Opinión

PENSANDO EN VOZ ALTA: TROPEZAR CON UN PICOESQUINA

PENSANDO EN VOZ ALTA: TROPEZAR CON UN PICOESQUINA

PENSANDO EN VOZ ALTA

TROPEZAR CON UN PICOESQUINA

¿Qué ventajas” tiene tropezar con un picoesquina? Por lo menos, tres: Tropezar de frente, tropezar por la izquierda o tropezar por la derecha… lo difícil es tropezar por los tres sitios a la vez. Pues bien, en estos momentos complicados por los que vamos navegando hay gente, mejor ‘gentuza’, que una y otra vez se da de bruces con el mismo, simultáneamente con las tres trayectorias, y son incapaces de corregir el paso… O no la corrigen porque les viene bien. Voy a intentar, con ejemplos sencillos y opiniones varias, ponerles en situación.

Supongan que hay un perro en la puerta de mi casa y cada vez que salgo me muerde y pone mi integridad en peligro. Consultado el tema con un ‘¿experto en perros?’ me recomienda que me quede en casa encerrado durante un tiempo y que, entonces, salga… ¿Seguirá el perro o no? Nadie me dijo cuando me encerré que el perro se marcharía, nadie me aseguró que iban a hacer lo posible por aislar al perro… Solo que me confinara para que no sufriera sus ataques. No me plantearon que iban a buscar una fórmula para solucionar el tema.

Exactamente esa es la situación actual. Una cosa está clara: Nadie tiene ni puñetera idea de qué está sucediendo y lo que es peor, la arrogancia, la desfachatez y sobre todo la estupidez les impide recabar opiniones a quienes podrían rebajar, supuestamente, el peligro.

El obligado retiro y encierro en casa sumaba un problema no pequeño cual es el no poder trabajar fuera y, por lo tanto, no consigo medios para poder desarrollar mi día a día. Si esta clausura se alarga en el tiempo dos son las posibles soluciones: Una, me voy apagando poco a poco, muero por inanición y al cabo del tiempo me encuentran cadáver. Dos, salgo a la calle, desesperado, en busca de quien no me ha solucionado el problema y lo harto a guantazos.

¿Qué ha ocurrido durante mi ausencia de la calle y el discurrir diario? Muy posiblemente me encuentre con normativa nueva, con leyes tomadas al albur de tener las manos atadas y no poder oponerme… es muy posible que otros pudiendo oponerse no lo hagan por intereses personales o políticos.

Algo así ha ocurrido pues se ha aprobado en la sede de la ¿soberanía nacional… o cortijo particular de gente sin escrúpulos? una ley que nos tiene cogidos por salva sea la parte hasta el día 9 de mayo de 2021. Tanto en cuanto aprietan los belfos el ‘endiosado’ hará y no hará lo que le salga de esos cataplines que él no tendrá apretados.

Un muy buen amigo al que respeto hasta decir basta, después de salir adelante dicha ley escribía por WhatsApp lo siguiente y yo hago mías, también, dichas palabras: Ayer día aciago para la democracia, 6 meses de parlamento callado. Qué pena de país. ¿Dónde está el espíritu del 79? Una pena luchar, por tanto, con ilusión, para que todo acabe con esta gentuza sin escrúpulos, sean del color que sean. Ver como se consiguió algo y cómo lo estamos perdiendo a marchas forzadas por unos tíos que lo único que quieren es perpetuarse en el poder y los otros quitárselos importándoles una… lo que se consiguió y lo que ha significado la Constitución. Una pena de país.

Como he apuntado: Suscribo al cien por cien dichas palabras… más, hago una apreciación. En un par de ocasiones dice: Qué pena de país y Una pena de país. Aquí discrepo con mi gran amigo. El país no es una pena, la gente es muy grande y ejemplo da día a día. Lo que enmierda a ESPAÑA es estar gobernada por gente sin conciencia de servicio a los demás, únicamente servirse ellos sin importarle si el pueblo pasa penurias y hambre; si sufre o no… no todo es yo, yo y yo y otra vez yo. Enriqueciéndose ellos, subiéndose el sueldo por el careto, pagando asesores colocados a dedo, despreciando a los funcionarios del estado, según dicen unos 777, con un gasto anual de 55,8 millones de euros. Cifra que daría para contratar, por ejemplo 1850 médicos o 2056 ATS. Más, todo lo que pasa más allá de sus mansiones se las trae floja… ustedes confinados -física y mentalmente- que yo haré de mi capa un sayo y, eso sí, no voy por Cartagena para no tropezar con un picoesquina.