El Puto Amo sin hombres buenos

Este año no sé a quién le vamos a dar los Oscars. En el gobierno hay dos, muy parlanchines y lenguaraces. Uno de ellos, llamado Oscar Puente, ministro con premio bocachanclas, llamó a Sanchez el puto amo, el pasado mes de abril en un mitin de su partido.
Todo por el Puto Amo (con mayúsculas que a él le gustaría más) cantan al alimón los Oscars: Oscar Puente y Oscar López, compitiendo en ver quién la tiene más grande, después del One, el Guapo.
A few good men, fue el título original de la película que hoy les hablo. “Algunos hombres buenos”. Aquella película fue candidata a cuatro Oscars. Más allá de las parodias humorísticas, esta es la película de Su Sanchidad. ¿Hombres buenos en la política? No hay que practicar la virtud, una acción bien hecha no es en sí misma un fin para la felicidad; eso son antiguallas del viejo Aristóteles. No hay que hacer lo bueno, sino lo que la situación exija, ¡coño! La promesa dada fue una necesidad del pasado; la palabra rota es una necesidad del presente, escribió Maquiavelo. Sánchez es su devoto seguidor y justifica todo medio para el poder, no hay palabra ni compromiso, todo es contingente, sólo el Puto Amo es necesario.
Nuestro gobierno y su One se sustentan en una filosofía idéntica, calcada, clonada a la que defendía brillantemente Jack Nicholson como coronel Jessep en la secuencia final de ese film. Tiene su coherencia interna, y parte de una piedra angular: Hay un bien superior a la bondad y a la verdad: que el status quo no se fracture por nada del mundo, que siga el Puto Amo. Es verdad que hay desprecio a la ley, hay mentiras, hay prepotencia y chulería… pero todo eso son minucias sacrificadas ante un valor superior, de naturaleza casi religiosa; es una fe con dos vectores: El progresismo actuante, y evitar la llegada del mal, las ultraderechas, es decir, todos los que no se me cuadren. Es una enfoque religioso, o castrense, como en el coronel.
Puede haber errores, irregularidades, latrocinios, puteríos, y delitos gravísimos en el staff del One y su milicia, pero no deben computar ni electoral ni penalmente porque hay un destino progresista en lo universal. O eres del equipo del Puto Amo o eres mala persona y estás fuera del sistema.
Yo me imagino a Sanchez vestido de coronel de marines como aquel coronel Jessep en su Tercera Epístola según San Chez o quizá ante la Sala Segunda del Supremo diciendo su monólogo y alegato final:

- “Sí, hay veces que hay que saltarse las normas, porque es necesario. Hay que saltarse la ley porque la gente necesita bienestar social y progresismo. Ábalos, mi número dos robó muchísima pasta con Koldo, y su puterío no son muy buen ejemplo, pero hacía una labor para el partido, y para España. Fueron golfos, pero son enormes patriotas y salvan vidas de las ultraderechas. Sí, ordené un código rojo, ¡pijo!, ¿qué pasa?, ¿algún problema, jueces? Todo lo hice por una buena causa.”
“Tengo una responsabilidad mayor de la que posiblemente vosotros podáis imaginar. Lloriqueáis por el caso Koldo-Ábalos y maldecís al PSOE y su corrupción. Tenéis ese lujo, el lujo de no saber lo que Mi Persona sabe: que las aparentes corruptelas coyunturales de Ferraz y Moncloa, aunque ilegales, generan progreso y bienestar social, y que mi existencia, aunque grotesca e incomprensible para los fachaperiodistas y pseudomedios, salvan vidas, salvan a los españoles y españolas de las derechas y ultraderechas recortadoras de libertades y bienestar. En el fondo, me necesitáis en ese muro antifascista, para que no retrocedamos en el bienestar. Esos muros tienen que ser custodiados por progresistas, es decir, gente de bien.
Nosotros usamos palabras como "progreso", "ecosostenibilidad", "biodiversidad"... Usamos estas palabras como la columna vertebral de una vida. No tengo ni el tiempo ni las ganas de dar explicaciones a los que os levantáis y os acostáis bajo el manto del bienestar progresista y felicidad social que yo os brindo y luego cuestionáis la manera en que os la brindo. ¿Os beneficiáis con la bandera progresista que os proporciono, os subvenciono el tren a todos, o doy bajas paternales de veinte meses, y ahora me venís con estas?
Esto no se hace con el One, el puto sheriff, el fucking master que Mi Persona representa. Preferiría que simplemente os cuadrarais y me dijerais: "Gracias, Puto amo", y siguierais vuestro camino.”

Fin del alegato. Baja el telón. En la tribuna del público, aplausos emocionados del siempre despeinado ministro Felix Buñuelos, y sonrisa profident con disfrute sialorreico del inicuo García Ortiz: “¡Qué bueno es el One!”
No sabemos lo que le queda a nuestro coronel, pero va a dar aun mucho la lata. Su orgullo contumaz le impide reconocer errores. Sánchez no tiene ninguna virtud de Marco Aurelio, pero sí conoce que el arte de vivir se asemeja más a la lucha que a la danza. Va a morir matando, y como dice el dicho taurino será puerta grande o enfermería.
Necesitamos una nueva política, no son necesarios muchísimos, con solo un puñado podría bastar, algunos hombres buenos serían suficientes. “Se buscan algunos hombres buenos”, fue un antiguo anuncio de reclutamiento de la navy norteamericana que sirvió para el título de la película. Hace ya una centuria Ortega y Gasset hablaba de la ausencia de los mejores como uno de los problemas de España.
¡Cómo estarán las cosas que, hasta Feijoo, el impávido, se está haciendo ilusiones, esperando sin hacer nada!
Juan M. Uriarte