El periodista taurino el cartagenero Manolo Guillén (Cartagena, 1974) presentó ayer en Gijón su libro 'Ahora que todos somos morantistas', dedicado al torero Morante de la Puebla
El periodista taurino el cartagenero Manolo Guillén (Cartagena, 1974) presentó ayer en Gijón su libro 'Ahora que todos somos morantistas', dedicado al torero Morante de la Puebla
Manolo Guillénl Autor del libro 'Ahora que todos somos morantistas'
«Prohibir la entrada de menores en El Bibio es una fechoría y un atentado» «Morante de la Puebla es un torero que dentro de 50 años ser recordado como uno de los grandes referentes de la historia de la tauromaquia»
–¿Por qué a Morante de la Puebla? ¿Qué tiene de especial el personaje? –Morante de la Puebla es un torero al que dentro de 50 años se le seguirá teniendo encuadrado como un referente dentro del arte de la tauromaquia. Además, durante los último años se ha encaramado a la máxima cima del escalafón taurino. La tauromaquia de Morante artística, estilística y estética. Ha dominado un número ingente de toros.
Fue Morante quien dio muerte a 'Feminista' y 'Nigeriano' en la plaza de toros de El Bibio en 2021, faena que trajo consigo la suspensión de los toros en Gijón por la alcaldesa socialista Ana González. ¿Cómo vivió aquella polémica?
–Fue un conflicto nacional e internacional. Parecía que Ana González nos estaba tomando el pelo a todos. Utilizó un argumento ridículo y maquiavélico para arrebatar a los aficionados la feria taurina. Fue un acto político altamente despreciable.
–¿Qué «un referente de la historia» de la tauromaquia se posicione políticamente – en este caso con Vox– es beneficioso para la actividad?
–Creo que la tauromaquia debe desmarcarse de la política. La tauromaquia es del pueblo, es una cultura popular a pie de calle. Los festejos no son ni de reyes ni de nobles. En la fiesta se reúnen todas las clases sociales y distintas creencias políticas. ¿Que Morante se arrima a Vox? Me parece una acción anecdótica.
En Gijón, se reducen de 6 a 4 el número de festejos, una medida decidida tras la pandemia que parece que llegó para quedarse. ¿Es sintomático de una pérdida de afición o busca rentabilidad económica?
–La tauromaquia no pierde afición. Es más, me parece un milagro que se mantenga viva después del ninguneo que está sufriendo por los medios de comunicación, a excepción de los locales que sí que tratáis de mantener la llama viva. Existe una demanda de información taurina que los medios no quieren ofrecer. En relación a la reducción de espectáculos, lo preferible es que haya pocos festejos y llenos.
–¿No es mucho decir que la culpa es de la prensa? ¿Cree la tauromaquia está perdiendo interés?
–La tauromaquia está siendo sometida a una campaña de manipulación. Hoy cualquiera puede publicar una foto de un toro con la boca ensangrentada siendo arrastrado por las mulillas, pero nuestra cultura no busca la sangre ni el dolor del animal. Los festejos generan emociones porque el torero se juega la vida ante un animal bravo, que en cada momento de creación le puede quitar la vida al matador. ¿Falta de interés? En la Feria de San Isidro prácticamente se llenará la plaza durante diecisiete tardes consecutivas. –¿Qué le parece que el Gobierno del Principado vaya a prohibir la entrada de menores a los festejos taurinos?
–Es un atentado contra los aficionados más jóvenes. Es una fechoría. Los gobernantes tienen que gestionar libertades y no buscar más prohibiciones. Cada uno en su casa debería ser libre para llevar a sus hijos a los toros. Por suerte, hay una sensación de hartazgo entre la afición. Lo que quiere hacer el Gobierno de Adrián Barbón es un ataque frontal y cobarde contra la afición más joven. A un menor no le genera problemas psicológicos ir a una corrida de toros, al menos no hay ningún estudio que así lo afirme. –¿Y cómo se le explica a un niño que dar muerte a un toro en la plaza es cultura y no tortura?
–Se le podría explicar que al toro se le tiene como un tótem, como a un dios. El toro de lidia es el único animal que es capaz de morir como un guerrero en la lucha, y no en la soledad y oscuridad de un matadero, donde mueren millones de animales anónimos. El toro de lidia vive en paz y plácidamente en la dehesa en compañía de otros animales; disfruta de la naturaleza y en contacto con sus prójimos. El toro es un animal que está creado genéticamente a lo largo de los siglos para la lucha, y así lo demuestra en el ruedo.
–¿Darle una buena vida en la dehesa lo justifica todo?
–En absoluto. Aquí lo que sucede es que hay un fin por el que se crían los toros de lidia, que es para darles muerte en la plaza.
–¿Qué opinión le merece que el Ministerio de Cultura elimine el Premio Nacional de Tauromaquia?
–Se retratan a sí mismos. Tenemos un ministro de Cultura, Ernest Urtasun, del que nadie se acordará en tres años, pero la tauromaquia seguirá viva. La Fundación Toro de Lidia creará un premio similar al que hoy (por ayer) han eliminado.
Guillermo Maese Diario El Comercio
Gijón 4 mayo 2024