El Rincón Literario de Paco Marín: "Todos extraños"
TÍTULO: Todos extraños
AUTOR: Montserrat Abumalham
EDITA: Tirano Banderas (2019)
Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 13,5 x 21 cm. Número de páginas: 180. PVP: 10,00 €. ISBN: 978-84-949731-6-1
Comenzaré confesando que la lectura de Todos extraños me ha transportado a tiempos pretéritos… a mi niñez cuando viví en Marruecos, concretamente en un pueblo llamado ‘El Hajeb’, por traslado de mi padre, militar, como parte de las fuerzas españolas y francesas para ayudar en la independencia del país. He vuelto a caminar por muchos de los pueblos y ciudades que aparecen retratados en el libro.
Es una historia con una impresionante carga de referencias culturales en momentos históricos puntuales. Es una obra verosímil con sintaxis exquisita y muy cuidada, cada vocablo situado en su adecuado lugar.
Como dice la autora, en la entrevista que acompaña a esta reseña, regale el libro y quedará como un rey mago auténtico.
Todos extraños es una novela inspirada en la familia de la autora, sin que por ello deje de ser una obra de ficción. Con un estilo narrativo muy personal, cargado de referencias culturales y temporales que sitúan los hechos para hacerlos reconocibles y propios de cada momento histórico, se nos presentan los diversos personajes que ofrecen una versión del mismo acontecimiento y de los efectos que ha ido produciendo en su propia existencia, conformándola y desviándola de sus intenciones, sin que se sepa realmente cuáles sean las razones últimas de sus actos y decisiones. Esta novela es una síntesis apresurada de una época que abarca casi un siglo, cuya memoria está a punto de perderse o se ha ido contando de manera interesada y desviada de la realidad de los hechos.
Aunque pudiera parecer una clasificación trasnochada, esta es una novela de tesis, pues en ella se reflexiona acerca de al menos tres cuestiones fundamentales: La primera de ellas es cómo los hijos, aunque son los primeros afectados, no llegan a conocer nunca cuáles son las razones profundas que impelen a sus padres a actuar de un modo u otro. La segunda es la influencia que la violencia y las guerras tienen en el devenir de las vidas de personas que ni intervienen en ellas o ni siquiera están en el escenario de las mismas. La tercera cuestión hace referencia al hecho de vivir expatriado. Por mucho que un inmigrante se mimetice con el lugar de recibo siempre será un extranjero y un extranjero mirado con recelo, de ahí la cita de George Eliot.
Oriente Medio, Cataluña, Marruecos en la época del protectorado español son los lugares en donde se mueven los personajes, ese es su espacio. Su tiempo se desliza desde los años veinte a los noventa del siglo XX. Tres generaciones de transterrados, intentando adaptarse al medio que los acoge y empeñados en conocerse unos a otros y a sí mismos.
Felicito a “Tirano Banderas” por la publicación de Todos extraños… y le agradezco el regalo que hace a los lectores. GRACIAS.
Montserrat Abumalham (Tetuán, 1949) de origen libanés y nacida en Marruecos, es Doctora en Filología Semítica y Licenciada en Filología Francesa por la Universidad Complutense de Madrid, donde ha ejercido como profesora de Lengua y Literatura árabes, además de dirigir el I.U. de Ciencias de las Religiones y la revista Anaquel de Estudios Árabes, entre otras actividades académicas e investigadoras.
Socio de honor y fundadora de la SECR (Sociedad española de Ciencias de las Religiones), ha ocupado también el cargo de vice presidenta de la IAHR (International Association for History of Religions).
Cuenta con numerosas publicaciones de carácter científico, entre las que cabe señalar El Islam, De religión de los árabes a Religión Universal, Literatura árabe cristiana, Símbolos y mitos en la literatura árabe contemporánea, además de traducciones como Mijail Nuayma, Érase una vez… (antología de relatos breves), Tawfiq Yusuf Awwad, Los Molinos de Beirut (traducción e introducción).
En los últimos años ha repartido su actividad entre la creación literaria, tanto en prosa como en verso, y la cooperación al desarrollo desde la Asociación Tacaná, con sede en Murcia. De su producción de creación destacan ¿Te acuerdas de Shahrazad? (2002) y De la ceiba y el quetzal. Cuentos de Centroamérica (2016).
Deliciosa conversación con Monserrat Abumalham… Gracias…
P.- Por favor, presente a Montserrat Abumalham.
R.- Como mi nombre y apellido dejan entrever soy una mezcla de libanés y catalana, nacida en Marruecos y viviendo actualmente en Murcia por razones de familia. Profesionalmente me he dedicado a la enseñanza en la Universidad Complutense de Madrid, en la Facultad de Filología, y he simultaneado esa labor de investigación y docencia con las tareas propias de madre, esposa y ama de casa. Entre mis hábitos está el de escribir y el de pintar, además de interesarme por otros modos de expresión como el cine, la música o la lectura. Viajar y conocer otros espacios y culturas es algo que también me interesa.
P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace Todos extraños?
R.- Este relato nace de una conversación con un amigo que me preguntó por mis orígenes. Quería saber cómo habían ido a parar mis padres a un punto de encuentro. La novela, apoyada en esa historia, trata de reconstruir un tiempo y un espacio en los que se pudo producir ese encuentro. Tras unos dos años de trabajo el resultado fue Todos extraños.
P.- ¿Cuál ha sido su base documental?
R.- La base documental ha sido por una parte la memoria y por otra la vivencia de los lugares donde se desarrolla la historia; su conocimiento directo. La memoria incluye la propia y la de aquellas personas en las que se inspiran los personajes, con la conciencia muy clara de que todos novelamos de alguna manera nuestros recuerdos para darles coherencia. A veces la vida es más incongruente, pero procuramos ordenarla en la memoria para que resulte verosímil y comprensible. Además, he consultado con personas como José Luis Gómez Barceló, el cronista de Ceuta, para aclarar algunos acontecimientos, fechas y lugares y no fantasear excesivamente, de manera que el entorno responda a la realidad.
P.- ¿Realmente no conocemos las razones y los porqués de nuestros padres? Entonces ¿nuestros hijos no nos conocen a nosotros?
R.- Yo creo que eso tiene que ver más bien con la pertenencia a una generación. En la mía, los padres no informaban a los hijos de casi nada. Ellos tomaban sus decisiones y nosotros éramos alguien a quien se daba órdenes y de quien se esperaba obediencia, sin razones. Hoy en día creo que eso ha cambiado un poco. Sin embargo, la convivencia, sobre todo cuando se da en régimen de desigualdad, produce ese desconocimiento. El superior no se interesa por lo que entiende o no el inferior. El inferior se preocupa de sus iguales, los superiores le quedan lejos. Con los años y con esfuerzo, uno empieza a comprender a sus padres o a tratar de comprenderlos, pero le quedan muchas preguntas abiertas.
P.- ¿Cómo se imagina un mundo sin guerras?
R.- No me resulta difícil imaginar un mundo sin guerras. Lo difícil, a pesar de lo evidente, es que todavía se crea que se pueden resolver los conflictos sacando tanques a la calle o bombardeando a la gente. Creo que la guerra es la mayor muestra de incapacidad del ser humano. El ser humano es el único animal dotado de palabra y que no sea capaz de dialogar cuando hay intereses encontrados es lo más frustrante del mundo. Que no se planteen las relaciones entre personas o grupos en controversia más que mediante la violencia me parece totalmente inhumano, deshumanizado, deshumanizador y aberrante.
P.- ¿Es muy difícil que un inmigrante se integre totalmente en el país elegido para residir?
R.- Creo que sí. Es difícil porque quien deja su tierra jamás cierra la puerta tras de sí. Siempre añora lo que dejó y eso le lleva a idealizarlo. Pero, además, está el recelo de quien recibe. De quien percibe al inmigrante como un ‘otro’ y no un ‘prójimo’. Y, de hecho, en este tiempo, se están exacerbando los sentimientos de xenofobia y rechazo al diferente. Estas reacciones de rechazo y de suspicacia provocan un movimiento de autoafirmación en el extranjero que agudiza sus señas de identidad y todo se vuelve un círculo vicioso. Creo que tenemos prejuicios incontrolados. A mí me ha pasado con frecuencia que he entablado conversación con una persona y, tras un rato de amigable charla, nos hemos presentado. Al saber cuál era mi nombre y origen, la persona en cuestión me ha dicho: Pues no lo pareces. Eso revela que tiene una imagen en su cabeza de aquello que yo pudiera representar y se sorprende de que no se corresponda con lo que está viendo.
P.- ¿Qué diferencias fundamentales existen entre el catolicismo y el islam?
R.- Desde una descripción fenomenológica de ambas confesiones religiosas, cristianismo e islam son las dos religiones monoteístas, escriturarias y proféticas. En este sentido son idénticas. Sin embargo, el desarrollo dogmático del cristianismo, especialmente en lo que se refiere a lo trinitario, difiere grandemente de la visión radicalmente unitaria del islam. La religión cristiana se plantea desde la fe, fundamentalmente, mientras que el islam se plantea en la vivencia de la práctica. No se entiende un musulmán no practicante, mientras que hay personas que se manifiestan como cristianos no practicantes. Otras diferencias tienen más que ver con cuestiones de realizaciones históricas y sería muy largo exponerlo aquí.
P.- ¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos?
R.- Como en la música o en la pintura, en literatura no tengo géneros favoritos. Aunque me gusta la poesía, sin embargo, no siempre soy capaz de leer poesía. He leído mucho teatro. En tiempos me gustaba la novela histórica, hoy no tanto. Ahora me gusta mucho la novela negra o policíaca. En general diría que prefiero los relatos que tienen los pies en la realidad con mirada crítica. Independientemente de la época a la que se refieran.
Últimamente me he vuelto una apasionada de la literatura victoriana y de los autores norteamericanos de comienzos del siglo XX. No sólo los leo, sino que los releo con deleite. Enseñan muchas cosas.
P.- Su referente literario ¿es? ¿Qué está leyendo ahora mismo?
R.- No tengo un único referente. Cuando era adolescente escribía según era lo que estaba leyendo. Creo que a los setenta años ya es hora de madurar y tener un modo propio de escribir. En este momento, estoy leyendo varias cosas a la vez; una edición de poemas escogidos del poeta sirio Nizar Qabbani, en traducción de Pedro Martínez Montávez, mi maestro; una novela de Marion Harvey, titulada Asesinato en la Mansión Darwin y un libro sobre personajes ilustres de Murcia de Javier Díez de Revenga
P.- Como lectora, prefiere: ¿libro electrónico, papel o audio libro?
R.- Sin ninguna duda libro en papel. Me gusta anotar cosas en los márgenes, subrayar. A veces me reprimo de hacerlo para poder pasarle el libro a otra persona y entonces tomo notas en una libretita. Lo que yo escribo en el ordenador lo imprimo para saber qué ‘cara’ tiene.
P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
R.- Tengo manías en muchos terrenos de la vida. Pienso que las manías, siempre que no se las impongamos a los demás, nos permiten autoafirmarnos y ser conscientes de que somos diferentes. En la escritura no tengo muchas. Quizá la de hacer esquemas de la obra que cambio constantemente y que luego, en general, sigo poco. Esos esquemas son más bien un reflejo del proceso de escritura más que un plan previo. Pero sí necesito un entorno tranquilo y ordenado. El orden es fundamental para mí; la ubicación de los objetos, por ejemplo. Si me llevo un vaso a la mesa del ordenador, siempre ha de estar a la derecha y si me llevo algo para picar, siempre ha de estar a la izquierda.
P.- Relate alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no ha contado hasta ahora.
R.- Es curiosa, por ejemplo, la reacción que está teniendo este libro y que no se produjo en mis libros anteriores. Al ser una historia de familia, la gente me cuenta la historia de su familia o historias de personas emparentadas. Nunca antes había tenido tanta devolución de la lectura. Los lectores han entendido este libro como una confidencia. Yo no hago confidencias al público en general, sólo a mis amigos más cercanos y no siempre. A veces es difícil hacer comprender al lector la carga de ficción y de construcción literaria que tiene algo aparentemente íntimo. Pero tiene un aspecto positivo; el libro es verosímil.
P.- A su juicio hay muchos autores/ras olvidados en la literatura española.
R.- En todas las literaturas hay autores que quedan en el olvido. ¿Quién lee hoy a Benavente, a Alejandro Casona, a Blasco Ibáñez o a Miguel Ángel Asturias? Y de las mujeres no digamos, tenemos de entrada muchas más dificultades para publicar, pero ni siquiera habiendo tenido un Nobel como Gabriela Mistral, por ejemplo, tiene hoy lectores. Hay una parte importante de la literatura actual, sobre todo, que es puro negocio; mercadeo, (que dicen en Iberoamérica y que me gusta más que marketing). Un porcentaje muy alto de lo que hoy vende en grandes tiradas caerá en el olvido pasado mañana y nadie lo recordará.
P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer Todos extraños?
R.- A pesar de tener un padre fenicio y una madre catalana no he salido muy buena negociante. Pero creo que esta novela ha de leerse porque es una muestra de que se puede escribir una historia interesante y peculiar con gusto por el lenguaje, por la sintaxis cuidada, por la elección del vocablo, por la selección de la imagen y el pensamiento, con una visión reflexiva de la realidad.
Si usted quiere a alguien, regálele este libro y así le demostrará que no solo ama, sino que es capaz de ser atento y cuidadoso.
P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
R.- A cortísimo plazo, mis planes son terminar de leer los originales presentados al Premio Albacara de Poesía Mística San Juan de la Cruz, del que soy jurado, y que se entregarán el próximo 14 de diciembre en Caravaca de la Cruz. Un premio importante que está teniendo una gran acogida.
Tengo bastante avanzada la escritura de un libro de cuentos para niños, dedicado a mis nietos y a otros pequeñajos de la familia, con mis propias ilustraciones. Pretendo que no sea un libro usual, sino que esté inspirado en vivencias familiares que, ahora que son niños, les diviertan, y que, cuando sean mayores, les hagan volver atrás y se lo pasen a sus hijos.