Cartagena, "futbol privado" y silencios atronadores
I. “El fútbol es lo más importante de las cosas poco importantes.” La frase es un clásico. Yo no soy nadie, ni nací en Cartagena, ni estudié en la trimilenaria Qart Hadasht, Cartago Nova ni nunca vi El Almarjal. No tengo pedigrí cartagenerista, pero mi inquietud me empuja a decir lo que hoy pienso. Con todo respeto, pero con toda vehemencia debo mojarme y decir cómo lo siento y lo veo. Es más cómodo callarse, pero quiero opinar, desde la irrelevancia de simple abonado. No se trata de hacer leña de árbol que se está cayendo, sino de no quedarse callando.
Yo no soy nadie. Cuando el FC Cartagena ascendió en 2009 a segunda división y mi hijo pequeño tenía 3 años, me aboné y empecé a hacerme yo también niño y disfrutar, y a la vez sufrir en esta idiosincrasia del cartagenero albinegro. Hablo desde mi recuerdo.
Tuvimos aquel presidente peculiar, Paco Gómez el bodeguero, aficionado a las echadoras de cartas y otras excentricidades. No se alargó mucho en sus decadencias, no daba aquello más de sí. Después vino la época SportGolMan con aquellos señores de Valencia que nunca supe ni cómo ni a qué aparecieron; no lo hicieron bien los Javieres. Javier Marco intentó transmitir, pero finalmente entendieron que debían irse. ¡Y se fueron! Cambio de ciclo.
Posteriormente con trabajo disfrutamos de razonable tranquilidad, y proyecto de Belmonte & Breis empezó con seriedad. Yo no sé de contabilidad, pero el tiempo de 2ª B y los primeros tiempos de Liga SmartBank fueron razonables y hasta brillantes, justo es decirlo. Con la B&B vivimos años de vino y rosas, con apoyos de Moreno, pero pronto supimos (primero rumores, luego certezas) que Felipe Moreno era no solo un apoyo moral -el primo de Zumosol-, sino el dueño del 85% del club. ¿Sabéis vosotros mucho más? Yo, no.
II. Hay una fecha simbólica que marca para mí un antes y un después, como un Rubicón que se cruzara. Desde ahí todo ya empeorando fue de mal en peor -con la excepción milagrosa de Calero-.
La fecha es ésta: cinco de septiembre, año 2023. Rueda de prensa de Paco Belmonte. La he escuchado muchas veces estos días; creo que ahí hay claves del fondo de la cuestión. Fueron unas declaraciones que saltaron a la prensa nacional:
«Que esto es una empresa privada; entonces, o llega alguien y compra la empresa privada, o la empresa privada sigue funcionando ¡Que se vaya...! Que se vaya quién, ¿quién se va a ir, campeón? O viene alguien y compra la empresa, porque le interesa a los dueños de la empresa, o siguen los dueños de la empresa; la empresa no va a cerrar… no hay más historia (…)
Tú no puedes decir ´hasta luego`, porque ha costado mucho trabajo, porque hay muchas familias que comen de esto, porque hay un escudo, porque hay una afición, porque hay una ciudad.
Para luego leer a tres payasos por ahí diciendo que no sé qué y no sé cuánto. ¡Vete a tu casa, payaso! Y luego me ven por los bares y me saludan. ¡Payaso, eso es lo que eres, idiota!»
------
Error 1: Aunque el FC Cartagena sea una empresa que hay que manejar contablemente como una empresa, NO ES SOLO UNA EMPRESA. Mal vamos si se habla de los clubs de fútbol sólo como una empresa. ¡Craso error! Lo dijo el mismo Belmonte aquel día: ¡HAY UN ESCUDO, HAY UNA AFICION, ¡HAY UNA CIUDAD! ¡¡Efectivamente¡! Es decir, hay un acervo, hay un sentir, hay un pueblo, hay espíritu del deporte y del futbol, que es mucho más importante y sin el apoyo del cual un presidente no puede ni debe seguir. El presidente no es un presidente de un consejo de administración de una empresa de motores, o de una constructora, que hace y deshace. Un club de fútbol no es solo una empresa. Ni mucho menos.
Si se va al carajo el equipo, que se vaya, pero todos juntos, sufriendo, y con una confianza en un proyecto. No gana la liga ni desciende una empresa ¡qué pijo!, como si habláramos de Repsol.
Error 2, para mí más inexplicable: El silencio. Ausencia de explicaciones durante meses y meses y meses; meses y más meses. Un silencio que es irritante cuando tanta gente pide explicaciones sin recibir nada. ¿es silencio pasota? ¿es silencio administrativo denegatorio? ¿es un ‘no doy explicaciones porque no me da la gana’? Encerrarse en el caparazón no augura un buen final.
La desafección del aficionado con B&B es tremenda. Hay que saber ver que hay que cambiar de ciclo, y saber irse, para ilusionar; hay que saber rebajar pretensiones, y por tanto vender. No, no es solo una empresa. Se ha roto la confianza y nada puede solucionarlo sin un cambio, el sentir general es unánime; la gente está hundida y ni aparece por el campo. El silencio del presidente en esta situación es atronador, estruendoso. Los aficionados no podemos ser meros convidados de piedra. No entendemos el carajal del señor murcianista Felipe Moreno, Duino S.L., Fernando Carreño y el sursum corda. Queremos saber y comprender. No sé de contabilidad, pero sí de sentimientos. El silencio debe acabar.
III. Termino. No soy nadie, soy un aficionado más, pero no me da igual lo que le pase al equipo de fútbol de la que es mi ciudad en los últimos veinte años. Esto no es una lotería, Breis, que el otro día parecía que hablaba usted del futbol como si fuera el bingo y se perdiera por motivos aleatorios, de puro azar. Las cosas no se han hecho bien en este último año y medio. Hay que saber terminar ciclo, ya toca.
El futbol es lo más importante de las cosas poco importantes, sí, pero a veces las cosas pequeñas sirven para unir a un número de gente muy grande y diversa. No soy nadie, soy insignificante, un simple abonado más que va al fútbol, un advenedizo con apenas quince años de carnet; voy con mis hijos, con mi cuñado y sobrinos al futbol. Sé que siempre recordarán tantas tardes juntos. No hay derecho a este silencio sin esperanza. Todos sabemos que unas veces se gana y otras no, que a veces se asciende y que se puede descender. Esa no es la cuestión. Lo que no puede hacerse es no rendir cuentas a una ciudad, a un escudo y a un sentimiento. No, no es una simple empresa privada; es un sentimiento de todos.
Con todo mi afecto, así lo pienso y así lo escribo. En espera de futuros acontecimientos sólo me queda algo por decir:
“Cartageneros siempre unidos, sus colores fuerza son, sentimiento albinegro”