea… Un auténtico placer… Muchas gracias…

 

P.- Por favor, recuerde a los lectores quien es Toti Martínez de Lezea.

R.- Pues es una señora “de riesgo”, que se diría ahora, vamos, que tengo ya unos cuantos años. Empecé a escribir con cincuenta, hace ya veintiuno, por una apuesta que hice con un amigo, y no he parado desde entonces. Normalmente escribo eso que llaman novela “histórica”, bastante mal aceptada en los círculos literarios exquisitos, pero que a mí siempre me ha gustado leer. De todos modos, he llegado a la conclusión de que el 90% de la literatura mundial es... “histórica”, pues, a fin de cuentas, histórico es todo aquello ocurrido antes del nacimiento del autor/a, es decir que no lo haya vivido y deba documentarse a fin de hacerlo creíble.

P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace Hierba de brujas?

R.- Escribo al menos una novela cada año y, a comienzos del pasado, se me ocurrió preguntar a mis amigos/as de Facebook qué tipo de argumento querían. La mayoría respondió que “brujas e inquisidores”, así que escribí sobre un tema que no había vuelto a tocar desde hacía años, un tema que me fascina desde que era joven y sobre el cual puedo decir que he leído todo lo que se ha escrito. Intento no repetirme, no ser autora de un solo libro, por lo que elaboré una trama a partir de mi propia creencia de que las brujas jamás han existido, pero sí existieron, incluso existen, los cazadores de brujas.

P.- Es una historia con mucha información. ¿Cuál ha sido su base documental?

R.- Es absurdo crear una trama sin conocer bien la época y los lugares donde se pretende ubicarla; es preciso estar al corriente de la situación política, social y religiosa del momento, puesto que los personajes viven, comen, se visten, trabajan, se mueven en dicho momento, así que estudié el periodo, entre el 1500 y el 1540, que es cuando sitúo la acción, existen varios ensayos muy interesantes. También contacté con un par de profesores de la Universidad de Navarra a fin de plantearles mi propia hipótesis en cuanto a que la “caza de brujas” tuvo más que ver con la política que con las creencias religiosas, como así fue.

P.- De lo que usted ha publicado, anteriormente, ¿Qué títulos pueden ser los antecedentes de éste?

R.- La Herbolera, publicada en el año 2000 y situada en la población de Durango en 1500 durante la primera caza de brujas en nuestro país, en la que 13 personas fueron quemadas en la hoguera; La hija de la Luna, 2003, una novela juvenil que trata el tema de las llamadas “brujas de Zugarramurdi”, y Brujas, un ensayo sobre la brujería en general y vasca en particular que se publicó en el 2006.

P.- Hierba de brujas nos relata la gran cantidad, en una época concreta, de personas condenadas por brujería; muchas de ellas, ejecutadas. ¿Había diferencia en las condenas si las dictaban la inquisición religiosa o jueces civiles? ¿Quién era más duro?

R.- Ambos tribunales fueron igualmente duros. Hay que tener en cuenta que, una vez dictada la sentencia, la Iglesia se lavaba las manos, y la ejecución corría por cuenta de la jurisdicción civil. De todos modos, en España, fueron los tribunales civiles quienes juzgaron a la mayoría de las personas acusadas de brujería. El Santo Oficio no estaba interesado en unos hechos que consideraba meras supersticiones de gentes incultas y obtusas; su interés se centraba en luteranos, herejes, homosexuales, amancebados, blasfemos, e incluso oponentes políticos.

P.- ¿Por qué hay una persecución tan fuerte en el siglo XVI? ¿Por qué no antes o después?

P.- Interesante pregunta... Y más si tenemos en cuenta que hablamos del Renacimiento, la época de Leonardo da Vinci, Miguel Angel, Cervantes, Shakespeare, Erasmo de Rotterdam, Copernico, Galileo, Magallanes o Elcano, por mencionar solo algunos de los artistas, creadores, científicos, filósofos o aventureros de dicho siglo. ¿De verdad que unos jueces, tanto civiles como eclesiásticos, con una preparación muy superior a la media creían que existían mujeres capaces de volar en escobas, asesinar niños y fornicar con el mismo Diablo? Yo diría que no.

La respuesta está en la peste negra de finales del XIV y las sucesivas en el XV, además de otras epidemias, las guerras, el hambre, que llevaron a una brutal caída demográfica. Faltaban brazos para labrar las tierras, hombres para luchar en las guerras de los señores, vasallos que pagaran impuestos, y las curanderas eran las únicas capaces de proporcionar métodos anticonceptivos y realizar abortos, por lo que había que acabar con ellas...

Por otra parte, y así como en Europa la caza fue general, aquí se centró solo en un territorio: Navarra, justo durante y después de la conquista por parte de la corona de Castilla. Un territorio no se pacifica de la noche a la mañana, así que ¿qué mejor método de acallar cualquier conato de levantamiento que aterrorizando a la población con unas acusaciones imposibles de ser refutadas?

P.- ¿Tiene un periodo histórico favorito?

R.- Me gustan todos. Pero sí, siento debilidad por la Edad Media teniendo en cuenta que dicho periodo duró ocho siglos, desde la caída del Imperio Romano hasta finales del siglo XV, más o menos. Se perdió el conocimiento griego y romano, las artes, la filosofía, la música, la arquitectura, y hubo que empezar de nuevo, fascinante. También me encanta el Renacimiento, es apasionante.

P.- ¿La pandemia que estamos sufriendo, podemos decir que es cíclica, que tocaba ya?

R.- Cierto que lo es, solo hay que leer la Historia. Todas las generaciones han tenido una pandemia o más: pestes varias, gripe, tifus, difteria, varicela... Solo en este siglo XVI del que hablamos hubo 26 epidemias en Europa, en España concretamente 13. Eso sin contar las guerras que ayudaban a que se propagaran las enfermedades, y el hambre. No es de extrañar que pocos llegaran a los ochenta de edad.

P.- Hoy día ¿hay actitudes gubernamentales que pudieran parecerse a... una caza de brujas?

R.- Pienso que sí, aunque, evidentemente, ya no existe el riesgo de que te quemen vivo en la hoguera acusándote de adorar al Diablo... Digamos que el poder siempre ha necesitado chivos expiatorios para desviar la atención de la gente o a quienes echar la culpa de los males en general, los problemas económicos, la falta de recursos. Por otra parte, la oposición política también utiliza métodos poco ortodoxos a fin de desgastar a los gobiernos; los bulos, las noticias falsas, que aparecen en los medios de comunicación o en las redes informáticas son buena muestra de ello.

P.- Además de la novela histórica ¿Cuáles son sus géneros favoritos? ¿Tiene autores favoritos?

R.- Pues, la verdad... No hablaría de géneros, solo de libros bien escritos, tanto novelas como ensayos, y suficientemente interesantes para mantener mi atención durante un buen número de páginas, libros que me han gustado y que he vuelto a releer. Tampoco tengo autores favoritos, aunque he de reconocer que tiro hacia los clásicos... De todos modos, nuestra biblioteca familiar cuenta con cerca de 15.000 volúmenes, la mitad de mi marido, la otra mitad míos, ¡no compartimos gustos!, y resulta difícil elegir porque depende de la edad; los autores favoritos de mi juventud puede que no sean los mismos que en la actualidad...

P.- Como lectora, prefiere: ¿Libro electrónico, papel o audio libro? ¿Qué está leyendo ahora mismo?

R.- Papel desde luego, aunque reconozco que el formato electrónico o el audio libro quizás ocupen un lugar mayor dentro de unos años, pues niños y jóvenes de hoy ya se han acostumbrado a dichos formatos y lo considerarán normal.

Acabo de acabar un magnífico ensayo que he disfrutado desde la primera página: El infinito en un junco – La invención de los libros en el mundo antiguo, de Irene Vallejo. Ha sido una lectura deliciosa, no solo por el tema, sino por la forma en la que está escrito el libro y, desde luego, volveré a leerlo a no mucho tardar.

P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?

R.- Ninguna en especial, música tal vez... Escribo con música, a veces de la época en la que estoy perdida, otras, con algo completamente distinto. Soy capaz de escuchar la misma melodía las veces que sean necesarias hasta finalizar un capítulo o una escena, pero, ya te digo, sale sin esperarlo. Por ejemplo, La Comunera, cuyatrama es la guerra de las comunidades en Castilla, la escribí con la banda sonora de... “El último mohicano” (risas). Esta, Hierba de brujas, la escribí con música de Benito Lertxundi, un cantautor vasco al que sigo desde hace cuarenta años. Me gusta mucho la música clásica, pero no escribiría con una sinfonía de fondo o un aria de ópera, me distraería demasiado.

P.- Relate alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no ha desvelado hasta ahora... si la hubiere.

No sé... Tengo algunas anécdotas, como aquella en la que un señor hizo cola durante un buen rato y luego resultó que no quería una firma, sino que le pasara a máquina su original escrito a mano: “porque usted que es escritora sabrá escribir a máquina, ¿o no?”. O la vez que estuve en la FNAC de Oviedo y solo vino una persona, a la cual, por supuesto, le di la charla como si la sala hubiera estado llena, aunque ya le dije que podríamos habernos ido al café de enfrente. O la señora que me llamó mentirosa en la presentación de una de mis novelas porque dije que San Jorge no había existido; no valió de nada que le dijera que había sido dado de baja del santoral tras el Concilio Vaticano II, y qué si creía en el santo, también debería creen en los dragones... ¡Hay personas con muy poco sentido del humor!

P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer Hierba de brujas?

R.- Soy muy mala vendiéndome a mí misma... A ver... El parto duró tres días interminables, y la madre solo tuvo tiempo de contemplar su carita enrojecida antes de cerrar los ojos para siempre. Tras asearlo y envolverlo en una manta de suave lana de borrego no nato, la tíaConstanza se lo llevó al padre, que esperaba en el salón, pero este ni tan siquiera le miró. Los ojos fijos en el fuego de la chimenea, una copa de vino en su mano derecha y las mandíbulas prietas, el notario no dejaba de pensar en la esposa a la que amaba y cuya vida le había sido arrebatada de manera inesperada. Él no deseaba un hijo, solo a la única mujer que había logrado lo que parecía imposible, que tomara esposa, que se enamorara como un muchacho cuando sus sienes comenzaban a blanquear. Quería a Catalina a su lado, en el lecho, sentir su cuerpo, amarla hasta caer rendido, contemplar el amanecer entre sus brazos y volver a adentrarse en ella con el regocijo en el alma. Maldijo a Dios al saber que no volvería a acariciar sus cabellos y a perderse en su mirada. Y maldijo al causante de su muerte, el pequeño que se agitaba incómodo en brazos de la tía, como si entendiera que su padre no lo quería, que nunca lo querría. De esta manera se inició la vida de Bernabé de Urruztia.

P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?

R.- En mayo tendría que haber salido la novela de este año, acabada ya en febrero, pero... el mundo literario se ha detenido, al igual que otros, y habrá que esperar. No pasa nada, no hay prisa, lo que tenga que ser, será y, mientras, empezaré otra historia. A fin de cuentas, y por mucho que algunos se rodeen de una aureola cervantina, lo cierto que un autor/a lo es por su capacidad inventiva, de imaginar tramas y personajes, y eso, amigo mío, viene dado con el ADN. El resto,lectura, tiempo, lectura, tiempo, cultura, trabajo, es solo dedicación.