“El hábito no hace al monje”, Ramón Galindo
“El hábito no hace al monje”.
Y con esto poco a poco Afganistán quedó a su suerte. Es muy triste, pero no es más cierto que en ocasiones las ocupaciones y mediaciones internacionales sean las que tengan que poner cordura en estos -y desde hace siglos- países desectructurados.
Parece ser que algunos gerifaltes, sobre todo norteamericanos y británicos ahora parece que van a estudiar el misterio del ejército regular afgano, bien armado y equipado, pero cuando llegó el día "D" salieron tocando suela y dejando su moderno armamento e incluso uniformes, esparcidos por las calles de Kabul; trescientos mil, frente a sesenta mil talibanes hambrientos y fatigados después de varios años esparcidos en las montañas, lejos de la eficacia de fuegos concentrados de la artillería y la aviación norteamericana, y muy incómodo y abrupto para que se lo patearan el Marine Corps o los Rangers. ¿Tanto miedo daban los talibanes? ¿Tanta eficacia y potencia de fuego tenían?
Quizá la respuesta está en la huida de su presidente dejándose los fardos de billetes de dólares esparcidos por la pista del aeropuerto y por la inocencia de la coalición de pensar que por armar y pagar a unos mercenarios por muy afganos que fueran, iba a ser suficiente.
Esto tan viejo como el mundo, y sin embargo ahora lo tienen que llevar a estudios y tesis de los departamentos de táctica y estrategia de West Point.
La respuesta está en el liderazgo, la vocación y el espíritu de sacrificio. "EL HÁBITO NO HACE AL MONJE" una cosa es vestirse de uniforme y otra disfrazarse.
Las FAS, sean del país que sean tienen que basar su Defensa en un grupo humano sabedor y convencido de lo que están haciendo, y por supuesto perfectamente pertrechado. Para ello no basta en firmar un contrato, en aplicar una instrucción básica y en dotarlos de un bonito uniforme pixelado en color desértico o jungla, par luego asignarles un destino de ocho a dos en una oficina o un almacén de cantimploras. El militar, ya sea de Kabul -o como diría Juncal- de Bullas (Murcia), de lo primero que tiene que estar dotado es de VOCACIÓN, después de un continuo sacrificio de vida, con un continuo adiestramiento y perfeccionamiento que en la mayoría de las ocasiones acarrea continuos cambios de residencia, además el mantenimiento de un estado físico adecuado para el cumplimiento de su principal misión, y para ello además y si por si fuera poco, el cumplimiento de su "juramento o promesa" de si fuera necesario entregar su vida, ¡Fuerte eh!
Decía Voltaire que es inteligente aprender de la experiencia ajena. Por tanto lanzo desde aquí el órdago y pienso que debe tenerse en cuenta la experiencia afgana, no vaya a ser el demonio que "alguien" tenga que enfrentarse con "otro alguien" y suframos la misma experiencia.
Por esto, Margarita Robles y su colega Marlaska, les va a tocar lidiar esta semana, ante unos sindicatos policiales, unas asociaciones profesionales y una masa de Policías y Guardias Civiles mal pagados, y sobre todo de Militares de tropa profesional no permanente, que a los 45 años de edad se les acaba el compromiso firmado y los largan a la calle con menos de lo que nos cuesta un MENA, y vamos a decirlo todo, quizá alguno falto de esa vocación que le debió impulsar a esforzarse continuamente para perfeccionarse, pese a que le cueste estudiar y cambiar de destino de vez en cuando.
Vamos a ver con que capote de liderazgo lidian estos dos ministros este toro, pero me da a mi que les van a dar una "larga cambiá a portagayola" y faltos de ideas y soluciones, apenas sin imaginación y por supuesto perfectos desconocedores de las tripas del problema, se limitaran a dejar que fluya hasta que esto se desborde y rezando para que cuando pase no les pille en el sillón. De Sánchez no digo nada, este aún tiene menos idea del asunto y de darle alguna salida seguro que será mala, o condicionada por los que lo mantienen en la Moncloa, los separatistas y comunistas que odian a las Fuerzas Armadas, a la Policía y Guardia Civil ¡Y que nadie lo discuta! Pues hasta no hace mucho los asesinaban por las calles.
De la tragedia ecológica del Mar Menor, no digo nada ¡o mejor sí! también todo sigue igual, nadie, ninguna Administración ha sido capaz aún de cerrar la llave de paso de los vertidos. Cuando dentro de algunos años la dejen como a la Bahía de Portman, luego seguirán peleándose por ver quien arregla el desaguisado mientras nosotros les seguimos pagando religiosamente por no hacer nada. Menos millones en comités y más cerrar el grifo de la mierda.
Aún así, aunque a veces con este desasosiego, procuro relajarme y al menos los domingos enciendo un puro, que a vuestra salud y en perjuicio de la mía, me sirve para teclear estas letras en el teléfono y me conceden la perfecta para excusa de enviaros un fuerte abrazo a amigos y familiares.
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RAMON GALINDO