PENSANDO EN VOZ ALTA: DÍA MUNDIAL DEL RETRETE

PENSANDO EN VOZ ALTA

DÍA MUNDIAL DEL RETRETE

Muchas veces comentamos, con una sonrisa, que “hoy es el día mundial de X”. En concreto hoy, 25 de noviembre, es el día internacional “de la Eliminación de la violencia contra la Mujer”. Hay días mundiales de casi todo, incluido el de la croqueta, pero no sé si muchos de ustedes se han preguntado ¿para qué sirven los Días Internacionales? Hemos recabado respuestas a la Asamblea General de las Naciones Unidas y nos dicen que sirven para: Sensibilizar, concienciar, llamar la atención, señalar que existe un problema sin resolver, un asunto importante y pendiente en las sociedades para que, a través de esa sensibilización, los gobiernos y los estados actúen y tomen medidas o para que los ciudadanos así lo exijan a sus representantes. En sus resoluciones, la Asamblea General también suele hacer una descripción de la situación que le mueve a proclamar Día Internacional una determinada fecha. Además, ese mismo órgano destaca en las resoluciones cuales son los aspectos del problema que más preocupan a los Estados Miembros.

Finalmente, las Naciones Unidas también aprovechan para mostrar el camino a los Estados señalando las acciones que deben adoptar en la búsqueda de la solución a los problemas. Fundamentalmente sirven de termómetro para conocer cuál es el interés que un asunto despierta en una determinada región. Para ello, basta con observar como la popularidad de cada Día Internacional varía por regiones e idiomas.

Hay cuestiones que, en nuestro diario devenir y situación, no le damos mayor importancia. Una de ellas es la del wáter. Me gusta más la palabra retrete, según el diccionario, «Recipiente en forma de taza, generalmente de porcelana o loza esmaltada, que sirve para orinar y evacuar el vientre en postura sentada, está provisto de una cisterna con agua para limpiarlo después de su uso y está conectado a una tubería de desagüe que se comunica con las cloacas». También se le denomina así a la habitación que lo contiene.

Muy pocas personas se han parado a pensar, principalmente por desconocimiento, que los retretes salvan vidas porque evitan que a través de las heces humanas se propaguen enfermedades mortales. Sin embargo, 4500 millones de personas no cuentan en sus viviendas con sistemas que eliminen los excrementos de forma segura. Por eso el 24 de julio de 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 67/291 "decide asignar el 19 de noviembre -la pasada semana- Día Mundial del Retrete en el contexto de la propuesta: Saneamiento para Todos" para concienciar acerca de la crisis mundial de, reitero, saneamiento y fomentar medidas que la resuelvan.

Para 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en concreto el ODS 6, tiene por fin hacer llegar el saneamiento a todos los habitantes del planeta, reducir a la mitad las aguas no tratadas y aumentar su reutilización. Para alcanzar estas metas, es necesario que los excrementos humanos sean depositados, transportados, tratados y eliminados de forma sostenible. Miles de millones de personas en todo el mundo carecen de sistemas de saneamiento o no son efectivos. Como consecuencia, los avances en el ámbito de la salud y la disminución de la mortalidad infantil se ven gravemente perjudicados.

Algunos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF): Aproximadamente un 60 % de la población mundial, unos 4500 millones de personas, no disponen de retretes en sus viviendas o tienen sistemas de saneamiento deficientes. Unos 892 millones de personas defecan al aire libre y no tienen acceso a ningún retrete. En torno a 1800 millones de habitantes del planeta beben agua no potable que podría estar contaminada por heces. El 80 % de las aguas residuales generadas por la población mundial regresan al medio ambiente sin ser tratadas o reutilizadas. Tan solo el 39 % de la población mundial, unos 2900 millones de almas, disponen de servicios de saneamiento que gestionan de manera segura y eficiente las heces, sea in situ o en otras instalaciones. La mejora de los sistemas de saneamiento, junto con el agua potable y la buena higiene, podría prevenir unas 842.000 muertes al año.

Estos si son problemas y no las gilipolleces al uso, gilipolleces que deben ir al contenedor negro de las tonterías y no, para no contaminar, al retrete.