Rincón Literario de Paco Marín: “Lo que no dicen los muertos”

TÍTULO:     Lo que no dicen los muertos

AUTOR:      José Manuel Fuentes Muñoz

EDITA:       Amazon (2020)

Encuadernación: Tapa blanda. Tamaño: 15,3 x 22,8 cm. Número de páginas: 338. PVP: 12,95 €. ISBN: 979-86-69816-50-6

Hoy presento a un nuevo descubrimiento en esta aventura de contar historias… José Manuel Fuentes Muñoz natural de Cartagena. A la amplia nómina de buenos autores cartageneros lo sumamos y le deseo un amplio recorrido en esta carrera de fondo.

Lo que no dicen los muertos -primera novela, nacida, en principio, como guion cinematográfico- es una historia narrada en varias voces que nos acompañan a lo largo de todo el relato. Relato que gana en intensidad e interés a medida que vamos hojeando. Historia directa y sin florituras con momentos brutales, con mucha ira y venganza. Nada deja a la imaginación todo claro y diáfano.

Para los habitantes del sureste y los más próximos podemos situarnos y, por qué no, hacer un recorrido por Cartagena, La Unión, Cabo de Palos, La Manga, Cala Flores…

Un pequeño pueblo costero al sudeste del litoral mediterráneo. Cabo Palos. Un paraje contradictorio inundado por hordas de turistas en verano y abandonado a su suerte en invierno, con apenas un centenar de vecinos. Un lugar perfecto para desaparecer.

Pero Gabriel no quiere desaparecer, al contrario, pretende encontrar. Lleva demasiado tiempo huyendo y ansía la redención a través de la búsqueda de su hermano Ángel, al que hace más de veinte años que no ve. Tras el incendio.

Libia, sin embargo, tiene otro propósito. Una abogada implacable que ha conseguido cierta notoriedad por el eco de su último caso, la defensa de un grupo de depredadores sexuales conocidos como “La Jauría”. Intenta desesperadamente encontrar la paz a través del olvido. Olvidando su pasado. Borrando su presente.

Y Arturo, católico recalcitrante que suplica el perdón de su hija Ana tras el fallecimiento de su mujer. Su dios la ha dado la espalda y desconoce el motivo.

54 capítulos, como 54 planos cinematográficos, intensos, tremendos, horror, maldad, erotismo duro y mucho odio… pero que te agarran como una ventosa hasta el final de la narración. Bienvenido José Manuel al mundo literario.

 

José Manuel Fuentes Muñoz (Cartagena, 1976). Postgrado en Artes de la Comunicación Audiovisual. CEU San Pablo, Madrid. Máster en Producción de Cine y Televisión. TRACOR y El Mundo Tv, Madrid.Diplomado en Diseño Gráfico. ESD de Murcia.

Su vida profesional siempre ha estado fuertemente ligada a contar historias, así, según él: “me he ganado las habichuelas”, principalmente, como diseñador gráfico, pero, también, ha trabajado como creativo publicitario, ilustrador y, durante un breve periodo, como guionista de una pequeña productora madrileña. Ha escrito y dirigido tres cortometrajes, de hecho, “Lo que no dicen los muertos”nació como el guion para una película y, aunque me costó, he descubierto que la literatura me permite dirigir sin las limitaciones de un presupuesto ni las exigencias de una productora.

Después de diez años viviendo en Madrid, ha vuelto a Cartagena donde ha encontrado la paz necesaria para centrar sus esfuerzos en intentar construir una carrera como escritor.

Ahora se encuentra en el desarrollo de su segunda novela que, aunque no continúa la/s trama/s de la primera, repite género y localizaciones. Su ambición es escribir una trilogía con Cartagena como telón de fondo y el “negro” como género protagonista.

Recién comenzado el año 2021 charlamos con José Manuel Fuentes, en Cartagena… Gracias…

P.- Por favor, presente a José Manuel Fuentes Muñoz.

R.- Cuarentañero – que no cuarentón - al que le encanta inventar historias. Un poco solitario, tenaz, bastante inquieto y, sobre todo, contradictorio, como el común de los mortales.

Sé que no he respondido exactamente a la pregunta, pero es más divertida una descripción que una presentación.

P.- ¿Desde cuándo escribe y por qué?

R.- Siempre he escrito, al igual que dibujo, regular, aunque dibujo, pero de manera intermitente. No he adquirido la disciplina para afrontar el reto de una novela hasta hace relativamente poco, pero, como ya he dicho, es difícil que me recuerde en alguna situación sin un lápiz entre las manos.

Y el porqué es simple, me apasiona una buena historia.

P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace Lo que no dicen los muertos?

R.- Después de estudiar diseño gráfico en Murcia me trasladé a Madrid para formarme en cine, aunque terminé cursando un postgrado en comunicación audiovisual. Pese a que solo trabajé (y trabajo) en publicidad, mi sueño era convertirme en guionista y director. Escribí Lo que no dicen los muertos como guion para un largometraje hará unos nueve años y, junto con un compañero de máster y gran amigo, José Merchán, iniciamos un crowdfunding para poder producir la película. No conseguimos recaudar el dinero que estimamos necesario, pero yo nunca olvidé la historia. Asumiendo que soy un nefasto relaciones públicas y mis notorias deficiencias en marketing, tuve claro que no iba a poder vender el proyecto a nadie. Dos más dos cuatro. ¿Quién necesita financiación para contratar actores, directores de fotografía, localizaciones, iluminación, vestuario… cuando mi cabeza me provee de todo eso a coste cero? Así que hace dos años recuperé la historia, la puse patas arriba y el año pasado la convertí en mi primera novela.

P.- ¿Se ha documentado o todo es fruto de su imaginación?

R.- He tenido que documentarme puntualmente en cosas técnicas para algunas escenas, quizás debiera hablar de capítulos, pero yo sigo viendo escenas. No es una novela histórica y tampoco está desarrollada en un entorno que me es desconocido, así que el trabajo de documentación tampoco ha sido exhaustivo, pero sí tuve claro, porque es lo que exijo como lector, que la historia debía ser creíble y “en los detalles está el diablo”. Cuando describo cómo alguien prepara un chute o, por ejemplo, cuando otro personaje disecciona un cadáver, quiero que sea lo más riguroso posible y, evidentemente, estos conocimientos yo no los tengo. Así que sí, tuve que documentarme para según qué cosas.

P.- ¿Hay algo de usted en la historia?

R.- ¿Se puede escribir de otra manera? Y si se puede, en este caso es inevitable. Los protagonistas rondan mi edad y residen (al menos durante la historia) en mi tierra, aunque nos distancian más cosas de las que nos unen. Quiero dejar constancia de que yo no tengo un pasado truculento ni voy ajusticiando (eufemismo de asesinando despiadadamente) a nadie por ahí. No tengo tiempo.

P.- Observo una cierta 'obsesión' en cuantificar el tiempo a lo largo de la narración ¿por qué?

R.- Primero porque puedo. Y espero que esta respuesta no parezca pretenciosa, pero soy el dueño y señor de la trama y yo decido quién, cómo, cuándo ¿por qué no cuánto? Y segundo porque me parece una forma original de contar más cosas de las que se pueden decir con las frases “tardó un momento”, “meditó un poco”, “esperó un instante”…porque ¿cuántos segundos son “un poco”, “un momento” o “un instante”? ¿A qué no es lo mismo que un interrogado tarde en responder dos segundos a que tarde en responder doce segundos a una pregunta de su interlocutor?

P.- ¿Tiene algún referente en la novela negra?

R.- No tengo claro que tenga un referente porque no he leído tanto de un mismo autor como para considerarlo referente. Sí leo mucha novela negra y sí he leído bastante en general. Pero en la literatura, como en el cine y los cómics (no me pasa con la música, es curioso) no sigo tanto al escritor, director o dibujante/guionista de turno como la historia que me pretenden contar. Esta es la respuesta larga, la corta sería: Lorenzo Silva. No creo que sus novelas de Bevilaqcua y Chamorro sean novela negra pura, quizás más policial o detectivesca, pero, bajo mi humilde opinión, es una de las mejores plumas del panorama nacional.

P.- En sus historias prefiere ¿psicología o sangre? A la hora de matar ¿cuál es su arma ideal?

R.- Psicología sin lugar a dudas, aunque reconozco que la sangre es muy efectista.

En cuanto a la segunda pregunta, nunca me la había hecho, pero, ahora que lo medito, me parece que hay cierto encanto en el uso de objetos cotidianos.

P.- ¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos?

R.- Ya he dicho que leo de todo (o casi, tengo la poesía como asignatura pendiente, lo reconozco, y también he de reconocer que la novela histórica llegó a agotarme, es lo que tienen las modas). En ciencia ficción, por ejemplo, me he llevado gratísimas sorpresas. Pero lo que más leo es novela de suspense o “thriller” si se prefiere.

En cuanto a autores favoritos, también he comentado que no soy seguidor de un escritor en concreto, he leído poco de muchos. Así que no arriesgaré, Juan José Millás me ha hecho disfrutar enormemente, así como Ruiz Zafón o, por supuesto, Lorenzo Silva.

De novela gráfica, que también soy lector, destacaría cualquier cosa de Alejandro Jodorowsky, Charles Burns o David Sánchez.

P.- Como lector, utiliza: ¿libro electrónico, papel o audio libro?

R.- Prefiero papel, pero acudo con cierta frecuencia al electrónico por temas pecuniarios, me temo.

P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo? Recomiende un par de títulos.

R.- Pues acabo de empezar “Out” de Natsuo Kirino y acabo de finalizar “El mal de Corcira” de Lorenzo Silva, “La suerte del enano” de César Pérez Gellida y “Vienen mal dadas” de Laura Gomara, tres lecturas que me han hecho disfrutar mucho. Pero como no quiero que parezca que solo leo novela negra o géneros hermanos, voy a aconsejar “Enero y tú desnuda” de Álvaro García Hernández, para mí pura poesía, a veces me recordaba un poco al aclamado “Los asquerosos” de Santiago Lorenzo, otra lectura que destaco, pero aquí no descubro nada a nadie. Este año pasado leí “Rendición” de Ray Loriga y no paré de aconsejárselo a todo el mundo. Y, para finalizar, dos libros que adoro, “El juego de Ender” de Orson Scott Card y el libro que me inoculó el veneno de la literatura en mi adolescencia, “El médico” de Noah Gordon. Sé que han sido más de dos. Siento mi incontinencia.

P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?

R.- Manías ninguna, por ahora, refiriéndome a excentricidades. Lo que sí tengo son rutinas, pero es que yo soy un tipo bastante rutinario. Me ayuda a organizar la cabeza.

P.- ¿Qué opinión le merecen los festivales de novela negra?

R.- Todo lo que ayude a promocionar la cultura me parece perfecto de base. Más aún cuando supone un estímulo para autores noveles como yo.

P.- Venda su libro. ¿Por qué hay que leer Lo que no dicen los muertos?

R.- Porque está escrito desde las entrañas. Y cuando alguien lo da todo ¿qué mínimo que otorgarle una oportunidad?

P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?

R.- Corto: terminar la estructura de mi segunda novela y empezar a dialogar.

Medio: repasar, repasar y corregir. Y seguir siendo feliz, aunque sea a ratos.