Rincón Literario de Paco Marín: “Hombres malos”
TÍTULO: Hombres malos
AUTOR: Luis Aleixandre Giménez
EDITA: Cosecha negra ediciones (2022, marzo)
Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 15 x 21 cm. Número de páginas: 416. PVP: 18,00 €. ISBN: 978-84-09-38689-5
Cuando acabé de leer “Hombres malos”, junto con la ansiedad y los ojos en blanco, nació en mi un miedo tremendo y una pregunta inquietante.
Miedo: Si la realidad supera a la ficción, según se dice, ¿qué circula por nuestras ciudades, barrios, calles, casas…?
Pregunta: En situaciones similares a las descrita en la novela ¿es lícita y justificada la venganza?
El relato de Luis Aleixandre es dinámico, duro, transparente no dejando nada a la imaginación del lector. Hay muchos momentosen que hay que hacer alto en la lectura para tomar aire y, quizás muchas personas, vomitar por lo claro y preciso del relato… Alguien dirá que demasiado preciso y diáfano, dejando poca cosa al albur…
Recomiendo fervientemente su lectura, intentando convencerme de que en esta ocasión la ficción está por encima de lo real. Si no es así… mal vamos.
«En el verano del año 1983, en un pequeño pueblo del interior de la provincia de Castellón, Andrea pasa unos días, cargados de emociones y aventuras, en la masía de su primo Fele. Allí conoce a Hugo, un joven dos años mayor que ella del que se enamora como solo se hace la primera vez. Los tres construyen allí su amistad a la vez que levantan una cabaña de cañas en la orilla del lago Sichar. Pero cada uno goza de unas relaciones familiares completamente diferentes, y no siempre reina en ellas un clima de felicidad y armonía, por lo que un día, Hugo, sin dar explicación alguna, dejó de acudir a las citas con sus amigos.
Nueve años más tarde, Andrea se matricula en la academia de cadetes de la Policía Nacional con intención de convertirse en agente de la ley. Allí entabla una amistad especial con Diego y juntos sufrirán una experiencia traumática que provocará que la muchacha decida abandonar la academia sin finalizar los estudios.
Tras un periodo de treinta años, en los que cada uno ha deambulado por la vida de forma muy diferente, los antiguos amigos se encuentran de nuevo y los secretos, que han permanecido enterrados hasta el momento, salen a la luz con consecuencias brutales y crueles; acordes a los hechos que las provocaron. Andrea averiguará la verdad de lo sucedido cuando solo tenía once años y deberá tomar la principal decisión de su vida a sabiendas de que, sea cual sea el resultado, lastimará a uno de ellos».
Luis Aleixandre Giménez (Vila-real, 1964). Se inició en la literatura en 2016 con la novela “Veinte días desenfocado”.
En 2017 publica su segunda novela “Letras cautivas” (Unaria ediciones) auspiciada por el Festival Castelló Negre. Ese mismo año fue el ganador del concurso de microrrelatos FANTASTI’CS17
En 2018, en colaboración con el Villarreal CF lanza la novela corta bilingüe “Días de fútbol/Dies de futbol” (Unaria ediciones).
En 2019 gana el premio QUBO de narrativa.
En febrero de 2020 saca a la luz su tercera novela “Mil ramos de flores no son suficientes” (Unaria ediciones).
En octubre de 2021 presenta su cuarta novela “Dios no baja a los infiernos”, 6ª finalista del Premio Planeta 2019.
Luis Aleixandre…hombre bueno, nos habla de “Hombres malos”… Gracias…
P.- Por favor, recuerde a los despistados quien es Luis Aleixandre Giménez.
R.- Soy un tipo con pensamientos inquietos que disfruta como un poseso de la literatura. Al igual que cuando era joven pasaba largas horas de diversión frente al Scalextric, con la edad he descubierto que no hay mejores juguetes que las palabras.
P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace "Hombres malos"?
R.- Nace después de escribir “Dios no baja a los infiernos”, sin solución de continuidad. En plena vorágine creativa leí, en una entrevista a un compañero de negra, que nuestro género se queda en nada si no contiene una potente crítica social, así que pensé: ¿quieren crítica social? pues que se cojan los machos… Y así nació “Hombres malos”, poniendo toda la carne en el asador y sabiendo que provocaría malestar y sufrimiento en los lectores (punto este más que constatado).
P.- ¿Cuánto hay de documentación y cuánto de imaginación?
R.- Como siempre en mis novelas (es una de mis firmas reconocibles) las ciudades que aparecen, las calles, los restaurantes, las iglesias, la gastronomía, las comisarías de policía y el entorno en general, son reales. La parte ficticia siempre es la trama y los personajes principales y secundarios (también suelo utilizar personajes reales que aparecen brevemente y le dan un toque personal a la novela). En esta obra es la primera vez que, por motivos obvios, he tenido que inventar una localidad para que sucedieran en ella los trágicos acontecimientos del inicio (no quiero acabar en el fondo del embalse si alguna vez voy por allí).
Creo que mi imaginación se ha desbordado en esta novela y soy consciente de que a más de uno le puede parecer una historia un tanto desmedida.
P.- Espero y deseo que, en esta ocasión, la realidad no supere a la ficción... ¿qué opina?
R.- Fifty-fifty. Escucha atentamente las noticias de televisión durante una semana y verás como se te ponen los pelos como escarpias (como al leer la novela).
P.- ¿Cuántos casos de abusos infantiles quedan impunes?
R.- Estoy convencido de que solo salen a la luz los casos que se denuncian y representan un pequeño porcentaje (y no todos son castigados), así que creo que la gran mayoría quedan impunes.
P.- ¿Por qué esa fijación con los infantes?
R.- No es una fijación, solo se trata de la edad en la que el ser humano es más vulnerable, indefenso, desvalido, desamparado, frágil, débil y cuantos sinónimos de desprotegido quieras añadir. Son el campo abonado para los tejemanejes oscuros de los desalmados, los perversos y los despiadados; de los que precisamente tienen fijación con ellos. Es tan fácil de entender como cruel de ejecutar.
P.- En casos como el que relata en "Hombres malos", ¿la venganza no sería justa?
R.- La venganza siempre es justa para quien la ejecuta y comienza en tu cerebro cuando el hecho de poner la otra mejilla no solo te parece absurdo, sino una jodida broma cristiana.
P.- ¿Ha conocido algún padre como Bernardo?
R.- Afortunadamente no, aunque el machismo ha imperado en nuestras casas desde tiempos inmemoriales. La trama comienza a principios de los años ochenta, cuando la democracia aún andaba en pañales y los rescoldos de la dictadura aún permanecían calientes. Reto a que cada uno, si ha sobrepasado ya el decalustro de existencia, recapacite y medite sobre cómo apreciaba (en esa época) la igualdad de géneros en la casa en la que vivía, o en la de otros familiares o amigos.
P.- ¿Como se sintió después de escribirla?
R.- LIBRE (y feliz, como en mis otras novelas)
P.- ¿Tiene algún arma favorita para matar?
R.- La traición es el arma que mayor dolor puede infligir a cualquier ser querido. De hecho, acaba con todo: amistad, amor, respeto, devoción y admiración. Es el arma definitiva, aunque en las novelas prefiero utilizar las de acero con filo.
P.- Venda su libro, ¿por qué hay que leer "Hombres malos"?
R.- Primero porque no habrán leído nada igual. Suena un poco engreído, pero en mis décadas de lector enfermizo, no he leído algo que se le pueda parecer. Y segundo, porque le editorial Cosechanegra ediciones ha hecho un trabajo encomiable pese a su juventud (aquí incluyo no solo a Pedro J. Martín, el editor, sino también a Domingo Carrasco, el artista que diseñó la portada).
P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
R.- Prioritario: leer y escribir.
Varios relatos míos andan por ahí pululando a la espera de ser publicados. También tengo una novela ya terminada (corregida y pulida) sobre la que en breve empezaré el perezoso trabajo de buscarle una editorial que la convierta en papel. Y, por último, estoy en fase de documentación de un proyecto de novela negra cuya trama transcurre en una época de la historia de España de la que desconozco demasiadas cosas, por lo que la tarea de investigación será ardua. Veremos qué sale de ese reto.