DESDE EL MIRADOR DEL CARIÑO

DESDE EL MIRADOR DEL CARIÑO
Galeras y Fajardo, Fajardo y Galeras. Dos baterías de costa que desprenden magia e historia. Un lugar increíble donde parece que el mundo se pone a mis pies cada vez que decido caminar y observar mi ciudad desde lo más alto. Lugares que mantienen su esencia por el paso del tiempo, y rincones que esperan el momento en el que consigan volver a ser fuertes como en siglos pasados. Incluso las ruinas me encantan. Observar hasta donde los ojos me alcanzan e imaginar a aquellos militares de entonces proteger nuestra ciudad.
Es un día cualquiera de sol. Llego sonriendo y canturreando a las faldas del monte Fajardo. Comienzo a subir, observo la Algameca Chica durante unos minutos. Inhalo el olor a mar. Mi siguiente parada es para observar ese faro rojo que nos guía y nos protege. Hay un banco de madera. Juraría no haberlo visto antes. Pero hay algo que me sorprende mucho más. Algo brilla con el sol.
MIRADOR DEL CARIÑO
¡Ese acero corten…! Fernando Sáenz de Elorrieta, ¡lo sabía!
Y también sabía que detrás de esa placa de Fernando y aquel banco de madera con vistas al mar, al faro de Navidad, había una bonita historia.
Es un día cualquiera de sol, pensé cuando subí aquella mañana al monte Fajardo. Sí, era un día soleado, pero ese día dejó de ser un día cualquiera para convertirse en una historia contada desde el corazón por Pedro María Ferrández García.
…
Vuelve a ser un día soleado, esta vez en Nueva York, 2016. Mari Santa Cruz sonríe, mira al cielo y suspira con esa alegría innata que surge cuando estás haciendo algo desde el corazón. La acompañan Fina, Juani y Rosa, sus tres hermanas que han venido desde España para celebrar con ella este evento tan especial.
¡Una caminata de 39 millas para recaudar donativos para la lucha contra el cáncer!
Mari va de un lado a otro, comprueba que sus hermanas llevan la camiseta más bonita que las que salen en la pasarela Cibeles. Y combinadas con un tutú rosa que le da el toque definitivo para que todo brille con luz propia.
IN MEMORY OF ALICIA, AUGUST 2016

A Mari no se le escapa ningún detalle. Ella es generosa, volcada en las causas bonitas, y sobre todo, una buena amiga.
Ha enviado a Cartagena una camiseta para Pedro María Ferrández, igual a la que ellas llevan puesta allí. Y ha conseguido que en aquella ciudad que le une a Alicia, hayan salido a caminar en esa mañana de sol y mar por Galeras y Fajardo, hasta Tentegorra. Han celebrado que las personas bonitas se quedan para siempre con nosotros. Nueva York y Cartagena unidas por el amor de Alicia.
Alicia se marchó en agosto de 2016. Pedro María Ferrández, su marido, se deshace en halagos cuando le pregunto cómo era ella.
Generosa, cariñosa, buena… Un encanto que se marchó sin hacer ruido.
Y él, Pedro, al que no conozco pero en un instante, sólo al escuchar su voz me hago a la idea de la persona tan maravillosa que es, me cuenta la historia de ese banco y ese mirador y lo que ocurrió después. Porque el amor verdadero es el que se vuelca en recordar a las personas que nos dejaron, y llevarlas en nuestro corazón toda la vida.
Así que aquella caminata por Alicia siguió en 2017, y se sumó la plantación de unos olivos y pinos cartageneros en la subida a Fajardo.
Y llegó 2018. Pedro mandó construir un banco para colocarlo en aquel lugar que Alicia tanto amaba, mirando al mar, al faro rojo pasión, entusiasta, de amor.
Solicitó los permisos oportunos y por fin se inauguró el MIRADOR DEL CARIÑO.
En aquel banco se colocaron unas pequeñas placas en recuerdo de Alicia y algunos familiares y amigos.
Siempre, siempre que subo a ese lugar especial, me siento un ratito tranquila y me lleno de paz.
Había pasado sólo un año desde la inauguración del Mirador del Cariño, pero en sus rutas con Alicia en aquellos días de risa, deporte y cervezas, Pedro se había fijado en aquel banco deteriorado en lo alto de Galeras.
Así que ese banco resquebrajado y sin alma dejó paso a un banco de estilo romántico que de nuevo Pedro encargó. El más bonito, en aquel lugar precioso donde asomarse a la vida apoyados sobre una barandilla de color verde. Verde como… EL MIRADOR DE LA ESPERANZA.

2019, Aniceto Rosique Nieto, Almirante Jefe del Arsenal de Cartagena inauguraba este rincón con un cariño especial, con una gran ilusión por ser parte de este proyecto tan entrañable. Él con su uniforme impoluto y Pedro y su amigo, y mi amigo, Fernando…, ja, ja, pues que habían subido con ropa deportiva.
Pero eso no frenó la emoción del momento y esa merienda que ya se va convirtiendo en tradición, arropados por el cariño de amigos y personas que se han ido sumando a esta caminata a la que pienso apuntarme a partir de ahora.

Me cuenta Pedro que todo va cobrando sentido. Desde el Mirador de la Esperanza se mira al Mirador del Cariño. Porque sin esperanza no hay cariño. Y sin cariño no hay esperanza.
Me emociona saber que hay un nuevo proyecto en la mente de Pedro. Un nuevo banco. Un recuerdo de una amiga desde la distancia…
Mari Santa Cruz nos dejó el 1 de abril de 2022.
Ahora sé por qué disfruto tanto de los atardeceres rosados desde esos miradores. Por qué ese lugar es mágico y especial.
Alicia y Mari, ¡es que no paráis de saltar sobre las nubes con esos tutús rosas!
Seguid así, coloreando de rosa nuestro cielo y dibujando sonrisas desde el cariño y la esperanza.
FELIZ DOMINGO