Rincón Literario de Paco Marín: "Mientras el mundo dice no"

Rincón Literario de Paco Marín: "Mientras el mundo dice no"

TÍTULO:     Mientras el mundo dice no

AUTOR:      Víctor del Árbol

EDITA:       Espasa (2023, noviembre) -poesía-

Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 12,5 x 19 cm. Número de páginas: 96. PVP: 13,90 €. ISBN: 978-84-670-7125-2

Víctor del Árbol es uno de los autores más sobresalientes de las letras españolas. Sus poemas son un canto de esperanza y una muy buena llave para seguir creyendo en la humanidad.

En medio de un universo gélido y caótico, la poesía se abre paso como una reivindicación de la humanidad

Víctor del Árbol siempre ha practicado la escritura poética, sin darle difusión, como una emoción privada, y gracias a este, su primer libro de poemas, descubrimos una palabra clara y directa para abordar tanto los pequeños como los grandes temas de la vida (el amor, la infancia, la pérdida...), sentimientos y emociones de todo calibre, que se van dando con el paso de los años, a través de una sensibilidad y hondura que nos interpelan y nos retratan. 

Un verdadero hallazgo poético.

No divorcio palabra con los dedos,

no soy alejandrino ni profeta,

ni gallo cantamañanas.

Y si me quemas, a la hoguera conmigo.

 

Fui el último de la fila,

el de los pájaros de barro,

el que nunca levantaba la mano.

Un fraude, decían.

Un espejo rayado

Víctor del Árbol (Barcelona, 1968) es escritor. Suyas son las novelas El peso de los muertos” (Premio Tiflos de Novela 2006), La tristeza del samurái” (Prix du Polar Européen 2012), Respirar por la herida” (finalista en el Festival de Beaune 2014 a la mejor novela extranjera), Un millón de gotas” (ganadora en 2015 del Grand Prix de Littérature Policière y uno de los libros más destacados del 2021 en Estados Unidos según Publishers Weekly), La víspera de casi todo” (Premio Nadal de Novela 2016), Por encima de la lluvia” (2017), Antes de los años terribles” (2019), El hijo del padre” (2021) y la reciente Nadie en esta tierra” (2023). Sus libros se han traducido a numerosos idiomas y gozan de un éxito extraordinario en Francia, donde en 2018 fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras.

Charla emocionada con Víctor del Árbol… Genial prosista y genial poeta… Gracias…

P.- ¿Desde cuándo escribe poesía?

R.- Desde que me sentaba en la última fila en el aula de EGB y esbozaba versos y poemas mientras el profesor de matemáticas intentaba hacernos entender la lógica del teorema de Pitágoras o el de Física y Química llenaba la pizarra con fórmulas que para mí eran una abstracción incomprensible. Desde que era un niño, tenía la sensación de que al observar con atención la realidad, esta se componía de palabras secretas. Podía desentrañar sensaciones e intuiciones. 

P.- ¿Por qué publica ahora? ¿Qué le ha llevado a hacerlo?

R.- Una respuesta está en el primer poema, “Por si acaso”, y que es una declaración de intenciones. A pesar de las experiencias vividas, sigo guardando la certeza de que las palabras son una tibia luz por la que guiarme a través de un laberinto que a veces es muy oscuro. Puede que sea una certeza ingenua, pero todavía creo en ese poder mágico. Hasta ahora, la poesía era un ejercicio privado, una búsqueda introspectiva en la que dialogaba conmigo mismo, con mis emociones, con las percepciones y con las intuiciones. Hace un tiempo, en un acto cultural en Málaga organizado por mi amiga Cristina Consuegra leí uno de mis poemas, todo un atrevimiento por mi parte, pero me di cuenta de la reacción de los oyentes y de las posibilidades de diálogo que podía abrir con mis lectores a través de mis versos. Mostrar otra faceta de mí como creador que, hasta ahora, había permanecido oculta me parece un desafío apasionante.  

P.- ¿Hay más poemas esperando ver la luz?

R.- Tengo muchísimo material acumulado de todos estos años, y algunos nuevos que van creciendo. Se trata de encontrar una manera de articularlos para dotarlos de una unidad temática, y entonces, sí, sacarlos a la luz. 

P.- ¿Qué le resulta más difícil redactar: prosa o poesía?

R.- Desde un punto de vista técnico, la prosa me parece más compleja porque trabajo mucho el andamiaje, la información, el contexto, la naturaleza dual de los personajes…La dificultad, para mí, cuando afronto la poesía es de otro tipo, tiene que ver con la depuración de la imagen que quiero mostrar y del significado que quiero darle, desechar lo obvio sin caer en el artificio ni utilizar recursos retóricos que sepulten mi intención al pensar un poema, una estrofa o un verso. 

P.- ¿Quién ha diseñado la portada del libro?

R.- La ha diseñado Isidro Ferrer, un auténtico genio. No es sencillo conjugar en una imagen el contenido de las dos partes del poemario: “Tierra adentro” y “Desde la orilla” que son dos visiones complementarias entre los recuerdos de la niñez, las ilusiones y las pérdidas de la edad adulta. Esta portada, absolutamente fascinante encarna esa dualidad a la perfección. Es elegante, sagaz y certera. 

P.- Venda el libro, ¿Por qué hay que leer "Mientras el mundo dice no”?

R.- No soy buen vendedor. Solo puedo decir que tengo la esperanza de que los lectores que me conocen por mi narrativa descubran aquí otro Víctor que sigue empeñado en la misma búsqueda de una felicidad rebelde, que sigue pensando que no importa si el mundo dice no mientras nosotros queramos decir sí. Sí a la vida con sus matices, sí al recuerdo, al amor, a las emociones más profundas. Para los que nunca me leyeron, quizá aquí sientan que vibra una cuerda de fraternidad honesta. Una llamada a ser por encima de todo. 

P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?

R.- Seguir explorando vías creativas: estoy armando mi próxima novela, que saldrá en 2024, reescribo los poemas que formarán parte de un nuevo poemario: "Manual para los amantes sin espacio” donde revistaré las visiones del amor que han ido cruzando mi vida y estoy esbozando el índice para un ensayo que me gustaría escribir sobre el papel del escritor de ficción en el siglo XXI. También busco fórmulas para acercar alguna de mis novelas a una adaptación cinematográfica…Pero a todo esto, mis planes siguen siendo los de siempre: disfrutar cada paso, cada reto, mientras dure el camino.