El Rincón Literario de Paco Marín: “Las seis letras”

El Rincón Literario de Paco Marín: “Las seis letras”

TÍTULO:     Las seis letras

AUTOR:      Eduardo Oller

EDITA:       Ediciones Oblicuas (2019) -Colección Impulso-

Encuadernación: Tapa blanda. Tamaño: 15 x 21,6 cm. Número de páginas: 132. PVP: 15,00 €. ISBN: 978-84-17709-50-1

Eduardo Oller nos demuestra que no se necesitan muchas, muchas páginas para desarrollar una buena y completa historia… planteamiento, nudo y desenlace perfecto en 132 páginas. Páginas intensas y absorbentes. Al mismo tiempo, todos aquellos que sean aficionados como yo a leer con lápiz en la mano y, al mismo tiempo, curiosos con ciertos enigmas que entremezclen números y letras, sistemas de numeración distintos al decimal -en concreto, el binario- aquí tienen una oportunidad para acompañar a Juan Ollero en sus pesquisas.

Prosa desenvuelta, muy clara y con diálogos variados y precisos. Pasen y sumérjanse en Las seis letras.

El investigador Juan Ollero y su fiel amigo Magín se ven envueltos en el caso de una amenaza de muerte dirigida al patriarca de la familia Castellroig, una de las más adineradas y de mayor abolengo del país. A lo largo de la trama descubrirán personalidades falsas, intereses ocultos e insospechadas conexiones con un suceso acaecido allá por los albores del siglo XVI. Un suceso que, a su vez, está íntimamente ligado a la inscripción de una señorial y no menos enigmática chimenea…

Con Las seis letras se inician las peripecias de un detective venido a menos pero que logra construirse un alter ego imaginario, un «yo ficticio» con el que recupera parte de sus habilidades perdidas y que es, en realidad, una proyección del más famoso detective de todos los tiempos.

Eduardo Oller (Barcelona, 1957) ha desarrollado su vida laboral en el ámbito de la informática. Ha publicado algunos relatos en prensa, y en 2014 obtuvo el primer premio en el certamen de relatos breves (en catalán) de Vimbodí i Poblet. Además, es autor de la novela Estruc, publicada por Ápeiron Ediciones en al año 2017. Las seis letras (Ediciones Oblicuas, 2019) es la primera novela de la saga de relatos protagonizada por el detective Juan Ollero.

Entretenida conversación con Eduardo Oller… Gracias…

P.- Por favor, presente a Eduardo Oller.

R.- Nací en Barcelona en 1957, soy informático de profesión, estoy casado y tengo un hijo mayor de edad. En cuanto a mi relación con las letras, debo reconocer que, aunque a los 20 años escribí algunas  cosas que aún conservo y que nunca di a conocer, no fue hasta los 56 que sentí de nuevo la necesidad de coger un lápiz y un papel. En  realidad, la tentación de agarrar el lenguaje y moldearlo como si fuese una jarra de barro, diría que es algo que siempre estuvo ahí pero, que quizá no encontró hasta ese momento la madurez suficiente.

 

En lo que se refiere a mi bagaje editorial, debo decir que se inició con la publicación de algunos relatos breves en prensa, y que una vez me sentí algo más seguro, intenté acometer empresas de mayor calado.   Fruto de todo eso fueron la consecución en 2014 del primer premio de relatos breves (en catalán) de Vimbodí i Poblet, y la publicación de las novelas Estruc en "Ápeiron Ediciones" (2017), Las seis letras en  “Ediciones Oblicuas” (2019), y Las Mensajeras en “Editorial Tandaia. Todo ello como consecuencia de mi participación en los diferentes certámenes y concursos.  

 

Actualmente, tengo en proceso la sexta novela del detective Ollero del cual tengo publicadas dos; Las seis letras y Estruc.

 

P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace Las seis letras?

R.- Como ya he comentado antes, una vez me sentí con algo más de confianza empecé a escribir novela. Las seis letras es la segunda novela que escribí (aunque el texto publicado debía ser ya la cuarta                reescritura) y nació como pequeña broma interna. Como soy un fan de Sherlock Holmes, se me ocurrió que podía hacer una novela  familiar, una novela en la que interviniese los miembros de mi familia, y en la que el detective principal, o sea yo, tuviese un alter ego a lo Holmes.

Recuerdo que mi hijo me miró y me dijo que a él no le mezclase en     esas ... "cosas". Tras pensarlo detenidamente, comprendí que quizá    tuviese razón, y que sería mejor disfrazar los personajes, Debo               reconocer, sin embargo, que tampoco me esforcé demasiado en los  disfraces. 

 

P.- ¿Cómo se ha documentado?

R.- Aunque he utilizado varias vías, debo reconocer que la ventana al mundo que implica internet hoy en día, probablemente haya cambiado la forma y tiempos en el concepto de la documentación.  Aparte de todo eso, Las seis letras es también un pequeño homenaje al mundo laboral en el que me muevo (homenaje que repito en otra     de las historias), y mis propios conocimientos sobre el tema fueron  fundamentales para poderla llevar a cabo.

 

P.- ¿Por qué se ha lanzado en la aventura de la escritura?

R.- Creo que esta pregunta ya ha quedado más o menos contestada. (Dejando al margen la cantidad de inconsciencia necesaria para  acometer este tipo de aventura.)

 

P.- Al leer la historia hay dos detalles que me han llamado la atención: Usted se apellida "Oller", el detective protagonista...     "Ollero" ¿casualidad? Por otra parte, una persona muy próxima al detective se llama "Nieves" y, si no me equivoco, el nombre de su madre es "Nieves" ¿...?

R.- Creo que también ha quedado contestado. De hecho, se                     sorprendería si supiese que la calle Viladomat existe, y que yo viví  durante años en el 7º 7ª de esa calle. Lo que comentaba antes de la   inconsciencia...

 

P.- ¿Cuánto hay de usted en los distintos personajes (uno de ellos, informático)? y ¿Cuánto hay de los personajes en usted?

R.- Creo que también ha quedado contestado. En realidad, no se trata de una extrapolación real de personas a personajes, pero sí que nacen como entes cercanos, y por lo tanto se entrecruzan. 

 

P.- En sus historias se decanta más por ¿psicología o sangre?

R.- Me decanto quizá más por la psicología. Debo reconocer que me   veo incapaz de describir un asesinato, quizá de cometerlo sí, porque vas lo matas y ya está, pero describirlo requiere una sutileza y una sangre fría que a mí se me escapan.

 

P.- ¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos?

R.- Todo depende de la época, la edad, y el momento. No obstante, recuerdo con mucho cariño al J. Verne de mi juventud, y a  Doyle.

 

P.- Como lector, prefiere: ¿Libro electrónico, papel o audio libro?

R.- Esa es una pregunta curiosa de responder. Para ir al trabajo tengo una hora diaria en tren (para volver, otra), de manera que muchas de las cosas que escribo las imprimo y las repaso durante el trayecto.       Son incontables las ocasiones en las que cosas leídas y bendecidas en el ordenador, no suenan igual en papel. Normalmente acaban como lo dicta el papel. La percepción de los ojos no lee lo mismo en un caso   que en otro (al menos a mí me ocurre). Pienso que el libro electrónico es útil y necesario, tanto por manejo como por capacidad, etc, pero por algún motivo que aún tengo que aclarar, el espíritu de lo escrito   se va a veces entre los bits (Quizá todo esto sea una tontería mía). En cualquier caso, diría que el audio libro es una guerra totalmente diferente.

 

P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo?

R.- Debo reconocer que soy un lector pésimo, y que me leo a mí mismo mientras escribo porque si no, no podría escribir.                           La verdad, es que mientras trabaje es complicado compaginar               demasiadas cosas. En cualquier caso, lo último que he leído es de un compañero detrabajo también escritor Cuentos estropeados, de Argemí Costa.

 

P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?

R.- Si tuviese que hacer caso a mi señora, el propio hecho de escribir es en sí misma una manía (quizá tenga razón). En cuanto a manías concretas, no demasiadas, salvo quizá el silenció, una mosca que  pase me molesta.

 

P.- ¿Qué opina de los festivales de novela negra?

R.- Tal vez la pregunta sería otra (sobre todo en un país como España), ¿habría libros si no hubiese festivales?

 

P.- Relate alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no ha contado hasta ahora... si la hubiere.

R.- Ninguna en particular, salvo el hecho de cómo me mira la gente en el tren cuando voy lleno de folios y lápices. En mi línea de                     "cercanías" está el señor que canta, el señor que vende toallitas de papel, y el señor que escribe; ese soy yo.

 

P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer Las seis letras?

R.- Porque aparte de que son pocas y se leen rápidas, está hecho con mucha ilusión y muy buena fe. La calidad y demás virtudes, que las  decida el lector.

 

En todo caso, sí me gustaría describir someramente las características básicas de los personajes: Juan Ollero es un investigador privado en   edad madura al que siempre acompaña su fiel amigo Magín. En su juventud fue una mente prometedora, pero por diversas                           circunstancias no llegó a ser lo que esperaba. Sin embargo, con la  ayuda de Magín y su fuerza de voluntad, acabará construyendo un alter ego“ (John Pottery), que devolverá a su capacidad analítica  todo aquello que perdió por el camino. Ese yo ficticio tiene a su vez a Magín como ayudante, y es en realidad, una proyección del más famoso detective de todos los tiempos. 

Nota: también tienen a Nieves como portera y asistenta.

 

P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?  

R.- Mientras la cabeza me siga respondiendo, pienso seguir con esto. Mi jubilación está ya relativamente cercana, pero si las palomas del parque esperan vivir del tiempo que pase yo allí echándoles el pan, mejor que se busquen a otro.