Opinión

PENSANDO EN VOZ ALTA: TÍTULO ABIERTO

PENSANDO EN VOZ ALTA: TÍTULO ABIERTO

PENSANDO EN VOZ ALTA

TÍTULO ABIERTO

Son tantas las preguntas que se me acumulan en la mente, me imagino que a usted estimado lector le ocurrirá lo mismo, que dejo abierto el título de esta columna para que cada uno lo bautice como a bien tenga.

Por ejemplo, se me ocurre una primera cuestión: ¿Cómo es posible que alguien ‘normal’ antes de formar parte del gobierno, una vez en él se corone con una idiocia muy peculiar? Por eso, sigo insistiendo: ¿Dónde se (des)forman estos personajes para dejar de ser ellos mismos?

Es curiosa la forma en que navega la nave del gobierno en estos meses, donde, la mayor parte, el bicho ha caminado a sus anchas. Esto le ha venido muy bien a este grupo de personas que, amparándose en el estado de alarma, han (des)gobernado como les ha venido en gana; degradando todo lo que tocan hasta hacerlo irreconocible… caso de la estadística. Ya ni en ciencia de la mentira (según manejo) la han dejado, la han convertido en mentira directamente. Esta nueva ciencia, pienso, será una nueva asignatura en institutos y universidades, máxime si se explica telemáticamente. Si la asignatura, de por si tiene temas que en directo son difíciles de entender, no me imagino lo que será… pantalla de por medio. Han conseguido manejarla de tal manera y forma que la prensa internacional (¿Qué sabrán ellos?) se ha hecho eco. Con estos nuevos métodos estadísticos se puede conseguir rebajar el paro, en 24 horas, al límite que queramos. Podemos, incluso, tener problemas para cubrir ciertos puestos de trabajo por falta de personal -según maniobras estadísticas-.

El mentir no es bueno para nadie; todo aquel que vaya a venir a España se lo pensará muy mucho ya que cualquier cosa que se diga aquí no es creíble o en el mejor de los casos, dudosa. Fíjense que un ministro dice una cosa y en minutos, otro lo desmiente. ¿A quién creer, al primero o al segundo?

Es tanto el afán por resucitar finados (o andar algo despistado) que, si no me equivoco, ha ocurrido algo así: Llaman a una señora y le comentan “su marido ha mejorado”. Respuesta de la mujer “hace dos días que lo hemos enterrado”. ¿Qué está ocurriendo?

No es casual que entre la prensa que se ha hecho eco “de estos despistes” esté el británico Financial Times (en general, el personal, por desgracia, se fía más del periódico que de los expertos españoles) que ha presentado unos gráficos muy precisos (modestamente, coinciden muy mucho con los míos) y llamativos… más después de ‘volver’ a la vida 2000 fallecidos. En uno de dichos gráficos, por ejemplo, según los datos españoles, un día se da la cifra acumulada de 283 fallecidos, y, en el siguiente día sólo 1, y así durante una semana: 1 ó 2… En otro momento, las comunidades reportan al Ministerio de Sanidad, 22 fallecidos y dicho ministerio, ‘que verde lo han segado’, se regodea en sólo 5 muertes.

¿Hay alguien que no haya mentido en estos días? Me refiero al total de España. Son muchas, muchas, más de las deseadas, las cuestiones que por fas o por nefas nos hacen dudar de quienes somos, de dónde venimos y a donde vamos. Es desesperante y pernicioso no saber (yo creo que sí) quien tiene razón y dice la verdad: ¿alguna gente del gobierno o la Guardia Civil? Pienso, que la Guardia Civil, de ahí la depuración a la que está siendo sometida.

Por todo lo apuntado y deseando saber quién me puede, nos puede, decir la verdad dejo esta columna con el título abierto.