El IMIDA desarrolla herramientas que permiten mejorar la eficiencia hídrica del suelo y reducir la pérdida por evaporación

Agentes humectantes

El IMIDA desarrolla herramientas que permiten mejorar la eficiencia hídrica del suelo y reducir la pérdida por evaporación.

Lleva a cabo proyectos en colaboración con empresas y organizaciones para reducir el consumo hídrico, manteniendo la producción y la rentabilidad de los cultivos.

19.04.2025 La Comunidad avanza en el uso eficiente del agua en la agricultura y en la lucha contra el cambio climático a través de la investigación, la innovación y el desarrollo tecnológico. El objetivo es reducir el consumo hídrico con la incorporación de las últimas tecnologías de seguimiento y sensorización, con la implementación de técnicas que permiten conocer el ciclo completo del riego en las plantas o árboles y el efecto que producen en ellas, o utilizando estrategias para retener la humedad y evitar la evaporación.

A través del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA), que trabaja en colaboración con las empresas y organizaciones del sector, realiza proyectos con enfoques multidisciplinares que permiten, además de optimizar el consumo de agua, fomentar la sostenibilidad y mejorar el medio ambiente.

El director del IMIDA, Andrés Martínez, aseguró que “los proyectos que llevamos a cabo tienen como finalidad dar respuesta a los retos medioambientales actuales y, a través de métodos científicos y el desarrollo tecnológico, contribuir a garantizar la calidad del fruto, así como mantener la producción y la rentabilidad de los cultivos”.

Andrés Martínez explicó que “la Región es un referente mundial en el desarrollo y utilización de las últimas tecnologías que permiten recopilar información precisa y actualizada sobre los cultivos, el suelo y el clima, lo que puede ayudar a los agricultores a tomar decisiones más informadas y así mejorar la productividad de sus cultivos y optimizar la utilización de insumos”.

Entre las tecnologías que el IMIDA pone a disposición del sector destacan, por ejemplo, las estaciones agrometereológicas, la teledetección vía satélite, los contadores inteligentes, los sensores de humedad o los de potencial hídrico en el tronco de árboles frutales o incluso en las hojas. Toda esa información, datos agrometeorológicos y prácticas de gestión del riego se fusionan e integran con algoritmos de riego de precisión y seguimiento en tiempo real de las parcelas que facilitan al agricultor la toma de decisiones.

Comportamiento agronómico

Otro ejemplo es el trabajo que desarrolla el Equipo de Fruticultura del IMIDA que, a través de la incorporación de toda esa tecnología y la aplicación de los conocimientos de los comportamientos agronómicos, les permiten conocer con exactitud qué efectos tienen en los árboles determinadas cantidades de riego, cerrando el ciclo integral del agua en la planta. Esto se traduce en algo fundamental para los productores: conocer la cantidad exacta de agua que necesita el árbol para optimizar su uso y aumentar la producción de fruta.

Humectantes y acolchados orgánicos

Otra de las estrategias implementadas, en este caso en los cultivos de cítricos, son los agentes humectantes, que han demostrado ser una herramienta eficaz para mejorar la eficiencia hídrica en el suelo. Se trata de compuestos que reducen la tensión superficial del agua, facilitando su distribución homogénea en el suelo y mejorando su retención. Esto permite que el agua alcance de manera más eficiente la zona radicular, lo que reduce igualmente la pérdida por evaporación y lixiviación.

Las investigaciones, realizadas a cabo por el Equipo de Riego y Fisiología del Estrés en colaboración con empresas y organizaciones agrícolas, han demostrado que la aplicación de agentes humectantes bajo condiciones de déficit hídrico permite mantener un mayor contenido de humedad en el suelo a lo largo del tiempo, especialmente en la zona de mayor densidad radicular. Además, favorecen la retención de macronutrientes esenciales, lo que optimiza la nutrición del cultivo. Estas mejoras fisiológicas obtenidas con la aplicación de humectantes se pueden ver reflejadas en la respuesta agronómica, pues mantienen el desarrollo del fruto y pueden incrementar su calibre, así como la cantidad de frutos cosechados en un primer corte.

Otro de los avances desarrollados en el campo de la viticultura es la combinación de estrategias de riego deficitario controlado, el empleo de material vegetal más tolerante a la sequía y un manejo más sostenible del suelo.

Entre estos manejos sostenibles del suelo se ensaya en la aplicación de cubiertas vegetales sembradas y el acolchado orgánico. El acolchado orgánico (cubierta, por ejemplo, de paja de cebada) contribuye, entre otros aspectos, a retener la humedad y reducir la evaporación del agua, reducir la erosión, la escorrentía y la lixiviación, lo que ha demostrado ser útil para mejorar el estado hídrico de la vid.

Además, el uso como acolchado orgánico de otros materiales como los restos de poda también podría ser una alternativa ecológica para reducir la evaporación del suelo y aumentar la productividad del agua en el cultivo fomentando una economía circular con el aprovechamiento de los residuos, especialmente en áreas extensas de viñedos con riego por goteo.