DESDE MI QUERIDA CARTAGENA DE ESPAÑA LORENZO VERGARA PAGÁN (LOREN) A PUNTO DE IRME…¡DE VACACIONES!

Loren
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DESDE MI QUERIDA CARTAGENA DE ESPAÑA LORENZO VERGARA PAGÁN (LOREN) A PUNTO DE IRME…¡DE VACACIONES!

DESDE MI QUERIDA CARTAGENA DE ESPAÑA

LORENZO VERGARA PAGÁN (LOREN)

A PUNTO DE IRME…¡DE VACACIONES!

El “titulico” del articulo se las trae ¿eh?, pero…¡no asustaros los que me apreciáis! (espero que seáis muchos). Esta tarde 27/07/23, cuando he entrado a la UPCT (edificio del Hospital de Marina) como siempre, antes de entrar miro a mi espalda, para ver la plaza de toros y la replaceta “La Repla”, y sobre todo el edificio del SAIT (donde estaba mi casa, mi terracica) y… como siempre, veo a mi abuela, y le echo un beso, llevándome la mano a los labios. Sigo hacia dentro, para “mi” laboratorio, antes  saludo a mi compañera, la simpatiquísima y amable conserje Elisa que… me devuelve el saludo con su habitual amabilidad. La verdad sea dicha que… a estas alturas de verano, y más por la tarde, con la solanera que hace, hay muy poco “movimiento” en este grandioso y bellísimo edificio, y eso, me hace sentirme un poco más nostálgico. Por eso, conforme avanzo, mi mente parece un “carrete” de fotografías antiguas, y empieza a recuperar “momentos”, y como estoy a punto de irme…de vacaciones, (quede claro) he pensado dejar un recuerdo de “Mi querida Cartagena de España, de la Cartagena inolvidable que viví a tope. Y aquí estoy, entre muestra y muestra, al pie del ordenador, rememorando momentos, sitios y costumbres inolvidables que jamás volverán, pero…que nunca se irán porque… si la providencia me ayuda los tendré siempre conmigo.

Os voy a dar una vuelta por Cartagena de España, voy a intentar llevaros a los años 55-60. Servidor, tenía la costumbre de…los sábados (no sé porque motivo tenía que ser sábado, quizá porque era medio día de fiesta), me arreglaba, me ponía bonico (hasta donde podía jejeje), y salía de mi casa, de mi “terracica”, y hacía lo que siempre (hasta hoy mismo) me ha gustado hacer, pasear por Cartagena, saborear Cartagena, mirar las calles y los comercios de mi ciudad, andar solitario (cosa harto difícil, por la cantidad de amigos que tengo, y de los que presumo) admirando la belleza de nuestros edificios antiguos y…hacerlos todavía mucho más bellos con mi pensamiento. Voy a hacer un recorrido sabatino con vosotros a mi lado. Espero no aburriros. Pero…quiero advertiros que no he acudido a ningún dato histórico, que hago un “paseo” mental, rescatando de mi memoria todas las tiendas que nombro, y que…por ello, es posible que me deje algunas (o muchas), pero debo hacerlo así, porque esto no es un libro histórico, solo es un ejercicio de memoria añorante, y…un poco (solo un poco) sentimental.    

Como decía…ya es sábado, de hace…sesenta y cinco años, salgo de mi casa, saludo a la maestra  barbera (que vivía al lado de mi casa), no era barbera, pero sí lo era su marido, el maestro Nono (Antonio Cano) padre y madre de once hijos, que sacaron adelante luchando como un león y una tigresa, incluso, el maestro Nono fue mi primer representante futbolístico. Ya empiezo a salirme del guión y se me va la hebra, siempre me pasa. Prosigo, salgo por la calle del Ángel, saludo a Antolín que tenía un comercio de frutas y comestibles, a la derecha de la calle la tienda de Enrique, sigo bajando, a la izquierda estaba el estanco que regentaban dos hermanas y su madre, y llego a la esquina de la calle rozando el Lago, en un lado (a la derecha) la droguería de Álvarez Gómez, el encargado era el Sr. Paco, un hombre alto, calvo que tenía una agilidad increíble, en el otro lado del final de la calle del Ángel, estaba (y está) el Bar Ideal, este bar ha sido tan importante en mi juventud que… mereció el solo un artículo de mi Farola del Lago, se llama “El Bar Ideal”.

Seguía mi camino por el “Lago”, al lado de la droguería de Álvarez estaba la carnicería del Sr. Pepe y su hijo Gabriel, el Sr. Pepe, me decía que había sido Presidente del equipo de futbol Plus-Ultra, y que fichó a mi padre cuando era militar, para jugar en su equipo. Por eso, jamás se me olvidará. A continuación estaba la peluquería del Sr. Antonio, aquel hombre bajito pero ágil como una ardilla, sus “operarios” eran el padre del practicante Agustín, y mi TIO ANTONIO (que falleció el año pasado). A continuación la panadería de  “el Pana” y de Eduardo. Después la frutería del Sr. Juan, en esta frutería compraba los plátanos el célebre ciclista Bernardo Ruiz, (ídolo del ciclismo de la época), campeón de España, y segundo en el tour de Francia,  venía entrenando desde Orihuela en bicicleta, compraba los plátanos (tres veces por semana) y se volvía otra vez a su pueblo, salíamos a esperarle, y le dábamos una palmadica en la espalda en tono de amistad, ¡con orgullo!. Un inciso, para deciros que…pensaba realizar este articulo en cuatro trazos, pero…es imposible, conforme escribo mas recuerdos llegan a mi cerebro, y…no sé si seguir. Bueno que sea lo que Dios quiera, he empezado y…sigo. Al lado de la frutería estaba la tienda de juguetes La Gloria haciendo esquina con calle del Alto. Cruzo la calle, para irme al Palacio de Aguirre, pero… miro de reojo la Calle San Diego, y veo la carbonería del FUMATEAS, aquel hombre pequeñico y “cascarrabias ”fanático” del Cartagena F.C. que se cabreaba cuando le decían ¡BÓVEDAAA!  y el, respondía gritando en tono cartagenero “sien por sien”, yo no soy bóveda soy “sosio” del EFESÉ.

Ya he cruzado la acera, y estoy en el fantástico  Palacio de Aguirre, con sus imponentes letras en medio de la fachada, que decían… FET Y DE LAS JONS, no sabíamos lo que significaban, solo veíamos en esas letras la luz que daban de noche cuando se encendían, y nos permitía jugar al futbol en El Lago, con las latas de los betuneros. ¡Madre mía! se me va el Santo al cielo. El conserje del Palacio Sr. Vives, tenía tres hijas, la mayor se casó con Espelta, futbolista catalán de la U.D. Cartagenera, la segunda Ana María, se casó con mi amigo Rosendo, y la tercera Pepi, se casó con mi querido amigo José Antonio Jaime Pérez, que nos acaba de dejar y se ha ido, aunque… antes, viéndose  muy malico “casi” se despidió de mi, y de todos. No quería entrar en historias, pero…no he tenido más remedio. Al lado del palacio el taller de carpintería de amigo y compañero en la UPCT Fulgencio Pérez Baños. Paso a la otra acera, y ahí estaba en un “zaguán” el despacho de billetes (que Regentaba la Sra. Anita) para Los Nietos y Cabo de Palos, al lado en un “bajico” El Tintorero en Casa. Un poco adelante la preciosa entrada de la Casa de Expósitos, ¡cuántas historias se podrían contar! de esa casa, mi abuela les llevaba a las monjas alguna ropa para que las repararan (eran verdaderas artistas las dejaban nuevas). Seguidamente el despacho de billetes para los coches del “Paterna” que hacían la ruta El Algar y La Unión. En la esquina de esa parte del Lago, estaba, el Bar La Tana. Aun no se había instalado del Mesón del bocadillo de Mariano el taxista.  

En la otra parte, el maravilloso edificio del cine SPORT, y en la puerta del cine, el carro de los helados del Mayor de los hermanos Román, el famoso y querido “gordo”, adorable y admirable persona. Al lado del cine la Bodega de Juanito, siempre que hablo de esta bodega  acude a mi mente su perro lobo, la tenía tomada con mi aro de acero, que me regalaba mi abuela todos los años por los Reyes Magos, y que yo de niño paseaba por todo el lago, y…en cuanto me veía salía disparado y me robaba el aro, y se lo llevaba a la Bodega ¡que recuerdos!. Al lado de la bodega estaba el futbolín del “Manco”, sin ánimo peyorativo (ni muchísimo menos) todo lo contrario le teníamos gran respeto, a una peseta la partida, ¡madre mía! las pesetas que me habré dejado yo ahí, este hombre, el manco, con una sola mano nos ganaba a todos, ya se me van poniendo los ojos cristalinos (siempre me pasa), al lado una pequeña lechería y huevería, inmediatamente la Bodega La Merced y el Bar la Merced que tenía dos entradas, una por el lago, y otra por Calle del duque donde los domingos vendían las entradas para las toros. Posteriormente ese local fue la cafetería Puerto Rico. No me olvido de los quioscos, el de Miguel voceando El Noticierooooo, La Vedad, El Alcázar, y Maaaaadrid. En la otra esquina, helados Poli, varios hermanos Fernando, Diego y el mismo Poli.

Ya estoy en la esquina del Bar Ideal y enfilo la Calle del Duque, por el lado derecho, al lado del Bar la Merced estaba la Carnicería del Toro (tenía en la Pared una cabeza de toro) muy cerca la tienda de uno de los hermanos Martínez Monreal, al lado (en un zaguán) un zapatero remendón muy conocido y simpático un poco más adelante la Chocolatería y Café de Espín. Al lado (lo que hasta hace poco, era la desaparecida CAM) estaba el Café Casal, arriba de ese café, estuvo el Club Gavira (mi tío abuelo, el gran torero Cartagenero), antes este Club estaba en la Calle del Aire, lo que después fue el Club billares. Al lado del Café Casal estaba calzados “El Gallo”, con su célebre gallo anunciándolo (¡qué pena! que lo robaran unos desaprensivos. Me paro antes de llagar al cruce de Calle Caridad con Calle Gisbert, donde regulaba el escaso tráfico (no habían semáforos, y pocos coches) un policía Municipal muy famoso.

 Vuelvo al Bar Ideal por su acera, al lado del Bar estaba la Panadería de Juanita, (cuando compraba el pan  le pedía a Juanita que me diera la añadidura, que era un trazo suelto, y me lo comía por el camino), ¡madre mía!, me vienen los recuerdos a borbotones, al lado de Juanita la tienda de comestibles de Jerónimo, un poco más adelante una confitería, Almacenes Lepanto y la tienda de comestibles de Macario, después  la famosa Confitería de Cañizares, a su lado, la tienda de otro hermano Martínez Monreal. Cruzo la calle Gisbert, y me voy a la parte derecha de Calle del Duque, ahí, me encuentro con Almacenes Faura,  almacenes El Siglo, la confitería El Aseo, que la regentaba mi amigo Sandalio, la pescadería de la Sra. Isabel, (su hijo Antonio quiso ser torero). Almacenes El Águila, y en la esquina los grandes almacenes de Viñas y Navarro.

Vuelvo a la parte izquierda de la Calle del Duque. Estaba la peluquería de señoras “El Campeón”, inolvidable, porque… ahí se arreglaba el pelo mi querida madre, y me llevaba con ella cuando yo tenía 4-5 años. Muy cerca la ferretería el Candado de Bronce. Al lado tejidos Gómez, que se anunciaba “poca fachada y muchas existencias”. Inmediatamente calzados Agüera, un poco después Confecciones Aurelio Méndez y la tienda de cortinas de mi amigo Nico Salmerón, hermano del Mexicano, le llamaban así porque de chico lo reclamó su padre (exiliado de guerra en México), y él se pavoneaba exagerando el acento Mexicano, (además, era muy buen futbolista). Cerca de la tienda de cortinas estaba Almacenes La Torre. Seguidamente La Relojería de Carrión “El Péndulo de Oro”, al lado de la casa del Doctor Eduardo Bonet y su esposa, hermana de D. Francisco Celdrán (el Rey de las Minas en aquel momento) que ya estaba fraguando en su cabeza la instalación de la empresa ZINSA. Cerca de la relojería los Almacenes de tejidos La Virgen de la Caridad. y seguidamente la farmacia de Oliva Llamusí.

Llegado ahí, recuerdo que tengo una reunión en el lago, con mis queridos amigos Regino, Mogo, Ñoño, Churri, Contreras, Jaime, Manolín, Ramón, Sorni, Pascual, Terol, Munuera, Nito y…todos los que componíamos nuestro equipo de futbol El Rápido, y teníamos que reunirnos en los bancos del Lago, para que Tony (nuestro Presi), nos preparara la táctica del partido del Domingo. “Asinque” me di la vuelta, no sin antes lanzar una mirada al eterno Bar Sol de la Plaza San Ginés, y un “poquico” más abajo en San Antonio “el Pobre”, para ver la fontanería de los amigos de mis padres hermanos Franco.

 Queridos amig@s, el paseo se me ha hecho un poco cansado tengo algunas agujetas, pero… os prometo que, saldré otro sábado, y empezaré a andar en la Plaza de San Ginés, donde acabo de terminar. Os ruego seáis un poco benevolentes, ya os digo que es todo de “memorieta” y que me habré dejado “cosas” si queréis, podéis corregírmelas dentro del articulo. Un abrazo muy grande para todos, y… para MI QUERIDA CARTAGENA.

Lorenzo Vergara Pagán (Loren)