Rincón Literario de Paco Marín: R. .
TÍTULO: R
AUTOR: Ernesto Tubía Landeras
EDITA: Talentura (2024, febrero)
Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 14 x 21 cm. Número de páginas: 256. PVP: 18,00 €. ISBN: 978-84-137637-3-7
“R” nos remueve entre historia y ficción fantástica. Trama con dos personajes, dos pintores, Rembrandt y Lievens. Relación no muy normal por las extrañezas que Lievens encuentra en la realización de los últimos detalles de los cuadros de Rembrandt.
Muy interesante es el lenguaje que Ernesto maneja. Sobre todo, por la recuperación de palabras históricas.
Novela muy absorbente; reitero, historia, ficción y muy, muy criminal.
No dejen de leer “R”.
1625, Rembrandt van Rijn y Jan Lievens, dos jóvenes y prometedores pintores flamencos, adquieren una cuadra desvencijada en uno de los barrios más insalubres y marginales de Leiden. Mientras la fama de los pintores va creciendo y sus obras comienzan a reconocerse, en el barrio se suceden una serie de crímenes, a cada cual más cruento. Además, está esa obsesión de Rembrandt por pintar un autorretrato tras otro de forma compulsiva.
En “R”, Tubía amalgama lo histórico con lo fantástico para tejer una trama lóbrega, en un ambiente decadente y a la vez artístico, donde nada, ni siquiera el desenlace, puede intuirse.
Ernesto Tubía Landeras (Haro, La Rioja, 1975). Descendiente de una familia de kiosqueras, creció con el aroma de los encurtidos, los barquillos y los chicles, mientras alimentaba su pasión lectora, devorando los cómics de Dan Defensor, el Motorista Fantasma o el Capitán Trueno, que se cambiaban a quince pesetas. Fue en ese lugar donde germinó su sueño de convertirse en escritor.
Faceta, no obstante, que no comenzó a desarrollar hasta ya sobrepasada la tercera década, cuando empieza a remitir sus obras a distintos concursos literarios, obteniendo, hasta la fecha, alrededor de trescientos cincuenta premios literarios, lo que le convierte en uno de los autores más premiados del país.
Además, escribe artículos sobre La Rioja, sus costumbres, paisajes y tradiciones, para revistas como ‘Belezos’ o ‘Turismo Rural’, y es columnista de opinión del ‘Diario La Rioja’.
Aunque quizá lo mejor que pueda decirse de él es que sigue creyendo que la literatura puede sanar el alma y hacer que persista la esperanza de que aún somos libres.
Bienvenido, Ernesto, a este “Rincón Literario”. Gracias…
P.- Por favor presente a Ernesto Tubía Landeras.
R.- Ernesto Tubía Landeras es un soñador que, viendo lo que había a su alrededor, ya desde joven decidió que encontraba más cordura y seguridad entre los libros que en el mundo real. Con la quinta década recién desprecintada, esa opinión no ha hecho sino certificarse.
P.- ¿Desde cuándo escribe y por qué?
R.- Mi abuela enviudó en la postguerra con dos hijos y pocos recursos. Para sacarlos adelante abrió un kiosco de prensa, donde se cambiaban los comics a diez pesetas y las novelas a quince. Aquel kiosco era todo un universo para mí; un lugar mágico en el que podía encontrar todo cuanto quisiera, y se estimuló de una forma formidable mi instinto lector. Esa avidez lectora continuó de mi niñez a mi mocedad, y de ésta última a la edad adulta. Al final, el que derivara a la escritura era casi una consecuencia lógica.
Aun así, me sigo considerando más lector que escritor. Hay muchos días en los que no escribo, pero no hay ninguno en el que no lea.
P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace "R"?
R.- En ese mismo kiosco, cuando era un crío y mis compañeros se deleitaban con ‘El Motorista Fantasma’ o ‘Dan Defensor’, yo ya había dado un paso más y comenzaba a leer comics para adultos como ‘Creepy’ o ‘Cimoc’, que entre sus viñetas tenían espacio para los relatos cortos de grandes autores de misterio. Fue entonces cuando leí “El corazón delator” de Poe. La fascinación que me produjo ese relato siendo tan joven es uno de los pocos momentos de mi vida para los que aún no he encontrado adjetivo que lo defina con exactitud.
En el preciso momento en el que comencé a escribir, tuve la idea de, algún día, escribir una novela de suspense, al más puro estilo del gran genio del suspense, como fue Edgar Allan Poe. “R” es el resultado de esa obsesión que me ha perseguido durante décadas. Pero no podía escribirla hasta que una gran idea me visitara y, al final, ocurrió. Fue mientras contemplaba la crudeza del cuadro “El buey desollado” de Rembrandt. Todo lo demás vino solo.
P.- ¿Por qué dicho título? ¿Quién ha diseñado la portada?
R.- La portada es obra de Francis Poyatos, el ilustrador habitual de Talentura y es una joya, que define perfectamente el espíritu de la novela. Agradezco muchísimo que las editoriales pequeñas no cedan ante la Inteligencia Artificial y continúen dando trabajo y visibilidad a los ilustradores.
Y respecto al título, “R”, fue porque no tenía un título concreto cuando comencé a escribirla, así que al Word lo nombre como R, porque a fin de cuentas el protagonista es Rembrandt. Con el tiempo me fue gustando cada vez más, sobre todo después de que mi hija me dijera que estaba loco al titular mi novela con el nombre de la única letra del abecedario que no sé pronunciar correctamente. Lo hago como si fuera una G.
P.- ¿Cuánto hay de documentación y cuánto de imaginación?
R.- La labor de documentación fue bestial. No estoy acostumbrado a tomar personajes reales para mis novelas y no quería caer en ninguna contradicción, tanto con Rembrandt y Lievens, como en las técnicas de la pintura que ambos empleaban o el estilo de vida de la época.
Todo lo referente a su obra, los personajes que los contratan, la familia de Rembradt… Todo, absolutamente todo es real y en el orden cronológico correcto. Lo referente a los crímenes y personajes secundarios, como Liselotte, es fantástico y necesario para el desarrollo criminalístico de la narración.
Fue todo un reto tomar una historia y personajes reales en un contexto totalmente fantástico.
P.- ¿Es posible que, en el fondo, todas las personas tengamos una doble personalidad?
R.- Y triple, cuádruple, quíntuple… Tenemos tantas personalidades como situaciones enfrentamos en nuestra vida. No somos los mismos en casa que en el trabajo, ni cuando nos enfrentamos a un problema vital o, por el contrario, disfrutamos de un momento especialmente placentero. Somos la suma de muchos ‘yos’. Y, algunos de ellos, en caso de salir a la luz, podrían meternos en problemas. Pobre de aquel que no encierre un monstruo entre las costuras de su integridad. Si eso es así, es que el monstruo ya está fuera.
P.- ¿Le fue complicado encontrar editorial?
R.- Fue complicado encontrar la editorial adecuada. Las que me interesaban no me hacían caso y las que me lo hacían no me interesaban a mí. Necesitaba una que apostase por la novela sin ambages, que respetara el título y el texto, y creyera en sus posibilidades. Afortunadamente, después de que la novela ganara el premio “Ategua” en Castro del Río, tuve la oportunidad de hacérsela llegar a Talentura, donde publican autores a los que admiro muchísimo como Chelo Sierra, Alena Collar, Carlos Miguel Aguado o Manuel Moyano, entre muchos otros y decidieron apostar por ella. Ver mi nombre junto al de autores como los que acabo de citar aún me hace temblar.
P.- Sus géneros y autores favoritos ¿son?
R.- No tengo un género favorito en concreto, aunque es cierto que siempre me he inclinado por el suspense desde joven. Mis referentes son variados y abarcan desde el suspense de Edgar Allan Poe a las historias de Haruki Murakami, pasando por la genialidad de Eduardo Mendoza y, cómo no, el no menos formidable Stephen King.
P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo? Recomiende, por favor, un par de títulos.
R.- Ahora mismo estoy con “La ciudad esmerilada” de Mar Aísa Poderoso, uno de los mejores referentes de la novela negra que tenemos en La Rioja y su última obra me está encantando.
Me atrevo a recomendar dos libros que me han maravillado de los últimos que he leído. “Nunca preguntes su nombre a un pájaro” de Andrés Ibáñez Segura y “El Pescador” de John Langan; dos joyas.
P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
R.- Llevando la vida que llevo, con dos hijos pequeños, una mujer con un puesto de responsabilidad, escribiendo columnas de opinión y demás, no me puedo permitir manías a la hora de escribir. Cuando tengo un instante me siento, pongo música —eso sí, es innegociable— y a crear.
P.- ¿Cómo ve el panorama literario nacional?
R.- En España se lee. La literatura, como todo lo cultural, está de moda. Solo hay que ver el auge de los conciertos, programas culturales televisivos, presentaciones de algunos libros o festivales de novela.
El problema radica en que la piratería hace que no llegue el poco dinero que ya de por sí les corresponde a los autores. La gente lee, pero no quiere pagar por hacerlo.
Y, sobre todo, que la política de ventas de las grandes editoriales favorece a lo publicado por el famosillo de turno; cuando muchos de ellos ni siquiera habrán leído las obras que firman. Supongo que, como empresas, es lógico que lo hagan, pero desmerecen el negocio literario convirtiéndolo en precisamente eso, un mero negocio.
P.- ¿Qué opinión le merece los festivales de novela negra
R.- Es fantástico que existan y que se estén multiplicando, tal y como lo están haciendo. Incluso me atrevería a pedir que se realizaran para otros géneros como el terror o la novela romántica. Quienes ha apostado por los festivales de novela negra o incluso de novela histórica, han demostrado que hay tirón y público dispuesto a hacer crecer este tipo de eventos y dar difusión a autores y editoriales que pasarían desapercibidos de no ser por ellos.
P.- Relate alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no ha desvelado hasta ahora...si la hubiere.
R.- Viniendo del mundo de los premios literarios tengo muchas.
Una muy curiosa fue con un autor, muy intelectual él, antes de una ceremonia me advirtió que si quería llegar a ser un autor respetable no podía decir que admiraba a Stephen King, que veía series como Expediente X y escuchaba a grupos como Iron Maiden o Def Leppard. Y, sobre todo, me dijo no podía acudir a una entrega de premios de cierto nivel con una camiseta de ACDC, aunque por encima vistiera una americana. Que nadie me tomaría en serio como autor.
Afirmó el susodicho que, si pulía mi actitud y gustos, quizá llegase a, como él, alcanzar los cincuenta premios literarios… Por aquel entonces yo llevaba alrededor de doscientos cincuenta. No se lo dije. Para qué.
P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer "R"?
R.- Porque es una obra con entrañas —en algunos momentos literalmente—, en la que traté de acercarme al estilo que hizo grande a uno de los mejores autores de la literatura universal, como es Edgar Allan Poe. Además de crímenes, arte y la decadencia propia de la época, el introducir unos personajes reales como Rembrandt y Jan Lievens, en una historia que navega entre la novela negra, el suspense y el terror gótico, le confiere un toque distinto. Es ese tipo de novelas que el librero no sabe en qué estantería colocar, porque encaja en varios géneros, sin ser estrictamente fiel a ninguno de ellos.
P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
R.- Escribir. ¿El qué? ¿Con qué propósito o ambición personal? No lo sé. Solo escribir y lo que tenga que llegar que llegue. Hace tiempo que descubrí que la literatura, ya sea leyendo o escribiendo, es la única forma de sentir placer que puedo experimentar sin quitarme los pantalones, y no puedo ni debo renunciar a ello.
P.D. Por si aquel gran autor al que he aludido antes ha llegado a leer esta entrevista —vaya usted a saber—, solo decirle que mientras la contestaba en mi altavoz sonaba, y no a poco volumen, Marilyn Manson. Supongo que jamás seré un gran escritor. Tampoco lo pretendo.