Opinión

El 6%. Carta abierta al tripartito, por Pablo Cerezuela

El 6%. Carta abierta al tripartito, por Pablo Cerezuela

El 6%. Carta abierta al tripartito.

 

Pagado ya el IBI de este año al Ayuntamiento de Cartagena, cumplida la obligación (una más) con la administración y satisfecha sólo temporalmente su innata e inconmensurable avidez, reflexiono sobre ese 6% de subida que nos han marcado este año. Sí, marcado como el gol en propia puerta … en el último minuto; marcado como esa cicatriz que queda perenne en la piel, pues nadie piensa ya que este 6% desaparecerá. Marcado como la ganadería que no puede elegir su destino y lleva el hierro del rancho de manera irremediable para su reconocimiento, no vaya a acabar en matadero ajeno.Y así estamos los ciudadanos del municipio de Cartagena, marcados, además de por todo lo común a este 2020, por ese 6%.

Asumido ya ese 6% creo que, como ciudadanos a los que han marcado en alguna zona de nuestra cuenta bancaria, como sociedad civil representada por diversas plataformas, hay varias preguntas que son de obligada contestación, si bien confieso que mis expectativas de respuesta, son mínimas:

¿A qué se debe la subida del IBI?. Quizá ya nadie recuerde, pero hubo en julio 2019 una subida de sueldos de la corporación del Ayuntamiento de Cartagena ( “5,7% para ajustarlo al IPC de los últimos cuatro años”). ¿es realmente necesaria una subida de sueldos? ¿es moralmente aceptable subir sueldos y aumentar el IBI?

Por otro lado, Noelia Arroyo nos comenta que hay un “superávit de los cartageneros" (tweet del 04/08/20). Vuelves a preguntarte entonces, y si hay más ingresos que gastos ¿para qué subir el IBI? o peor aún ¿para qué subirse el sueldo? ¿O es que este superávit se debe casualmente a esa subida del IBI?. Si no suben sueldos o si no se busca superávit, no es necesario subir un impuesto, y ¿es necesario subirlos en mitad de una pandemia?.

Aún así, y para intentar pensar que hay un bien común, podríamos asumirr que el IBI se sube por mejorar una serie de servicios, lo que sería propio en una época de “vacas gordas”, pero analizando la situación vemos que posiblemente la época de vacas gordas sólo la disfruten aquellos que gozan de una subida de sueldo, si bien para la mayoría de los mortalescartageneros, para el ciudadano de a pie, para estos que dicen nuestros políticos que nos representan, no perder el trabajo durante lo que llevamos de año y lo que nos queda, es suficiente “vaca gorda”. Conscientes somos de que antes o después, aquellos afortunados que mantenemos nuestros trabajos, sufriremos una disminución de ingresos, cada cual dependiendo de su sector, pero disminución generalizada, lo que hace aún más gravosa esta subida de impuestos que según nuestra alcaldesa, no iba a suceder.  

La percepción que tengo como ciudadano de a pie, ese teóricamente representado por quien me sube impuestos y se sube el sueldo, es que nuestro municipio está cada vez más desatendido, pese a que una subida de sueldos debiera hacer que trabajaras mejor y más contento, y pese a que una subida de impuestos debiera hacer un ayuntamiento más eficaz: jardines descuidados, zonas de recreo infantil abandonadas, suciedad en calles, barrios desatendidos, entre otras mil quejas. Y si nos acercamos al Mar Menor, lloramos: desahuciado, con todo lo que, económicamente implica, algo más que un 6%; desahuciado en espera de que alguien haga algo, más que informes a ver quién limpia. Algo que se tuvo que hacer hace tiempo, antes de la “dana”, mucho antes. Un mar menor que gritaba, hace ya años, llamando la atención cuando nuestros hijos se bañaban y salían quejándose porpicor. Prurito que llamamos los galenos, prurito que, en otros asuntos, parece no estar de moda.

Un segunda cuestión sería conocer cuánto supone para las arcas de nuestro Ayuntamiento esa subida. Porque la subida es de un 6%, no de un 3 ni de un 9%. Se supone que este número, cabalístico o no, ha sido agraciadamente elegido por algo. Pero nada de esto se ha dicho ¿Hay necesidades, no demorables, que cubriría ese porcentaje? ¿Cuáles son éstas?, ¿dónde y cómo se piensa invertir ese dinero pedido extra a los cartageneros, no lo olvidemos, en tiempos de la mayor crisis sufrida desde la Guerra Civil? ¿Hay algún plan o primero me subo el sueldo, luego subo el IBI y ya veré en qué lo gastamos?

Y una última pero no por ello menos importante incertidumbre ¿nos van a dar algún tipo de explicación de qué han hecho con el extra recaudado?. Recordemos que los gobernantes están obligados, al menos moralmente, a dar explicaciones de lo que hacen, sobre todo si es con el dinero de todos, ese que parece ser que no es de nadie, pero sí, que es de todos, pues lo pagamos entre todos, unos con mayor esfuerzo que otros. Y éste no sólo hay que respetarlo, hay que traducirlo en un esfuerzo de la administración en explicar, céntimo a céntimo, su uso, como garantía de transparenciaque permita confiar en que las subidas de impuestos, su pago, la corresponsabilidad social por parte del ciudadano se corresponde con otra mayor por parte de quienes fueron elegidos para llevar, entre otras cosas, las cuentas. Y por esto estamos los ciudadanos obligados, también, a exigir esas cuentas.

Y si, como en esta situación se suben sueldos e impuestos y se alardea de superávit exigimos, como debiera hacerse siempre, las explicaciones pertinentes de por qué la subida, por qué esa cantidad, para qué y, finalmente, cómo se ha empleado.

Son actos que nos permitirán pagar en próximas subidas, con el mismo esfuerzo, pero con la tranquilidad de que éste sirve para algo más que mantener el sueldo de nuestro consistorio según sube el IPC, cosa que el anónimo ciudadano no suele ver hecho realidad, sólo agradece no perder el trabajo o, en su caso, no perder excesivo poder adquisitivo.

Es posible que si se ofrece toda esta información requerida, exigida, la próxima vez que me suban impuestos (no dudo que llegará) los pagaré más a gusto, aunque me sigan “picando” como el agua del Mar Menor lo hacía (qué pena hablar ya en pasado a pesar de pagar impuestos en presente), en el bolsillo.

Pablo Cerezuela @PabloCerezuela