Los graffitis del Mar Menor en el ARQUA
Los graffitis del Mar Menor en el ARQUA
José Sánchez Conesa
Cronista Oficial de Cartagena
La torre del Rame, en las inmediaciones de Los Alcázares, es una construcción defensiva debida a una familia de la oligarquía, Los Bienvengud, cuya erección podría situarse en el siglo XVII. Además de esa función, las paredes de la fortificación sirvieron como gran mural de más de 300 grafitis de diferentes épocas. Esos grafitos son memoria de quienes moraron o pasaron de manera ocasional por las riberas del Mar Menor: campesinos, piratas, marineros, presos. Dibujos ejecutados con carboncillo o incisiones que representan embarcaciones de diversa tipología con toda seguridad avistadas desde el edificio y que podrán apreciarlas en los exteriores del Museo Nacional de Arqueología Subacuática, ARQUA, en una selección de aquellas ilustraciones relacionadas exclusivamente con la navegación expuestas en 16 paneles que podrán contemplarse hasta el 22 de junio. Aunque se han documentado además elementos vegetales, animales, expresiones de la religiosidad popular, soldados turcos, etc.
Dicha exposición lleva por título Los grafitos de la Torre de Rame. Cuatro siglos mirando al Mar Menor, organizada en colaboración con la Asociación Los Alcázares Eco Cultural (LAEC). El basamento de la muestra se halla en la publicación Los grafitos de la Torre de Rame. Imágenes para otra historia del Mar Menor y su comarca (2022), editada por LAEC y el Ayuntamiento de Los Alcázares y escrita por los investigadores Gregorio Castejón y Gregorio Rabal. Los autores han identificado más trescientos grafitos históricos de diversa temática, e impartirán una conferencia en el salón de actos del ARQUA, el 3 de abril a las 18.00 horas. Han destacado en todo momento la sensibilidad y el apoyo mostrado por la familia de María José Martínez Lamberto, propietaria de la torre. Digno es de destacar las bellas ilustraciones del pintor cartagenero Antonio Vidal Máiquez, quien desarrolla en evocadoras imágenes algunas embarcaciones que se pergeñan esquematizadas en los muros de la torre del Rame.
Gregorio Rabal Saura y Gregorio Castejón Porcel viene desarrollando desde hace años una línea de investigación atractiva y novedosa como es narrar la historia leyéndola en las paredes de construcciones presentes en nuestro territorio como son viviendas de campo, molinos de viento o palacetes. Como resultado de sus rebuscas dieron a la luz el libro citado-primera monografía en la región-, artículos en revistas especializadas y dos exposiciones. A ellos debemos un notable desarrollo bibliográfico de una cuestión marginal dentro del patrimonio cultural y del ámbito científico de nuestra comunidad.
El primero de estos investigadores ha destacado por sus estudios sobre ornitología popular, etnobotánica y meteorología popular, así como por trabajos dedicados a la presencia de los animales en la cultura tradicional. También ha realizado la identificación y análisis de petroglifos en el territorio, otro aspecto escasamente tratado. Por su parte, el segundo de los autores ha abordado numerosos estudios sobre el patrimonio hidráulico regional, especialmente el vinculado a Fuente Álamo, estudiando los sistemas de captación y canalización del agua asociados a galerías con lumbreras, a la vez que defiende su interés patrimonial y la necesidad de su puesta en valor. en concreto las embarcaciones que forman parte importante de la singular pinacoteca. Acompañan a estas imágenes levantamientos topográficos, planimétricos, cartográficos y numerosos gráficos estadísticos sobre los grafitos, ejecutados sobre paredes enlucidas de yeso por medio de técnicas como la incisión con elementos puntiagudos, dibujos con carbón, pinturas con pigmento de color rojo que nos hace pensar en la almagra, o el lápiz de grafito empleado en el siglo XX.
A través de ellas, los anónimos artistas plasmaron un repertorio iconográfico de temática muy diversa en el que los motivos que sugiere estas expresiones gráficas son los antropomorfos, arquitectónicos, epigráficos, barcos, aviones geométricos, objetos, motivos zoomorfos, cuerpos celestes, expresiones religiosas, elementos de contabilidad, plantas y otros indeterminados. No obstante, entre todos ellos ha de subrayarse la singular e hipotética. representación de un cuerpo celeste, que bien pudiera ser un cometa, y la de un significativo número de meteoros.
Con las embarcaciones nos adentramos en la historia de las incursiones en las costas del Reino de Murcia de los piratas turco-berberiscos, tan presentes en ellas durante los siglos XV, XVI y XVII, como lo fueron en su constante acoso a lo largo del periodo correspondiente a los siglos XVIII y XIX. La Torre del Rame cumplió, entonces, con las funciones de avistamiento, aviso y amparo entre sus recios muros de los escasos moradores del lugar. Se intuye que los desconocidos autores llevaron a las paredes la descripción de sus actividades económicas, sus anhelos y sus temores. Honda impresión causaría la presencia de las amenazadoras naves conducidas por corsarios o piratas, sembrando el horror entre los pobladores del litoral y de ello el testimonio prolongado en el tiempo. En otros casos pudiera ser la nostalgia de la vida libre que llevaron los bandidos del mar, pintores ocasionales de tal sentimiento y que se encontraban arrestados en la construcción defensiva. El destino de los detenidos, berberiscos o turcos, sería, con casi toda seguridad, su venta como esclavos o la incorporación, en calidad de esforzados remeros, a la Escuadra de Galeras de España, ubicada en Cartagena entre los años 1668 y 1748.
Unas curiosas figuras antropomorfas exhiben vistosos tocados que recuerdan a los jenízaros del imperio otomano, como nos demuestran los autores en una ilustración de principios del siglo XVII que adjuntan en su publicación. Una información que pudiera ser aprovechada por los organizadores de la Fiesta de las Incursiones Berberiscas en el Mar Menor, pudiendo diseñarse vestuarios de esa guisa para tal festividad. Se ejecutó mediante incisión la palabra ALLAH y, junto a ella, probablemente, el nombre de MUSTAFÁ, cuya significación es «El Elegido», alusiva al profeta Mahoma. Otro grafito nombra a DIOS, quizás por oposición al anterior o quizá ruego de protección.
El siglo XX nos ofrece un grafismo en el que destacan operaciones matemáticas-multiplicaciones y divisiones- conforme aumentaba el grado de instrucción de los pobladores, con anotaciones realizadas a lápiz que informan de un uso de la torre como almacén y centro de distribución de grano o la función de palomar. Lo más significativo atañe a la Guerra Civil con el vuelo de cuatro aviones soviéticos Polikarpov I-16 conocidos popularmente como moscas, unos aparatos que llegaron a la base aérea de Los Alcázares en 1936 en apoyo del gobierno republicano.
Aquellos artistas del gran lienzo de la Torre de Rame entran en la historia gracias a una obra inaugural de este aspecto patrimonial y de la mentada exposición del Arqua. Paseen a las orillas del Mediterráneo por este conjunto de paneles, crónica de lo vivido por los que sufrieron y disfrutaron la historia.