Rincón Literario de Paco Marín: “La última paloma”
TÍTULO: La última paloma
AUTOR: Men Marías
EDITA: Planeta (2021)
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta. Tamaño: 15,5 x 23,5 cm. Número de páginas: 544. PVP: 20,90 €. ISBN: 978-94-08-24230-7
“La última paloma” es un modelo muy claro de como un autor, en este caso autora, ejerce de forense con cada uno de los personajes para poder explicar las razones por las que cada uno de ellos se comporta en la forma que lo hace.
Dos planos temporales: la actualidad y finales de los años cincuenta, del siglo pasado. Una localización: Rota (Andalucía). Un hecho: Asesinato de una estudiante de periodismo. Motivo: Investigación de la desaparición de una joven en los años sesenta del pasado siglo, recién llegados los americanos a la recién establecida base.
La llegada de los ‘marines’ transformó el modo de vida de todas las personas que vivían en Rota -pueblo de cuatro calles, sin agua y sin luz en las casas-. Al poco tiempo se convirtió en “el paraíso” del vicio, depravación y desmadre absoluto… en el que desaparecían mujeres, había secuestros, sin que hubiese investigación alguna.
Los principales ingredientes de la historia son: Experiencias vitales, traumas pasados, angustia existencial, dolor sufrido y que siguen sufriendo. Según quién ¿qué es el bien y que es el mal?
Frente a la base naval de Rota, tras el cordón policial que acordona la brutal escena, un grupo de vecinos clama que se haga justicia: el cuerpo de la joven Diana Buffet yace salvajemente mutilado y con unas enormes alas cosidas a su espalda.
Ni las cámaras ni el helicóptero de vigilancia de la base han captado una sola imagen que pueda servir a la investigación; algo incomprensible.
La sargento Patria Santiago sabe que el asesino va a volver a matar, pero nadie la cree, ni siquiera el cabo Sacha Santos -a quien le gustaría ser algo más que su compañero-, porque al igual que piensa el resto de Rota, Patria ha convivido con el dolor demasiado tiempo como para ser de fiar.
Una sola pista, la investigación que Diana estaba haciendo sobre la base, y su relación con la desaparición de una joven hace sesenta años, cuando los americanos llegaron a Rota, parecen ser los únicos hilos de los que tirar.
Men Marías (Granada, 1989) se licenció en Derecho y ejerció la abogacía desde los veintitrés años, especializándose en el sector mercantil. Debutó como escritora con la obra “Pukata, pescados y mariscos”, que fue galardonada con el Premio de Novela Carmen Martín Gaite 2017 y un accésit en el Premio Torrente Ballester 2017. En el género del cuento, ostenta un total de 28 menciones de ganadora y finalista en diferentes certámenes literarios españoles e internacionales. Además, es tutora de técnica literaria, novela negra y poesía en su ciudad.
Echamos el cierre al mes de julio charlando con Men Marías… Un placer…
P.- Por favor, presente a Men Marías.
R.- No es sencillo porque aún no está hecha del todo. Se está haciendo. Además, por el camino que lleva, parece que va a tardar mucho en terminar. Si termina. De momento, se trata de una lectora que está aprendiendo a escribir historias. Pone mucho empeño y corazón en ello porque, como buena lectora que es, sabe la importancia de que así sea.
P.- ¿Desde cuándo escribe y por qué?
R.- No lo recuerdo. Me han hecho la misma pregunta varias veces últimamente y por este motivo he estado pensando en ello. La verdad es esa: no me recuerdo sin escribir. Además, el asunto es curioso, porque no tengo recuerdos de mí misma con 6 años, por ejemplo, pero sí tengo libretas llenas de los cuentos que escribía. Tampoco puedo dar una razón sobre por qué escribo. Es una especie de orden. Sé que tengo que hacerlo, siempre he tenido que hacerlo, y, simplemente, lo hago.
P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace ‘La última paloma’?
R.- Hace unos cuatro años. Un pelín más. Nunca había escrito novela negra y me apetecía hacerlo. No tenía ninguna idea salvo el punto de partida: había de estar ubicada en Andalucía, era la única condición que me puse. Rota y los americanos no aparecieron en mi vida abriendo la puerta de una patada en uno de esos mágicos momentos en los que comprendes que ahí hay algo. Hay una historia y la has encontrado. Fue al revés, fui yo quien los buscó investigando sobre el pasado de mi tierra. Americanos en Rota. Estaba en mi cabeza, está en la de todos, algo hemos oído, pero descubrí que había algo más, algo muy turbio, algo que cuento en la novela. Quizá, como decía, fui yo quien salió a buscar la historia, pero la historia también me estaba buscando a mí.
P.- ¿Cómo se ha documentado?
R.- De manera oral. Al completo. No hay información sobre esta época y lo entiendo a la perfección, entiendo que haya muchos para los que sea mejor que no se sepa lo que pasó en Rota cuando llegaron los americanos. Aunque haya pasado el tiempo. Que solo perdure la anécdota. Lo entiendo. Todo lo que aparece en la novela me lo han contado las personas del pueblo, las que lo vivieron.
P.- ¿Tiene algún referente en el género negro?
R.- Patricia Highsmith. Me fascina leer una novela en la que no confío en el héroe.
P.- En sus historias prefiere ¿psicología o sangre? ¿Cuál es su arma favorita para matar?
R.- En las mías, psicología. Pero respeto y admiro a aquellos que prefieren la sangre y saben hacerlo. Yo no sé. Si digo esto es porque no estoy de acuerdo con esa tendencia que desacredita la sangre en favor de la psicología, parecida a la que desprecia el cuerpo en favor de la mente. No me gusta el clasismo intelectual.
Mi arma favorita para matar es un buen argumento.
P.- ¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos?
R.- Con eso del género no termino de casarme. No me gusta. La obsesión por etiquetarlo todo me aburre. He leído eso que llaman «novelas románticas» plagadas de reflexiones filosóficas. «Novelas históricas» con más muertos que ‘La última paloma’. Me gusta leer, no me gustan los géneros.
Dostoyevski, Camus y Lorca.
P.- Como lectora se decanta por ¿libro electrónico, papel o audiolibro?
R.- No he oído un audiolibro en mi vida al igual que tampoco he leído ninguna obra en formato digital nunca. Papel. Pero, ojo, soy muy consciente que el asunto es como el flamenco: no comprendemos las cosas hasta que no las necesitamos.
P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo? Recomiende, por favor, un par de títulos.
Estoy leyendo «El Inmoralista», de Gide y «Dostoievski en la hierba», de Mar Aísa Poderoso. Recomiendo las dos.
¿Un par de títulos? «La maestra de Sócrates», de Laura Mas y «El hijo del padre», de Víctor del Árbol.
P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
R.- Orden absoluto. En el resto de facetas de mi vida soy un desastre, nunca sé dónde está nada, todo lo pierdo. Para escribir, sin embargo, lo necesito: no funciono entre el desorden. Ninguna más.
P.- ¿Cómo ve el panorama literario español?
R.- Como una suerte y como un serio problema. Como una suerte en mi faceta de lectora: hay muchas novelas muy buenas; muy, muy, buenas, al alcance de nuestra mano. Como un serio problema en mi faceta de escritora: a ver a través de qué milagro consigo colarme ahí.
P.- ¿Qué opinión le merecen los festivales de novela negra?
R.- Aquí, afortunadamente, mi faceta de escritora y de lectora se ponen de acuerdo: me encantan. Todo mi respeto y agradecimiento. Antes, yo iba a ellos como público. Bueno, ahora también, a los que no me invitan intento ir porque de ellos salen cosas maravillosas. Del directo. Siempre que he podido he cogido mi maletita cargada de libros y me he ido a Valencia, Barcelona, Getafe, Cartagena… a oír hablar a los autores. Es magia. Además, siempre lo digo: a veces la gente no es consciente del privilegio que es vivir a la vez que determinados escritores por poder ir a escucharlos. Me imagino a mí misma cogiendo el bolso para ir a una conferencia de Oscar Wilde y siento una pena profunda porque eso nunca va a pasar. Pero en esta época también hay ‘Oscars Wildes’ y los festivales, que son un acto de generosidad de quienes los organizan, nos permiten estar cerca de ellos. Asistir como autora es muy diferente, pero igual de mágico. Más aún si cabe.
P.- Relate alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no ha desvelado hasta ahora… si la hubiere.
R.- Por amor de Dios, he publicado una novela y la gente la está leyendo. No me ha pasado nada más curioso en la vida.
R.- ¿Cómo está ‘toreando’ al bichito Covid-19? Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
P.- No lo estoy llevando bien, es la verdad. Al principio, incluso al año, me sentía más fuerte con respecto a lo que estaba sucediendo por duro que fuese. En estos momentos la situación me está desbordando psicológicamente. No puedo más con tanto dolor. No puedo más con este mundo posapocalíptico. No puedo más. Me está afectando mucho últimamente, por qué negarlo.
Con respecto a los planes, no tengo muy claro qué voy a hacer cuando terminemos esta entrevista. Creo que voy a encender un cigarrillo. No tengo más agenda.