UNA CHILENA AL ESTILO NIPÓN
Hay que tirar del carro de la Liga Smartbank, asiente 'Efesero Fernández'.
Es bueno, buenísimo, esquivar la cuarta derrota consecutiva que se habría dado de perder esa noche en la cuenta del Cartagena en la Smartbank en esta puñetera competición donde el VAR se enseñorea y reparte resoluciones; al Efesé le 'perdonó' un penalti (5 minutos de juego) pero el pisotón de Buffa a Vadillo lo interpretó teatral. Y luego a Rubén Castro lo pillaron los varistas con el carrito del helado en dos acciones de gol, invalidadas.
La igualada le da el goal average al Cartagena (3-1 en la ida en Benipila), por si acaso, y sostiene al equipo en una décima posición con 40 puntos (a once o doce de los preconizados para amartillar la salvación) y además le pone en bandeja la oportunidad de mojarle la oreja al líder Eibar el domingo 6 de marzo, a las 18:15 en el Cartagonova, un estadio cada día que pasa más pintado y repintado. Orgullo ciudadano para elevar la satisfacción y aminorar el golpe de la crisis financiera.
EMPANADA MENTAL PARA INICIAR LA SEGUNDA PARTE
Pero, bueno, la empanada mental, esos titubeos y desajustes en los primeros minutos del segundo tiempo, después de un primero francamente alentador, por el juego, fue algo que le pudo costar muy caro al FC Cartagena en su partido en la histórica Rosaleda, el escenario de su último ascenso a Segunda. Entonces y ahora la suerte del lado del Efesé decidieron y esta noche para despedir febrerillo los hados quisieron que en el 90+2 a Okazaki le saliese un remate de chilena a la japonesa, de espaldas al portero Dani Barrio, un chaval de 35 años, gijonés él y con más mili que Cascorro, que no pudo impedir el 1-1.
Una vez más, al verlo todo perdido en los minutos finales, el guardameta Marc Martínezfue el refuerzo de la ofensiva del equipo vestido de rojo marítimo y esta vez resultó ser una especie del talismán que sirvió para que el japonés acertase. Digo yo.
Marc Martínez se lanzó al ataque, una vez más, al verlo todo perdido.
El Málaga estaba haciendo lo justito para vencer, aguantando atrás, espantando las moscas. Escassi es casi uno de los que más hacía para aportar temple a los blanquiazules y el que dio la lata y el latón fue Marlon Brandon, que estaba en todas partes y era el que más protestaba por todo, hasta por lo de Ucrania, el Señor nos libre.
El Cartagena tiraba a puerta boquerona pero que si quieres arroz, Catalina. Dauda entraba por la izquierda, dada sensación de peligro. Allí estaba Rubén Castro pero al canario le quitaron por fuera de juego en dos ocasiones el gol y continúa con estreñimiento goleador.
Las cosas se le torcieron al mentalista Carrión al lesionarse Álex Gallar (64'), que era el que llevaba la antorcha de la ofensiva, pero el catalán se rompió y abandonó llorando. Quedaban 26 minutos por delante para igualar el 1-0 que clavó el tal Brandon y el míster no lo dudó al ordenar un triple cambio. Ya en el 59 quitó a Cristóforo y puso a Tejera.
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Y no digo nada del resbalón de Pablo Vázquez, poco antes de llegar al descanso. Susto de órdago a lo grande. El gran central valenciano propició sin querer una jugada de ataque malacitano que resolvió Marc Martínez. La posesión de los cartageneristas había sido de un 56 por ciento, y luego mejoraron en la Bolsa del partido los valores del conjunto de Natxo, el vitoriano, al que el empate le habrá dado un dolor de muelas porque se aproxima el riesgo teórico del descenso. Otros peores hay, claro, pero en esta loca Liga todo es posible.