Aunque la mona se vista de seda, mona se queda, Lorena Bernal
Aunque la mona se vista de seda, mona se queda
La coleta y el moño han sido la característica por antonomasia del líder de Unidas Podemos. Sin embargo, tras su declaración del abandono de la política como consecuencia de su fracaso en las elecciones autonómicas de Madrid el pasado 4M en las que él era el cabeza de cartel, Pablo Iglesias reaparece con un nuevo look. ¿Qué ha querido dar a entender con esto? No, no es casualidad. Esto va más allá de un mero cambio de imagen. Si hacemos referencia al mundo de la tauromaquia, ya se sabe que en el mundo taurino, cuando uno deja atrás los ruedos, se dice que “se corta la coleta”. Y eso es lo que ha hecho él ahora que se retira de la política. Se ha cortado la coleta tanto en sentido figurado como en sentido literal. ¿Será una declaración de intenciones? Es de suponer que este hecho debe de ir acompañado de algún propósito, pues podrá ser causalidad, pero no casualidad.
El que fuera residente vallecano con coleta y camiseta viste ahora de chaqueta, con raya en el pelo y gomina. Ha pasado de vivir en Vallecas a vivir en un chalet que la mayoría de los españoles no se podrían permitir ni en sus mejores sueños. En otras palabras, se viste de una manera para ir a Vallecas, pero de otra cuando queda con sus amigos del centro. Y es que Pablo ha pasado a formar parte de eso que tanto odia o, al menos, dice odiar: la casta.
Ha dicho adiós a su emblemática y característica imagen, tan simbólica en su paso por la política para engañar al electorado de los barrios obreros, y ahora que da por finalizada su carrera política parece que intenta llevar un look más tradicional. Su coleta ya es historia, pero él sigue y seguirá siendo el mismo coletas de siempre. Y es que ya se sabe que aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
Lorena Bernal