Montanaro de aquí: UNA CADENA DE ERRORES Y NEGLIGENCIAS CON TRÁGICO FINAL

UNA CADENA DE ERRORES Y NEGLIGENCIAS CON TRÁGICO FINAL

Podría ser el título de una película, pero no es más que la cruda realidad. Con víctimas reales y con circunstancias reales.

Hago mías para este articulo a modo de denuncia las palabras de una de las víctimas de esta trama, dos huérfanas que no les tocaba, dos huérfanas que necesitaban a su padre, una esposa asolada, este, Baltasar Herrero.

Era un martes 23 de marzo y podía pasarle a cualquiera, pero, quien estaba en un semáforo parado frente al colegio San Isidoro en el Paseo Alfonso XII era Baltasar, cuando su semáforo se puso en verde y arrancó, la desgracia el asolaba, alguien se saltó el semáforo contiguo y lo embistió lanzándolo contra el cruce y causándole un impacto grave.

Se activó el traslado al hospital de Santa Lucía inconsciente, la esposa llega tras el suceso y por argumentos desconocidos, imaginamos un COVID que empaña y oculta las más oscuras debilidades y en ocasiones negligencias se le niega el acceso, inhumano sin duda, además del desprecio se le niega la más básica información del estado de salud, la victima sedada y desterrada al ostracismo de la salud publica murciana.

12 horas con ausencia de información en la puerta de urgencias, no se le informa del estado de la víctima, no se le concede su derecho a la información, en un claro desprecio humano protagonizado por quien debe velar por consagrarlo. Fue tras doce horas y sin fuerzas la propia victima sedada quien aviso por teléfono a los familiares de su paupérrimo estado y de la intención del centro sanitario que, porque pretendían darle el alta, si esto no es una negligencia grave serán los informes sin manipular y la autopsia practicada que haga de evidencia judicial, rechazando el alta debido al estado calamitoso que no es cuestión de narrar por decoro.

Tras una noche incierta y ansiosa, al día siguiente miércoles 24 igual, no se permitía el acceso, pero tampoco había información del estado de salud, Baltasar no podía hablar ya que el golpe fue tan fuerte que lo tuvieron que sedar y no se acordaba de nada porque perdió la conciencia. Debido al trauma y quiero pensar que por prescripción facultativa y no negligencia y descontrol hospitalario no sé le alimentó ni aseó y el propio jueves, al alba otra vez intento de alta médica, según el informe con un tac y sedado abandona el centro hospitalario.

Una ambulancia, indicativo del estado crítico de la víctima traslada a Baltasar la Mutua, pues parece que al ser un tráfico y ser en horas laborales las responsabilidades en esta España de trileros y pandereta se diluye entre todos los estamentos y organizaciones que realmente de poco sirven, allí tampoco le hicieron nada ni tomaron medidas, con un…, está bien, a casa, la hemorragia presentada ocupaba más del  50% del cuerpo, el hinchazón de la pierna escondía su morfología natural, los dolores y el sufrimiento escondido por la sedación denotaban una faz tétrica tras abandonar el hospital negligentemente, en la segunda estación de su particular vía crucis, como dice su hija…,  “le dijeron que estaba bien y lo mandaron a casa”.

Fue abandonado a las puertas de la casa por la ambulancia, en el acceso perdió el conocimiento, más tarde otra vez. El domingo a primera hora, cuándo el sol no apuntaba aún sobre la ciudad, el 112 solo pudo certificar su muerte, la mirada perdida.

Personada la Policía Nacional, Judicial y forenses se establece investigación, parece que el alta no es correcta, a todas luces…,  o no está completa la justificación de la misma, hay lagunas, errores y posiblemente negligencias, no es cuestión de establecerlas en un escrito, será el juzgado que lo establezca y esperemos que con claridad y no perdamos el norte en consideraciones banales, los errores y las negligencias en sanidad se pagan con la muerte, la empatía, la caridad humana, son la confianza y el sustento del enfermo, de la víctima, del paciente,  por parte del personal sanitario, quebrada esta confianza, la profesión pierde su alma y no se puede  permitir.

No hay palabras, la justicia y la familia luchan desde su dolor y lucharan para esclarecer y pedir responsabilidades, que nadie en el sistema de salud tenga dudas. Hay muchas víctimas, un buen hijo, mejor esposo, increíble padre y satisfecho abuelo ha dejado este mundo, pero no el corazón de sus amigos y familiares, Baltasar descansa en paz, te lo mereces.

El destino es egoísta y requiere a su lado a las grandes personas, como así ha decidido con Baltasar, un alma joven quizás para acompañar y dibujar con su motocicleta algún destello en algún sitio etéreo. Para ello ese maldito destino se ha valido de una cadena de errores y negligencias con trágico final.