BELÉN, CAMPANAS DE BELÉN
BELÉN, CAMPANAS DE BELÉN
Mira que tenía ganas de contaros esta ruta de Belenes por Cartagena y pedanías, porque aunque “la historia” no cambia, cada persona, cada lugar lo hace especial, porque lo ubican en sus propios entornos y a todos nos encanta reconocerlos cuando observamos cada una de esas figuras en movimiento en diferentes rincones. Pero mira, no sé que me ha pasado, a veces el exceso de sensibilidad te hace tener lapsus de espíritu navideño , pero sólo ha sido decir en casa , “¿ cómo me pongo yo ahora a escribir, si creo que no voy a ser capaz de transmitir todos esos momentos tan bonitos que he vivido estas últimas semanas?”,cuando un pequeño elfo me ha enchufado el ordenador, me ha encendido la luz de mi lugar donde escribo y ha empezado a sonar esa música navideña que me enciende las ganas de todo. Y, ¿qué voy a decir yo?, pues que los quiero, y muchas veces sin ellos no serían posible muchas cosas, mi bonita familia.
Así que nos subimos al coche y decimos: “¿dónde vamos esta noche?”, pues a La Palma.
¿Sabéis esos sitios donde cuando pones un pié allí te sientes querida, muy querida? Pues esos son “mis palmesanos”, gente buena y auténtica, que en verano me abrieron sus puertas y desde entonces hay algo que ya no se puede borrar.
Y esta noche es especial, porque vamos a inaugurar un árbol muy pero que muy…. ¡mejor que lo veáis vosotros!
Un árbol con un diseño de Lina Moreno, que me encantó algo que dijo: que por todas esas cosas sus hijos dicen que no es una madre normal. Y a mí me encanta, porque también me lo dicen mis hijas, y digo yo, ¡ es maravilloso no ser una madre normal!, eso implica tantas cosas que se salen de la monotonía de la vida…..Y a lo que voy, ja,ja, que me lío yo sóla, ese árbol lleva un fuerte mensaje, porque desde La Palma no quieren que el Mar Menor quede olvidado, y porque esta Navidad tiene que estar en la lista de deseos de todos, que nuestro mar no sufra más. Y por eso luce así de bonito, con tantos y tantos peces, pulpos, caballitos de mar que durante casi dos meses ese grupo de personas de tan diferentes edades se han volcado con la causa, y con aguja e hilo en mano, codo con codo, han disfrutado con orgullo del resultado ante la expectación de todos. Desde amas de casa, padres, abuelos, los que han cortado patrones desde su hogar, empresas que han colaborado para que este sueño sea posible….
Y llega el momento de la cuenta atrás, las luces iluminan esta Palma bonita y los aplausos y las sonrisas tras la mascarilla son el resultado del esfuerzo de muchos. Y de repente ocurre la magia, las guitarras suenan, los palmesanos bailan, Ginés parte jamón y nos llena el vaso de vino.
Y vuelven las caras conocidas, las de aquellos que aquel día tuve la suerte de cruzarme en su camino, aquellos que poco tiempo antes me invitaron a probar las gachas y nos caímos muy bien. Sí, me refiero a ti, Mari Carmen, mujer llena de vitalidad, inseparable de tu marido que esta noche nos deleita con su corte de jamón. Tú que aquella mañana ante mi cara de duda-rechazo me enseñaste que no hay que juzgar por las apariencias, y hoy todavía me acuerdo de ese rico manjar, tus gachas y las flores de novia.
Y de repente te veo a lo lejos, pintor palmesano, que primero descubrí tu obra, después las casualidades hicieron que nos encontráramos en un lugar donde el arte y los sentimientos se unieron, y que hoy disfrutamos juntos de ésta, tu Palma y un poco ya la mía, iluminada, navideña, reivindicativa, bonita. ¡Pedro Diego Pérez-Casanova, cuánto queda por contarnos!
El Belén recrea las viejas escuelas, la palmera de siete brazos, la nieve en el nacimiento, los riachuelos, la posada.
¿He dicho la posada?, ¿habrá un sitio con mayor encanto y desconocido para muchos como La Posada de La Palma en Navidad? Las ollas rebosan demantecados y rollos de pascua, como antiguamente se hacía, y los nevaditos, pasta flora….ummmmm. En casa tengo un turrón artesano hecho con almendras propias de la familia de Flori que quita el sentido. ¡Y cómo saben las cosas cuando el lugar tiene encanto y huele a casero, a leña….a Navidad!
Hace unos meses dije, La Palma existe, y como dice alguien muy especial, “somos y estamos”. Me refiero a Vicky, un torbellino que me recuerda mucho a mí, que se involucra hasta el final en sus proyectos, que lucha, que es parlanchina, que hace puzles de mil piezas para llegar a todo y que todo encaje, y que junto a otras personas que como ella quieren lo mejor para La Palma, han traído luz de Navidad, alegría, magia y mil cosas más a este lugar tan cerquita de Cartagena que a veces parece olvidado. Le faltó ponerme una alfombra roja el primer día que llegué allí, y hoy, me vais a permitir que la alfombra roja se la ponga yo a ella con creces, porque sin ser palmesana de nacimiento, ha llenado de sonrisas y proyectos bonitos las calles de este lugar.
Y de un lugar y gente especial, a otro donde se respira aire puro, y si agudizas el oído quizás escuches las olas de la playa del Portús. Así que a la mañanasiguiente, subidos de nuevo en el coche dirección a Galifa.
Tengo que contaros que hasta el año pasado yo no había estado en el Belén de Galifa. Sí, sé lo que estaréis pensando muchos, pero otros diréis, ¡anda, pues yo tampoco! Pues el cinco de enero de este año que termina, la verdad que estábamos un poco tristes, sin cabalgata, sin compartir y luchar por un peluche horrible en la Calle del Carmen con mi familia, mis primos….Y entonces, con el fin de no decaer, propuse una ruta de belenes, y así fue como nos pusimos rumbo a ese trocito de paz. Ese lugar se convirtió en nuestra noche de ilusiones y sorpresas, al entrar, en el silencio y la soledad de la noche vimos algo que parecía una carroza pequeñita, no era posible pero…… ¡los tres Reyes Magos en mitad de la nada!, nos invitaron a bajar, nos hicimos fotos como locos, la sonrisa se nos quedó puesta para el resto de la noche, y nos obsequiaron con unas monedas de chocolate que brillaban como el oro.
Esa es la magia, esa es la felicidad cuando no esperas nada. Y luego vivimos ese ambiente especial, de noche estrellada, lejos de la contaminación de la ciudad, en el puente, rodeados de cada una de esas piezas que de forma artesanal hacen cada año los vecinos….
Si venís algún día y veis una casa de color azul, esa es de mi amiga del colegio, Flori, una pelirroja alegre y pizpireta que sigue igual que entonces, y es ella la que me acerca a Conchi y a Pedro, unas personas entrañables que dieron vida al nacimiento de este Belén.
Ella es tranquila, muy mañosa, la encuentro haciendo una bodega, relajada y entretenida. Pedro, su marido, es más torbellino, está a disposición de Conchi, a sus ilusiones de años atrás cuando quiso arreglar una cueva y hacer un nacimiento de cartón.
Allí empezó todo, cada una de esas piezas hechas con mimo y esmero, al mínimo detalle, con el apoyo de Gine, el arte de Conchi, la ayuda de Pablo que prepara los caminos, y la colaboración de todos aquellos vecinos que se acercan para mostrar orgullosos su trabajo.
No les falta detalle, carteles de bienvenida, dulces navideños, el banco del amor y una cajita con una libreta para que quién quiera escriba algo especial. ¡ Ya os digo yo quién ha estrenado la libreta!, pues mi hija, que ha heredado de su madre la ilusión por estas pequeñas cosas.
Y…..vaya, eso de contar palabras lo llevo mal, pero claro , entonces debería escribir libros en lugar de artículos…..Pero no puedo terminar sin deciros que en mi barrio, en Santa Lucía, hay un Belén precioso, con su Pinacho y su encanto junto a la iglesia. No le falta detalle, no te cansas de ir año tras año, si no habéis estado, incluirlo en vuestros planes esta semana.
San Isidro, Perín, sé que fui invitada pero…., me faltan días del calendario. Ellos también tienen ese bonito Belén.
Recorrer todos los rincones, son días de villancicos, de conocer las costumbres de nuestro entorno, de respirar el ambiente navideño y de cuidarnos mucho.
Y para este año que termina , mis queridos lectores y muchos ya amigos, cuidaros , porque hemos demostrado una fuerza inimaginable y vamos a inhalar nubes de esperanza, luz de las estrellas, calorcito del sol, sonidos de las olas del mar, energía de la luna , vamos a cerrar los ojos, pero muy apretados , y por un momento vamos a soñar con lo que vendrá pronto : abrazos sin miedo, besos sin medida, horas de café con conversaciones que nos hacen reír, y reencuentros para siempre jamás.
FELIZ Y ÚLTIMO DOMINGO DE NAVIDAD.
EVA GARCÍA AGUILERA