LIBRERÍA ALBALADEJO, LA ESENCIA DE LOS COMERCIOS DE TODA LA VIDA

LIBRERÍA ALBALADEJO, LA ESENCIA DE LOS COMERCIOS DE TODA LA VIDA

LIBRERÍA ALBALADEJO, LA ESENCIA DE LOS COMERCIOS DE TODA LA VIDA

 

En la calle Ángel Bruna de Cartagena, frente a la confitería Marín, lleva cuarenta años la LIBRERÍA ALBALADEJO repartiendo profesionalidad y ese trato cercano de los comercios de siempre.

Sólo observando el escaparate te puedes hacer una idea, pero cuando esa puerta se abre y cruzas a su interior, vuelves a oler a los lápices de tu colegio, a los cuadernos de entonces.

Ana Albaladejo está al frente de este negocio familiar, sin olvidarnos de Carmen, que es la primera en darte los buenos días e indicarte donde está su hermana.

Me cuenta Ana que siempre quiso estudiar auxiliar de enfermería. Lo de ayudar a los demás ya lo llevaba ella desde niña. Pero terminó haciendo administración de empresas, que no le ha venido nada mal para gestionar, como lo hace de bien, este lugar entrañable.

Corrían tiempos complicados, y el patriarca de la familia pensó que sería buena idea emprender un nuevo rumbo y construir un lugar especial donde los lápices de colores y las historias de los libros fueran los protagonistas.

Este hombre trabajó mucho, construyó cada mueble de madera que encontramos al entrar. Mostradores, estanterías. Quedó muy bonita, fruto de mucho trabajo.

 

Surgieron imprevistos, pero como dice Ana muy orgullosa, la familia unida nunca será vencida.

Me cuenta que por una larga temporada de imprevistos de salud, su hermana Luisa estuvo ayudando para continuar. Luisa, una chica estupenda con la que coincidí unos años en el colegio y que es de esas personas que te vuelves a encontrar y dibujas una sonrisa en tu cara.

Y es que las mujeres Albaladejo son luchadoras, trabajadoras y grandes personas.

Cada día innovan. Tenéis que ir a verlas. Traen productos increíbles para hacer bonitos regalos, además de los libros, cuentos, juegos y material escolar.

 

¡Yo me compré hace poco un bloc cuadriculado con la carátula como si fuera una goma MILÁN que alucináis si la veis! ¡Y tiene la bolsa de tela a juego!

Es una pena que ya no queden comercios así. Por eso no debemos dejar de disfrutarlos mientras sigan cerquita de nosotros. Sentirte asesorado, comprar arropada por la calidez, mirar con ojos de niño dando una vuelta de 360 grados y poder soñar. Inhalar los años y el esfuerzo.

 

He dicho que son increíbles, pero además quiero resaltar su calidad humana y su solidaridad.

El libro benéfico LA VENTANA DE EVA se estuvo vendiendo en su librería. Acudieron a los eventos y presentaciones y trabajaron de manera altruista para que todos os llevarais el libro a casa.

Hay una chica, Isa, que lleva trabajando muchos años con Ana Albaladejo. Ella también es increíble y también se volcó con este proyecto benéfico para los niños con cáncer.

Lo más valioso que alguien te puede regalar es su tiempo. Y ellas lo hicieron. Su tiempo y su trabajo, las horas eternas en aquella presentación sin parar un segundo de trabajar. No tendré nunca suficientes palabras para agradecéroslo.

 

Por eso AFACMUR, la asociación de los familiares de los niños con cáncer me dieron una placa para ellas, porque ya se han quedado en el corazoncito de todos.

 

Y por eso yo hoy les digo, GRACIAS.

LOS COMERCIOS DE SIEMPRE NO PUEDEN PERDERSE. Recuperar la experiencia de entonces, y luego me contáis.

Gracias por estar siempre.

La ventana de Eva

Eva García Aguilera.