El Rincón Literario de Paco Marín: “Muerte en la academia”

El Rincón Literario de Paco Marín: “Muerte en la academia”

TÍTULO:     Muerte en la academia

AUTOR:      Antonio Bascones Martínez

EDITA:       Almuzara (2019)

Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 15 x 24 cm. Número de páginas: 368. PVP: 19,95 €. ISBN: 978-84-17797-12-6

Al aparecer la palabra “muerte” podemos pensar que es una novela policiaca o novela negra al uso… pero tengo que decirles que Muerte en la academia es una de las obras más cultas con las que me he tropezado. Efectivamente, hay una muerte, más, es el pie para desarrollar una historia impresionante. En ella se mezclan la admiración que el autor tiene por el Lazarillo de Tormes, su conocimiento de la historia de España y su amor por la cultura sefardí -hay diálogos impresionantes en esa lengua-, hay intriga, hay buenos y malos, hay misterio, hay amor… hay, sobre todo, un trabajo profundo y una investigación a la altura del autor. Pocas novelas hay de las qué de mucha, mucha, mucha rabia que se acaben.

"La piqueta encontró un hueco que le llamó la atención. Trató de agrandarlo y ver lo que contenía su interior, y cuál fue su sorpresa cuando encontró una arqueta con una serie de libros. Al principio no dio importancia al hallazgo, pero, más tarde, reflexionando, cayó en la realidad. Había encontrado un tesoro. El pasado, siglos antes, sepresentaba de improviso ante él”

Un bibliotecario de la Academia de la Lengua encuentra unos libros enterrados en la pared de una habitación en una casa de Barcarrota, en la Extremadura profunda. El responsable de aquel emparedamiento literario fue un judío converso, Francisco de Peñaranda, que los había ocultado por miedo a la Santa Inquisición. Entre ellos estaba una edición desconocida de El Lazarillo de Tormes, fechada en 1554. En la Academia celebrarán la aparición del incunable y será custodiado con gran esmero durante años... hasta que ciertos avatares y giros del destino provocarán que se produzca un asesinato y que desencadene una sucesión de episodios que complicarán cada vez más la situación.

Muchos años después, un grupo de facinerosos hará que los libros recorran un largo camino hasta los países nórdicos, hasta que nuestros protagonistas logran hacerse dueños de la situación, sorteando a los delincuentes hasta conseguir el retorno de los libros al lugar del que nunca debieron salir.

Con la maestría de los grandes escritores de novelas de intriga, y al más puro estilo de los relatos de enigmas, Antonio Bascones Martínez nos sumerge en un apasionante recorrido por uno de tantos episodios extraños, que hará las delicias de todos los amantes del suspense.

Como apuntaba anteriormente… da mucha pena terminar los 49 capítulos y el epílogo. Queda uno mirando al techo y pensando: ¿Qué acabo de leer? ¿Historia negra, historia de la literatura, historia de intriga, historia de amor reencontrado…? Todo, hemos leído de todo; redactada con una prosa exquisita y unos diálogos ágiles, enriquecedores, donde no falta ni sobra nada.

Lean Muerte en la academia, me lo agradecerán.

Antonio Bascones Martínez (Madrid, 1944) es médico estomatólogo, catedrático de la facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid, licenciado en Ciencias Biológicas y cirujano maxilo-facial. En su faceta literaria ha publicado, además de poesía, las siguientes novelas: La última experiencia, La fuerza del destino, El secreto del camino, Sol entre siete chimeneas, Cuentos para una tarde de invierno, La invitación y La historia de un pasado. Ha escrito, además, cuentos, artículos, prólogos y ensayos en prosa poética, así como diferentes discursos para su toma de posesión como Doctor Honoris Causa de distintas universidades. Traslada el conocimiento adquirido en sus viajes y conferencias, a su imaginación intentando entrar en la historia y salir de ella después de aportar unas pinceladas agavilladas. Actualmente es el presidente de la Real Academia de Doctores de España.

Realmente interesante la conversación con Antonio Bascones… Gracias…

P.- En pocas palabras, para que lo conozca el público en general, defina a Antonio Bascones Martínez.

R.- Una persona preocupada por la cultura y su faceta humanística. Desde siempre me ha gustado la transmisión del conocimiento. Durante cincuenta años fui profesor en la Universidad Complutense y de ellos treinta y cinco como catedrático y allí tuve la posibilidad de trasmitir. Cuando pasé a profesor emérito quise dedicarme con más intensidad a desarrollar temas que no fueran científicos. Siempre me gustó escribir desde joven. Ahora se me planteaba esta posibilidad y no quise desaprovecharla.

P.- ¿Cuándo, cómo y por qué surge Muerte en la academia?

R.- En una de las clases de literatura de mis estudios de la carrera de Humanismo, se comentó la aparición de una de las ediciones desconocidas del Lazarillo de Tormes emparedada en un pueblo de la Baja Extremadura, Barcarrota, en la que un judío converso la escondió por miedo al índice. Este tema me interesó y me fui a este pueblo a conocer de fuentes directas la noticia. Allí pude hablar con el bibliotecario del Ayuntamiento y con otras personas que me ampliaron el tema. Hoy día la biblioteca de Barcarrota es famosa y se encuentra en Badajoz. Sobre este hecho real desarrollé una ficción histórica basada en la Real Academia de la Lengua, sus inicios, la Ilustración en España y el idioma ladino. Un académico de la Real de Medicina Nacional, el Dr. Manuel Díaz Rubio, me estimuló a escribir algo que tuviera como ambiente las Academias, los avatares de los académicos y las discusiones científicas.

P.- ¿Cómo se ha documentado? ¿Siente una especial querencia por Lazarillo de Tormes?

R.- La documentación principalmente ha sido leyendo los escritos de otros autores como los del historiador Fernando Serrano Yanguas, la transmisión oral del bibliotecario del Ayuntamiento de esa ciudad y todo lo relacionado con la época en la que se desarrolla la trama como es la Ilustración, los novatores y los cambios de época entre dos distintas casas reales como fueron los Austrias y los Borbones.

Efectivamente tengo una especial querencia al Lazarillo de Tormespues significó el paso de la Edad Media al Renacimiento y una crítica a la sociedad del momento. Por ello este libro fue incluido en el Índice. Apareció en 1554 y es, a mi entender, la obra cumbre del Renacimiento español. Es el arquetipo de una sociedad en decadencia donde se presentan los distintos estamentos de la sociedad: pueblo, nobleza, clero y oficios en un proceso de descomposición. El protagonista tiene que desarrollar la astucia para subsistir y superar los contratiempos que se le presentan.

P.- ¿Cómo nace en usted, la necesidad de escribir novelas? ¿En qué género catalogaría Muerte en la academia?

R.- La necesidad de escribir se deriva de la de comunicar. Me encanta describir situaciones, experiencias, evocaciones que trato de conjugar con retazos de historia. Por eso mi novela sería de intriga o de ficción histórica. Es una combinación de ambos estilos. Una visión ecléctica que trato de presentar al lector con el fin de que se implique con los personajes. Al mismo tiempo planteo una dualidad entre la realidad y la ficción y estimulo, al lector a que se emocione con lo que lee y con los personajes. Un escritor tiene antes de nada saber emocionar al lector. Desde las primeras líneas la novela debe atraer la atención. Para mí este es el principal objetivo.

P.- ¿Qué es más complicado: redactar una tesis doctoral o una novela?

R.- Cada cosa es diferente. En la tesis hay que exponer los datos científicos tal y como están y en una novela poner emoción que no debe existir en una tesis. En esta predomina el cerebro, en una novela el corazón. En ambos se necesita una buena capacidad de redacción, pero es innegable que los órganos que dominan son distintos: Cerebro y corazón. En la novela hay que saber captar la atención del lector, en la tesis hay que saber exponer los datos fríamente, pero de una manera ordenada y de acuerdo a los objetivos planteados. En una novela, yo al menos, no tengo objetivos para desarrollar. Va avanzando de acuerdo a unas coordenadas que nunca las planteo desde el principio. Se van adaptando a las circunstancias. Una tesis no se puede adaptar, es la exposición de lo que hemos obtenido en la experimentación. Tiene su protocolo muy exacto y no se puede salir de él.

P.- ¿Qué opinión le merece el "barullo" de tesis doctorales que hubo hace un tiempo?

R.- Sinceramente me dio pena y lo sentí por los miles de estudiantes que han dedicado tres o cuatro años para realizar una tesis, con esfuerzo y sacrificio por llevar adelante sus experimentaciones y con la ilusión de aportar algo a la sociedad científica. Hay otros que lo que hacen son refritos copiados sin ton ni son, sin saber lo que están haciendo y con la desenvoltura de reafirmarse en lo que hicieron. Por otro lado, el tribunal que juzgue una tesis debe de estar de acuerdo a unos parámetros académicos. No puede juzgar una tesis de derecho laboral, por ejemplo, un médico. Además, el miembro del tribunal aparte del conocimiento del tema debe tener experiencia docente e investigadora. Afortunadamente cada vez se exige más que los miembros del tribunal tengan sexenios de investigación. No puede juzgar una tesis una persona que la leyó seis meses antes, que no ha hecho investigación y que no ha publicado nada del tema que está juzgándose.

P.- ¿Cómo ve el panorama científico en nuestro país? ¿Se apoya suficientemente la investigación, de cualquier tipo, en España?

R.- El panorama científico lo veo mal sino muy mal. No se estimula la investigación, no se apoya a los investigadores y no se aplican recursos a la investigación. ¿Cuántos políticos hablan de la investigación en sus presentaciones y en sus campañas? Esto tiene que cambiar si queremos seguir en la órbita de los primeros países. ¿Y de la cultura? ¿Para qué sirve la TV? ¿Cuántos programas culturales existen? ¿Cuáles de ellos enseñan a leer? La cultura y la investigación son asignaturas perdidas en la España actual.

P.- ¿De qué manera se distribuye el día a día?

R.- Me levanto a las seis y escribo durante unas horas. Hay días más que otros, dependiendo del trabajo posterior. Luego acudo a alguna clase de literatura o historia. Paso consulta y después acudo a la Real Academia de Doctores de España o a la Real Academia Nacional de Medicina de España o a alguna conferencia cultural o científica. Actividades que te estimulan a seguir creciendo intelectualmente.

P.- ¿Cuáles son sus autores y géneros favoritos?

R.- Esta pregunta es muy difícil. Todos los autores me enseñan algo y en cada libro siempre encuentro algo que me estimula, un mensaje, una emoción, una descripción. La generación del 98, la del 27, la de la postguerra, el siglo de oro. Todos me gustan. En cuanto a los géneros también podría decir lo mismo. Una novela histórica o de historia novelada, la poesía, son para mí lugares donde recabo a diario.

P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo?

R.- He acabado varias novelas de la resistencia francesa en la segunda guerra mundial. Me interesaba conocer el tema con vistas a la novela que he terminado estos días. Pero generalmente leo lo primero que aparece en mis manos. Después pasaré a Cicerón sobre la vejez y la amistad.

P.- Como lector, prefiere: ¿libro electrónico, papel o audiolibro?

R.- Libros de papel sin duda. El efecto de tener un libro entre las manos, pasar las páginas, acariciarlo es muy importante para amar el libro. El libro electrónico es práctico para los viajes.

P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?

R.- Creo que ninguna. Escribo a ordenador y con un pendrive para guardar siempre en el escritorio y en el pendrive. Tengo miedo a perder el material. Ya me ha pasado una vez y es una fatalidad tener que recomponer el texto.

P.- Relate alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y, raramente, no haya contado hasta ahora.

R.- No podía describirlo como curiosidad literaria y sí cómo contratiempo. Llevaba escritas más de cien páginas de una novela y me equivoqué para guardarla y dije que no quería y se borró. Pasé toda la noche reescribiendo, de nuevo, el texto. Me quedé más contento con esta segunda versión de la novela. Desde entonces guardo lo que escribo al mismo tiempo en el pendrive y en el escritorio.

P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer Muerte en la academia?

R.- Muy sencillo porque es una combinación de la realidad y de la ficción, porque es historia redactada de una manera muy amena y porque desde la primera página te atrae y te aprisiona. Creo que he conseguido el efecto de captar la atención y de emocionar al lector. No es el primero que me dice que se ha leído la novela en un fin de semana. Que era incapaz de dejarla.

P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?

R.- Publicar mi próxima novela que se titula Ayer. Me gustaría que fuera muy leído, que muchas manos sujetarán mi libro. Los editores tienen más interés en publicar una novela de alguien conocido como un político o un personaje de algún programa de TV que daña a la cultura. Muchas veces las bazofias tienen varias ediciones y si lo que se cuenta es soez y basto mucho mejor. Ese tipo de libros no enseña nada y una vez leído te das cuenta que has perdido el tiempo y en la vida hay que aprovecharlo. Se vive solo una vez.