“El vecino molesto”, por Ramón Galindo

Y con esto poco a poco, este avinagrado año no se armó el Belén, más bien se armó el “vecino molesto” y digo molesto, pues beneficios o satisfacciones nunca nos han dado, más bien quebraderos de cabeza desde el 7 de abril de 1.956, fecha en la que nació como país, antes también pero de otra índole.

Donald Trump en uno de sus últimos coletazos, le ha colocado todos los restos de serie de su arsenal que ha podido a Marruecos; y los alauitas no contentos con eso se han lanzado al mercado internacional de segunda mano, en la búsqueda de los mal llamados “tanques” pues todos sabemos (menos “algunos” especialmente periodistas poco duchos en la materia, que así llaman a todo lo que tiene una torreta con un cañón, y se mueve con cadenas o ruedas, incluyendo los obuses autopropulsados, los transportes blindados de tropas e incluso los tractores anfibios LVT-/AAV, cuyas misiones, usos y capacidades son totalmente diferentes) como decía, que todos sabemos que un tanque es un depósito de líquidos, y que los británicos lo llamaron “tank” por haber sido un proyecto de arma secreta de la Primera Guerra Mundial, que pudiera resistir los impactos de la fusilería y atravesar alambradas y trincheras, que precisamente se desarrolló en una recóndita fábrica de tanques metálicos de La Gran Bretaña; otras versiones afirman que como el resultado final –el Mark 1- por su forma se asemejaba a dichos contenedores de líquidos le ratificaron el nombre y afirmaron dicho anglicismo, que muy poco ortodoxamente lo traducen al castellano apelándolo como “tanque” cuando en realidad es un CARRO DE COMBATE.

Dicho esto, y a cambio de otros entresijos diplomáticos del aún Presidente Norteamericano, con árabes e israelitas, es cierto que han rearmado a Marruecos y reconocido la soberanía alauita sobre los territorios del antiguo Sahara Español o Sahara Occidental.

En principio, excepto a lo concerniente a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, -que nuestros aliados de la OTAN ya nos han advertido que es cosa nuestra y en ese charco no se van a manchar las botas-, a España no debería preocuparle mucho el asunto, aunque no nos olvidemos que en la Marcha Verde nos la metieron “hasta donde pone Toledo” ¡Y menos mal! que les paramos los pies cuando intentaron meter la patita en el Perejil, pues con tanto carro de combate –obsoletos por cierto- Marruecos carece de capacidad de proyección anfibia y por lo tanto no podrían cruzar el Estrecho, por la una de las razones que Federico Trillo recortó el número de adquisiciones del carro de combate Leopard para el Ejercicio de Tierra, ya que solo eran operativos dentro de la piel de toro y su transporte hacia otro lejano teatro de operaciones solo puede ser de carácter logístico, en tren o en barco, pero hasta ahora, aún no en operación anfibias en costa hostil.

Otra cosa son las recientes compras por parte del “vecino molesto” de medios aéreos incluyendo los F-35, los tres Gulfstream G550, los 36 helicópteros Apache, los misiles y los drones capaces de alcanzar fácilmente la Península Ibérica, y estos últimos capaces de regresar a sus bases sin ser vistos. También es verdad, que si un ordenador o Smartphone de hoy día, prácticamente se tiene que actualizar casi a diario ¡Imagínense ustedes un avión espía! Y de todos es sabido que en eso siempre viene la segunda parte, de la cual “el vecino molesto” en ese modus operandi, no es precisamente ni un experto, ni siquiera aficionado. Por lo que su capacidad tiende a disminuir muy rápidamente con el tiempo.

Las guerras que se ganan, son en las las que no se combate y en la mayoría de las veces, los débiles no atacan a los fuertes.

Evidentemente España no es una amenaza para Marruecos, al revés ellos sabrán.

En los libros de táctica, existe la figura de la demostración de fuerzas, que sirve para mantener a la presunta amenaza, inmóvil ante un contrincante más fuerte.

Si vis pacem, para bellum.

De todo esto, deduzco cuatro cositas de “ná”:

-Una, que si bien es cierto si Marruecos hiciera toda esa inmensa inversión en mejorar la calidad de vida de sus súbditos (porque estos sí que son súbditos a la vieja usanza) o en inversiones en su industria, su ganadería, su pesca y agricultura, quizá aliviaría los males endémicos de su país y se quitarían el hambre y la miseria en la que sus dirigentes tienen sumido a su pueblo, y hasta no le tendríamos que regalar los carísimos Toyotas 4x4 policiales.

-Dos, que es precisamente en estos momentos en los que España, como en otras ocasiones cuando se ha encontrado en momentos debilidad política y con sus problemas de divisiones y peleas internas -más por sus sueldos que por los sillones- pues nuestro mal endémico además del coronavirus, no es el de los que aspiran a un puesto, sino el de los que aspiran a un sueldo y cuanto más alto mejor, pues no han sido capaces de hacerlo en sus vidas y lo buscan por este camino, que en ocasiones es más fácil, basta con ser algo ruin, y conste que no lo digo por todos, pues políticos buenos los hay, sino por esos arribistas de currículo escaso, maquillado o inventado que no les queda más remedio que buscarse la vida aun a costa de perder el honor y la dignidad, si es que lo tuvieran.

-Tres, ¡Qué coño queremos! si llevamos cuarenta años abandonada la política del Sahara, que como decía en el punto dos, desde que murió Franco aquí todos se la cogen con papel de fumar en esta materia, nos retiramos del Sahara, abandonamos a su suerte a los que les habíamos dicho que eran españoles e incluso les dimos el DNI, dejamos que Argelia, Marruecos y Mauritania se lanzaran en una guerra a por sus despojos, y desde entonces cuando Mauritania se retiró, y Argelia se alió con el Frente Polisario, entre unos y otros, el pueblo saharaui malvive en los campos de refugiados de Tindouf (Argelia), que por cierto tuve la oportunidad de conocer e incluso departir con prisioneros de guerra marroquís que se encontraban en Tifariti (último reducto español del Sahara).

Por no hablar de las carencias y el obsoletísimo en el que “poco a poco” están sumiendo la Defensa Nacional, que solo en el último año, la Armada ha dado de baja veintisiete buques y como contrapartida solo nueve de alta. Quedando las unidades a flote con una edad media de veintisiete años, cuando su vida útil se sitúa en torno a los treinta y pocos; con un solo submarino en activo y pasado de vida operativa.

-Y cuatro ¡Cuidadito con lo que nos están mandando en pateras! Que el espionaje desde el cuerpo diplomático está ya muy anticuado, esto ya no es el guion de la película Casablanca, ni los protagonistas son Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, y no hay nada como tener in situ una avanzadilla de la que los de aquí no sabemos nada de su procedencia y si nos descuidamos, encima les ponemos un piso.

Y así, felicitando la Nochebuena y la Natividad del Señor, entre los aromas del café y los sabores de este puro de los domingos, como de costumbre aprovecho para enviaros un fuerte abrazo a amigos y familiares.

RAMON GALINDO