Martes Santo: Santiago

Me quedo con Santiago y la anécdota de la incorporación de San Juan al cortejo de los traslados.
Santiago comienza a desaparecer de los cortejos el propio miércoles santo de 1888, aparecería intermitentemente hasta 1934 que desaparece. Retomando los acontecimientos del Martes Santo de 1947, un primero de abril, quisieron las autoridades locales hacer un apunte anecdótico en la procesión del traslado de San Pedro que ya era de antigua, obrero de Maestranza de la Armada, éste no fue otro que el de procesionar al Santo Patrón de España, Santiago y, como el vínculo con el ejército español determina, que lo hiciera desde el Parque de Artillería, y así se hizo. Para tal efecto se dispuso la Agrupación de San Juan a protagonizar el evento no sin alguna que otra disputa en el seno encarnado.
A las ocho y media de la noche de ese 1 de abril de 1947, a la par que San Pedro, salió el paso con la imagen de Santiago, imagen que fue acompañada por penitentes de la Agrupación de San Juan, con fajines y escapularios bordados para tal ocasión por doña. Consuelo Escámez. Los penitentes no portaban capa: el vestuario se compuso de túnica y capuz blanco con escapulario y fajín bordado en oro. El cortejo se reunió con San Pedro en la plaza Castellini y que, previamente hizo su salida desde el Arsenal Militar.
Este fue el embrión, gestado en el seno de la agrupación de San Juan, que dos años más tarde situarían al propio santo de la palma en este traslado, ya que al año siguiente, se repitió la experiencia de procesionar a Santiago, de nuevo con gran éxito. Ya en 1949, lo haría San Juan desde el Parque de Artillería, afianzándose en esta tradición hasta la actualidad, acomodando, un cortejo de traslados importante y propio de nuestro Martes Santo, hoy junto a Santiago, su antecesor y San Pedro, decano de ellos, inherente a nuestra Semana Santa.
Varias décadas más tarde. El Martes Santo de 1965 destacó por la incorporación de Santiago a la procesión de los traslados, uniéndose así a San Juan y San Pedro. La anexión de la imagen al cortejo fue iniciativa del entonces alcalde de la ciudad don Federico Trillo-Figueroa Vázquez. Se incorporó el Santo Patrón al desfile desembarcando en el muelle de Cartagena tanto el trono con la imagen como los penitentes. Ello fue posible gracias a la Agrupación de la Coronación de Espinas, que tomó la responsabilidad de llevar a cabo tan noble tarea. Estos penitentes desfilaron sin capa y de blanco, con la imagen de Santiago que era venerada en la vecina parroquia del popular barrio de “Santa Lucía”. Para conseguir el objetivo impuesto se recuperó el antiguo trono que llegaría a procesionar San Pedro en los primeros años de la década de los cuarenta, hasta tener el suyo propio y, con ello, se celebró el Año Jacobeo con la incorporación del Apóstol Santiago a los desfiles pasionales cartageneros. Dos años más tarde desfilaría bajo la responsabilidad de los penitentes de la Santa Cena. Entonces se sumaron las capas de la Cena tintadas de rojo un Martes Santo de 1967, 21 de marzo, los hermanos penitentes de la Santa Cena y Santísimo Cristo de los Mineros asumieron otro importante reto la obligación de procesionar al Apóstol Santiago y tomar el testigo dejado por la Agrupación de la Coronación de Espinas.
La Agrupación de Santiago, no había conseguido hasta la fecha formarse como tal y seguía dependiendo de otras que pudieran dedicarse a su desfile el Martes Santo. A pesar de recibir una compensación económica por tal labor suponía un quebranto en el normal desarrollo de los objetivos impuestos en las propias agrupaciones, flotando en el aire su posible desaparición, de nuevo, del croquis procesionista cartagenero. Surgieron los antiguos lazos sentimentales que antaño unieran a los cofrades. Debido a la imposibilidad de contar con la imagen que se procesionó estos últimos años, procedente de la parroquia de Santiago del barrio de Santa Lucía, se decidió utilizar para tan noble fin la que participa en el grupo escultórico de la Santa Cena, imagen de Santiago el Mayor, obra de García Talens, única hechura de este grupo que se talló en posición erguida que facilita así su desplazamiento a otra peana y el poder procesionar como imagen independiente. Respecto a las vestimentas a utilizar, se aprovecharon las antiguas capas que un año antes fueron sustituidas, se tintaron de rojo y se confeccionó un escudo de fieltro con la cruz de Santiago sobre fondo blanco: el color realmente quedó más anaranjado que encarnado, se pidieron prestados capuces blancos, se utilizaron las túnicas del miércoles y se organizó el desembarco, y así se plasmó. Se desembarcó de nuevo este año, esta vez se realizó el embarque del trono, Agrupación y banda de música, en el Arsenal Militar, rememorando el desembarco dos veces milenario, navegando hasta el muelle de botes del Puerto de Cartagena. Una vez completado el desembarco, se encaminaron en riguroso desfile procesional por la calle Real hasta reunirse en la puerta del Arsenal Militar con San Pedro, desde donde ambas agrupaciones emprendieron la marcha por la calle Real hasta la calle Tolosa Latour, luego calle del Carmen hasta la plaza de San Sebastián, donde se reunieron con San Juan y se encaminaron hacia el templo de Santa María. Posteriormente fue San Pedro en 1971 quien tomó el relevo de procesionar a Santiago, no fue hasta 1975 Martes Santo, 25 de marzo cuando reapareció Santiago en la procesión del traslado, salió desde el Cuartel de Instrucción de Marinería, en la calle Real, y se unió a San Pedro en la puerta del Arsenal Militar, para juntos, ir en demanda de San Juan que les aguardaba en la plaza de San Sebastián. Fue en 1976 cuando salió desde el Gobierno Militar y una año después cuando se incorporó al Miércoles Santo.