Montanaro: “UNA SONRISA DE SERENIDAD”
UNA SONRISA DE SERENIDAD
Volvemos de unas vacaciones atípicas y marcadas por el absentismo institucional de un gobierno más miserable que caótico, más absentista y vulgar que agnóstico moral, un gobierno que ahora está ensimismado en aprobar unos presupuestos de cara a la galería, los muertos y el COVID le importan ahora lo mismo que hace unos meses, un “rompí”…, por ser elegante, y será gracias a sus socios, los comunistas caóticos o lacra institucional, los pro terroristas y asesinos y los delincuentes golpistas separatistas, los alcahuetes del PNV y algunos tontos del montón que “existen” o eso creen, y todavía, quieren estos indecentes de la Moncloa ganarse el respeto…
Para ello siguen ninguneando al PP como si fueran los desleales, en claro ataque a la inteligencia de la ciudadanía, salvando las distancias con la indigencia progresista o caldo de votos del que se nutren y su Tezanos, y se suma la prostitución política aliada de un partido como Ciudadanos que no sabe cómo venderse ni en que cama política yacer, cosa de la miseria moral de un grupo de fracasados por soberbios.
Se preguntaba Isabel San Sebastián que quien defiende a la Guardia Civil, base indeleble de nuestra Constitución en Alsasua, ¿y a los honrados españoles anti progresía?, ¿Marlaska hubiera permitido una humillación a los homosexuales? a la Guardia Civil sí lo ha hecho y a los honrados decentes españoles también, pero a los suyos seguro que no. ¿O la defensa y el respeto de este gobierno a los muertos por incompetentes del virus chino?, los han escondido como prueba de su fracaso, son evidencias y desvergüenzas. Me decía mi amigo Guillermo, “Sin novedad reseñable tras el estío, esto sigue igual, hecho una mierda. A resistir, es lo que nos toca, es una carrera de supervivencia…,” joder, que razón, es una carrea de supervivencia, somos verdaderos supervivientes en un país narcotizado por la miseria moral de un gobierno de pancarta y panfleto, una clara imitación de aquel mediático imperio de propaganda dónde aparecía un Hitler hogareño y cercano en paseos eternos ajeno a los exterminios y la miseria de la guerra, hoy son unas apariciones estratégicas con la complicidad sufragada, subvencionada y comprada de la máquina propagandística del régimen, hoy un progresismo comunista bolivariano indigente que lo hacía y hacen una víctima de las circunstancias que hacen culpables al resto, en este caso, a la oposición de Casado y se ignora la verdad, el caos, se ningunean y blanquean a partidos fracasados como los de Arrimadas, de lejos, el enemigo a abatir, los únicos que mantienen la verdad de los hechos, no es la extrema derecha es la realidad tétrica de este país, los de Abascal, los únicos que no han demostrado su delincuencia moral.
Decía el finado Sánchez, “Señor Iglesias, si para ser presidente del gobierno tengo que renunciar a mis principios y convicciones formando con usted un gobierno que no sería útil a mi país, está en lo cierto no seré presidente”, decía Sánchez en el Congreso y ante millones de Españoles hace unos meses, los hechos son los contrarios, ¿se traicionó a sí mismo?, renunció a cosas muy válidas antes que a sus convicciones por un colchón nuevo traicionando a los votantes socialistas y al pueblo español, dignidad y convicciones que no tiene según sus propias palabras, pero es más, decía…, “si Iglesias le obliga a elegir entre la presidencia de Gobierno de España que no serviría a España, y su convicciones y dignidad, no tenía duda…, efectivamente, eligió perder la dignidad y las convicciones, como si la hubiera tenido alguna vez.
Decía Iglesias que esa casta política, esa gentuza que se sometía a intereses de Occidente estaba preocupada por los escraches y esto no era más que la presión de los de abajo a la gentuza de arriba, era jarabe democrático, que la gentuza de arriba tenía que aceptar como expresión de la democracia puesta en manos de los de abajo en las puertas de las casas y sedes o incluso embajadas, claro, cuando uno pasa ya a adquirir el noble título de gentuza como es su caso con el aristócrata cargo de miserable, pues jode.
Es curioso como en ESPAÑA se prefiere la mentira disfrazada o sin disfraz, antes de la verdad pura, desnuda y directa, si viene de la progresía social comunista de Sánchez e Iglesias como es el caso de este gobierno de miserables, ¿somos realmente tan cretinos? Parece ser que sí, una falsa frustración de irreverente mentira nos hace pensar que la izquierda extrema corrupta adornada por los artífices del caos podemita y la izquierda radical mentirosa, tramposa y trilera del Partido más corrupto de Europa, el PSOE, robó a sus propios afiliados y simpatizantes y prefieren sus mentiras antes que la verdad desnuda, la disfrazan los trileros progres de fascista, derecha retrógrada y los frustrados indigentes intelectuales se lo creen y así, hacen el juego y blanquean un gobierno erudito del caso, inepto y sobre todo pendenciero con la honestidad y la honradez.
Pero ahora vamos a lo tristemente importante de este verano y es necesario rendir tributo, recuerdo y homenaje perpetuo a la pérdida de una madre, a los eternos recuerdos, risas y alegrías e incluso, lloros y disgustos, hoy olvidados. No solo su vida se ha llevado la implacable parca, no solo ha desaparecido de la tierra Ana María, su cruel e inhumana visita, siempre dolosa, un tanto anunciada pero no por ello menos dolorosa, se ha llevado un trozo de la savia de mucha gente, de una larga familia y de almas, alguien escribió; “Maldigo tu muerte absurda y sin nada/ hundiría mis manos hasta tus entrañas/ tomaría lo negro que quito tu vida y lo devoraría para estar contigo/. Y escribo y no digo el dolor inmenso/ no existen palabras para darle un nombre”. Y así me identifico, maldiciendo la cruel providencia, no tengo duda de la existencia de Dios, pero la deriva humana no la entiendo y no me resigno a comprenderla ni asumirla.
Una madrugada, casi al alba, vino a visitarte Dios para llevarte con Él sin saber el dolor que causaría, yo sólo sé escribir reflexiones críticas y sentimientos malhumorados y además mal, y quisiera definirte en una sola palabra, es difícil, y esa es “Fuerza”, y como en los mejores albores cartageneros, incluso se han citado tus dos pasiones, la poesía hecha alborada y el sol marinero que calienta el Mediterráneo que te cobija de tus playas para despedirte, un asiento en primera fila ha quedado vacío en una mañana de amargas sorpresas, como las grandes artistas, un asiento vacío que consuma el respeto y la admiración de todos.
Has sido discreta haciendo el bien a cientos de personas, místicamente heredera de la santa de Ávila, nunca preguntaste, solamente actuaste y encima sin darle importancia a pesar de las críticas, lo esotérico y más metafísico que místico era lo natural, nunca lo entendí producto de mi ignorancia y absentismo espiritual. Aunque no lo demostré, siempre tuve la sensación de que no estaba a tu altura, quizás, porque era difícil estar a tu altura, y al decirte el último adiós físico e inerte escondido tras una camisa almidonada y una corbata oscura me di cuenta de que esa sensación era una realidad tangible, y que orgullo entonces a pesar del duelo.
Has dejado una inmensa herencia de hechos solidarios, dignos de ensalzar en la creencia cristiana que han desbordado todos los sentimientos posibles, respeto y servicio al prójimo, así lo hemos palpado en tu adiós. Pienso, que tu mente ha crecido tanto que se ha bloqueado y ya, tu propio cuerpo no pudo acoger tan gran perfeccionamiento, consuelo o consternación, pero al cabo, esa es la única realidad posible que justifique tan elevada e injusta pérdida.
A pesar del desencuentro, siempre había una palabra reconfortante ante tanta desgracia vivida que me mantenía por instantes la serenidad necesaria en cada momento, esa palabra serena y sin querer, así, como natural, muy meditada, sabios que diríamos ahora, pero hay quien nos ha dado una lección y ese es Alfredo, curiosa la vida que te da lecciones inesperadas y ha sido un fiel compañero y además, ha hecho casi furtivo tu pesar, una verdadera lección de vida, de amor y de lealtad, la misma que difícilmente haremos cualquiera de nosotros, un listón inalcanzable que no merece más que el agradecimiento y dar fe por escrito. Hoy por ayer el cantante se ha quedado sin música y el poeta mudo, hoy por ayer hemos perdido a una gran mujer, pero no para siempre, los hechos y los caracteres no hacen perpetuos, un marido, cuatro hijos a su madre, vencida por la muerte, pero no por el alma.
También nos dejó este verano Carlos, otro noble de aquella estirpe raza que dio alma a la calle de Montanaro, su marcha va más allá del abandono terrenal, una parte de nuestra infancia y juventud con esa sonrisa de serenidad legada se esfuma, lo hace también arrancando un trozo de nuestro presente y de nuestro futuro, el corazón de nuestra querida calle lo conforman todos, era y es nuestra grandeza y nuestra historia. Otro gallego afincado en Cartagena impregnado de sal marina y esfuerzo castrense, vestido de blanco con impecable guerrera como en vísperas de aquellas innumerables “Juras” en ese último toque de Oración, la Virgen del Carmen que tantas veces veló por él y por todos nosotros lo ha reclamado, pero para esta estirpe de marinos, la muerte no es el final.
Y la cara amable, la lección de dignidad y educación en contraposición con el prólogo político de este artículo, es la dada por pequeños personajes de vida desestructurada, estos que ni con dos años cumplidos algunos, víctimas de los vaivenes de la vida y dan orgullo al trabajo sincero, cariñoso y callado realizado en el orfanato municipal, en la “Casa Cuna” dónde, cuatro hijas de La Caridad y unas decenas de educadoras hacen de lo imposible lo rutinario, del destrozo emocional un desagravio anímico, dar paz y amor, dar cobijo y calor a unos niños victimas de las penosas circunstancias de la vida, de la desestructuración de fortuna de un destino incierto que ataca sin merecerlo dónde no hay culpables, sino víctimas y daños adyacentes, nunca culpables porque la vida es complicada y nos enseña la suerte que muchos tenemos y de la que disfrutamos en nuestra ignorancia, esa paz se contagia cuando una criatura de escasamente dos años se sienta a tu mesa después de un día largo de playa, corto para ellos, en una furtiva por efímera visita y como disfruta sin alterarse, te educa y te da lecciones sin quererlo y cuando abandona tu hogar, dejan un vacío inmenso, sobre todo de paz.
Quiero despedir este artículo de regreso con este pequeño homenaje a los que nos han dejado sin irse y a la labor ingente, callada y delicada que realizan en un lugar de nuestra Cartagena más desconocido que olvidado como mes la Casa Cuna para arrancar una sonrisa, esa “sonrisa de serenidad” con la que te recordaré, Suegra
Andrés Hernández