Opinión

“Vuvucelas y tarjetas SIM”, Ramón Galindo

“Vuvucelas y tarjetas SIM”, Ramón Galindo

Y con esto poco a poco ya han pasado más de diez años desde que ganamos el Mundial de fútbol -¿He dicho ganamos?- ¡Como si entre todos lo hubiésemos ganado! ¿No? ¿O sí?

Lo que sí es verdad que desde entonces nuestros jugadores llevan bordada una estrella dorada en el pecho de la camiseta roja.

Pero como de costumbre y sin pisar el terreno de juego, los que más ganaron fueron los chinos vendiendo vuvuzelas, camisetas y demás merchandaising.

Diez años más tarde continúan ganado vendiendo guantes y mascarillas, sin importar mucho la calidad.

También nos venden teléfonos y tarjetas sim, como la del móvil de "la manada" y como la del celular de la ex-asesora de Podemos, Dina Bousselham, y mira por donde, tanto que la buscábamos aparece en manos de Pablito, más listo este que "el prenda" pues curiosamente la sim de Dina se ha recuperado dañada, no vaya a ser el diablo que lo pilláramos en calzoncillos (o sin ellos).

Ya habíamos ganado el Mundial de Sudáfrica cuando Pablito hablaba de las cloacas del gobierno; en épocas de Felipe González, se les llamaba "fontaneros de la Moncloa" pero como todo se vulgariza y se enmierda, ya que "el coléguita de prominente principio de espalda que le sirve de apoyo a la coleta" piensa que el insulto es lícito -¡Como no va a pensar eso!- si piensa que le gusta ver patear y apedrear a los policías y se "arrejunta" con terroristas, asesinos y quienes los defienden y apoyan. Pues bien, ahora resulta que mientras Europa le hace a Sánchez “un calviño” él mismo ostenta el título de "removedor mayor de excrementos del reino".

Y entre heces siguen envueltos los que tanto prometen y nada cumplen. Como aquellos sacamuelas ambulantes, de polvorientos sombreros de copa, viejas y roídas levitas negras, sucios delantales y que con oxidados alicates, entre gargajos de tabaco de mascar arrancaban doloridos dientes y muelas, que recorrían el Oeste Americano en un carro tirado por mulas, vendiendo el elixir de la vida, y matando de infecciones a sus pacientes. "Estos" los de ahora, tienen la misma capacidad para embaucar pero no para resolver y mucho menos para gestionar.

Y así esa otra pandemia -para la que no hay vacuna- que con mil rostros, unas veces enjutos y otras dulces, como diablos modernos y con mordedura vampiresca de murciégalo nos infecta, y consigue comprar las almas en forma de votos a incautos y analfabetos en política, prometiéndoles el "oro y el moro" títulos y cargos, incluso provincias o ínsulas como la de Sancho Panza, cuyo loco Don Quijote nunca pudo otorgar, y los de ahora, a veces más dementes <<no precisamente de la lectura de novelas, sino por otras causas>> menos pueden todavía, excepto repartirse el botín entre los más acérrimos, sabedores que fuera de la piratería no tendrían mendrugo que llevarse a la boca.

Y así, con estos piratas al timón, no se ha podido ir a la universidad, pero sí al botellón; pueden llegar aviones sin control sanitario de ninguna clase y pateras infectadas, pero no turistas en cruceros sanitariamente verificados.

Hoy, en subiendo a las resdes estas frases, Feijóo maquillando su carteleria eludiendo sus propias iniciales que piensa pudieran perjudicarle, pugna por la mayoría en Galicia y en las vascongadas el PNV tenderá de nuevo la mano (la izquierda) a los de BILDU para seguir apoltronado en Ajuria Enea y dejar que los amigotes de los asesinaos campen a sus anchas.

Lo que ahora no sabemos ni pagando, esta noche lo sabremos gratis.

Y hoy, desde un paraje espectacular de nuestras costas, como de costumbre, al encender el puro de los domingos, esta vez canario, entre su aromático humo tecleo estas palabras que sin revisar ni corregir, ni intención de hacerlo, busco cobertura y lo lanzo desde mi teléfono con la única excusa de poder enviar un fuerte abrazo a amigos y familiares.

Ramón Galindo.