Opinión

PENSANDO EN VOZ ALTA: ¿PARA QUÉ?

PENSANDO EN VOZ ALTA: ¿PARA QUÉ?

PENSANDO EN VOZ ALTA

¿PARA QUÉ?

Observaran, aquellos que cada lunes tienen la amabilidad de pensar conmigo, que grabada a fuego, en la mente y en el corazón, se me ha quedado la pregunta ‘¿Para qué?’.

Cómo consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania, desatando una guerra que nadie desea, me sigo haciendo la misma pregunta que, en otros momentos me he hecho y plasmado también en otras columnas: ¿Para qué? Es por ello que vuelvo a replantearme la misma cuestión, a la espera de que alguien me responda.

Viendo las imágenes y oyendo a las víctimas inocentes, a los que huyen dejando sus casas, a los propios ciudadanos rusos que no entienden nada; me quedo en blanco y mirando a ninguna parte pienso en la muerte, una meta a la que todos llegaremos. Pienso en la muerte, miro a mí alrededor y veo que es absurda la situación y, en cierto modo, me enfado pensando que la acción de unos pocos o de uno sólo te conduce a morir. «Te mueres y ya está», sobre todo si ésta se produce en forma absurda, como es el caso… no me digan que no es indignante, «te mueres y se acaba la historia». Es muy triste que uno se entregue en cuerpo y alma a esta absurda competición que es vivir para desembocar en la muerte; y se acabó, ¡jopé!, pienso que es muy fuerte, no le veo sentido.

Te pasas la vida, más o menos puteado… ¿para qué?, para morirte. Tiene narices que hagas lo que hagas todos tenemos el mismo premio “la muerte”. Es lo único que iguala a tontos, idiotas, imbéciles, “poseedores de la verdad”, estúpidos -aquí incluimos a los que han dado la orden de invasión a Ucrania, de momento-, y personas normales. Por todo ello, si el premio es la muerte, pienso ¿para qué? ¿Para qué andar puteados todos los días de nuestra vida, si al final… crematorio o tierra?

¿Para qué las guerras? ¿Para qué molestar al prójimo? ¿Para qué hacer el mal? ¿Para qué pisotear y escupir al que te acompaña en esta absurda carrera? ¿Qué sentido tiene soportar las gilipolleces y tonterías que ciertas personas quieren imponernos sí o sí? Desde que uno acude por primera vez al colegio intentan marcarte, una vez unos y a la vez siguiente otros, ¿para qué? Pienso que ¿para qué nos complican la vida los políticos? En definitiva, no saben hacernos el tránsito a la muerte más cómodo: Viene uno y dice que esto es blanco, al rato viene otro y dice que es gris y un poco más tarde un tercero dice que es negro. ¿En qué quedamos? ¡Leche! Faciliten el viaje, hagan que todos disfrutemos de lo mismo, si la recompensa es la muerte para todos ¿por qué no tenemos todos la misma vida? ¿Para qué tanta pelea, tanto horror, tanta inquina?

Aquellos que tienen responsabilidades sobre los sistemas de seguridad y, además, tienen información de primera mano, la gran mayoría de las veces se limitan a declaraciones huecas (reírse del pueblo) y al, para mí, “atragantado minuto de silencio”, ¿para qué? Es muy posible que piensen qué mirando hacia otro sitio, proclamando que sí pero no, la muerte va a pasar de largo. Pues no, como todos, tierra o crematorio.

¿Para qué llevarnos mal? ¿Por qué no llevarnos bien? ¿Por qué no eliminar las rencillas, las guerras, abusos, latrocinios, homicidios… todo lo malo, todo lo que nos hace daño? ¿Por qué no ser todos iguales, si al final la muerte, lo único cierto, nos iguala?

Siempre me pregunto, cuando alguien hace daño, de cualquier tipo, ¿qué consigue con esa acción? Juro que no lo entiendo. Cuando se pisotea al prójimo para atesorar más y más indecentemente ¿qué se siente? Al final, pisoteador y pisoteado, crematorio o tierra. Aún estoy esperando que alguien venga desde la dimensión correspondiente y nos ponga al día. Seamos mejores y seamos iguales antes de acabar esta carrera, por muy de moda que esté el correr. Se que todo es una ilusión, séque es imposible, pues la incongruencia forma parte del ADN humano. Pero sea lo que sea por lo que estamos aquí me seguiré preguntando ¿Para qué?