“O no hay...” o no quieren, por Ramón Galindo
Y con esto poco a poco llegaron las pateras; y a los que pudieron pillar, concretamente en las costas de Cartagena, más de cuatrocientos -miles en el resto de España- les repartieron el kit del refugiado y "dicen" que les hicieron una prueba PCR. Pero a los otros cientos que ya les estaban esperando, se subieron en los coches que les esperaban y se marcharon, ni prueba, ni kit, ni PCR, ni nada de nada. Y mientras la Policía Nacional, Policías Locales y Guardia Civil de servicio se tuvieron que volcar en ello, haciendo lo que podían, desatendiendo por completo las llamadas de los ciudadanos que los necesitaban y que por cierto pagan impuestos y por lo tanto también el de los los que los mandan, que normalmente llámese delegado del gobierno o lo que sea, no suele tener ni experiencia, ni puta idea del asunto.
El problema de las mafias de inmigración ilegal, es sencillo de atajar. En cierta ocasión oír decir a un Coronel de la Benemérita, que si el Gobierno hubiese querido impedir a tiempo la fuga de Puigdemont, sólo tenía que habérselo ordenado a la Guardia Civil. En este caso ocurre lo mismo, si el Gobierno quisiera impedir la entrada de pateras, sólo tiene que ordenarselo a la Armada y los buques nodrizas de los actuales tratantes de seres humanos se tendrían que dar la vuelta nada más abandonar aguas argelinas. Como en el anterior caso, o no se atreven, o no quieren o algo tienen pactado.
Y aquí los medios de comunicación están criminalizando nuestra juventud que ha estado obedientemente confinada más de dos meses, demonizando a la hostelería que casi arruinan por no tomar medidas a tiempo y persiguen al españolito de a pie, que consiga que le hagan la prueba y tenga la mala suerte de que le dé positivo. Son capaces de ponernos cientos de rastreadores por haber ido a una comida de amigos, confinar un edificio, un barrio o una ciudad entera, e incapaces de controlar tres o cuatro barcos nodriza de piratas de carne humana viva.
Mientras tanto Reino Unido y Francia, a los españoles nos pone todas las dificultades del mundo para atravesar sus fronteras.
Y así de políticamente incorrecto, con toda mi pena por la gente que sufre, empezando por los que tengo más cerca, pienso que sería más correcto ayudarles en origen y traerlos como los españoles iban, y van a la vendimia francesa. Y como tantos españoles emigraron a trabajar fuera de sus casas, no siendo fácil pero ganandose el respeto de aquellos países que con sus condiciones los acogieron.
Y como todos las semanas, enciendo el puro el puro de los domingos que a vuestra salud y en perjuicio de la mía, tecleo estas palabras con la única excusa de enviar un abrazo a amigos y familiares.
Ramón Galindo.