LA MURALLA PÚNICA, CARTAGENA, UNA CIUDAD PROTEGIDA
LA MURALLA PÚNICA, CARTAGENA, UNA CIUDAD PROTEGIDA
Si hay algo de lo que estoy contenta desde que abrí La ventana de Eva por primera vez, es de todo lo que he aprendido con vosotros. Porque mi motivación es doble cuando aprendo cosas nuevas, por la ilusión de saber y por la emoción de compartirlo.
Y hoy estoy bastante contenta, porque fijaros si llevo tiempo “andurreando” por nuestra ciudad, y todavía no había venido hasta este lugar extraordinario que es el Centro de Interpretación de la Muralla Púnica.
Y es que sólo observar desde abajo antes de comenzar a subir sus escaleras,ya notas el preludio de que algo interesantemente histórico y alguna que otra sorpresa te vas a encontrar.
Así que subo, me presento, me tratan de maravilla, pregunto, escucho, me evado por momentos y salgo pletórica de completar un poco más la historia de mi ciudad dentro de mi carpeta imaginaria de “saber un poco más”.
Yo no soy historiadora, eso ya lo sabéis, y por eso creo que cuando los hechos históricos que nos rodean los conocemos a modo de cuento, al menos yo, ya no los olvido nunca. Y por eso me gusta enterarme de todo, y crearme mi propio cuento con todos esos datos que puede que me cueste retener mucho tiempo en mi cabeza. Pero la esencia, eso que respiras en silencio inhalando la historia en el lugar, situada justo donde todo ocurrió, eso ya queda para siempre, y es la sensación más bonita que estoy percibiendo en estos últimos tiempos.
Todos sabemos que somos una ciudad Trimilenaria, y que en todos esos años ha pasado pero que mucho. Y que como consecuencia de algunos acontecimientos importantes, como la romanización de la ciudad por la victoria de las tropas romanas en la Guerra Púnica, pues la ciudad de Cartagena goza del mayor esplendor de las capitales romanas. Hablo del Teatro Romano, el Anfiteatro, la Casa de la Fortuna….
Vaya, sí, todavía no he empezado y ya os he contado el final de esta historia, ja ja.
¿Y si nos ponemos en escena y os cuento que las dos grandes potencias del Mediterráneo estaban enfrentadas en lo que fue la primera Guerra Púnica?
Vamos a situarnos un poco, año 229 a.c. El general cartaginés Asdrúbal funda la ciudad de QART-HADAST (ciudad nueva). Una ciudad muy bien comunicada para la actividad comercial, con explotaciones mineras cerquita de donde obtenían los minerales más preciados como la plata y el plomo, cercanía a las salinas…
Y claro, si a eso le sumas que era una preciosa península rodeada de cinco colinas y considerada el mejor puerto natural de todo el Mediterráneo…
Durante veinte años creció mucho su población, los cartagineses construían en las faldas de las colinas sus viviendas y arriba del Cerro del Molinete dicen que se encontraba el Palacio de Asdrúbal, majestuoso lugar aquel, aunque no tenemos resto alguno de dicho palacete.
¡Vamos, que nuestra ciudad era un caramelo para los ojos de los demás!, así que había que protegerla. Y así fue como se decidió levantar una muralla que rodeara toda la ciudad, la MURALLA PÚNICA.
Veinte años se pudo disfrutar de este esplendor, porque en el año 209 a.c QART-HADAST fue invadida y conquistada por Publio Cornelio Escipión, más conocido por muchos como “El africano”. La victoria Romana dicen que se consiguió por el método del “despiste”, y que más de 500 romanos treparon por los muros de la muralla terminando con la vida de aquellos cartagineses que vigilaban desde la parte alta y camuflados por las almenas.
Y así fue como nace Carhagonova, y sí, primero Asdrúbal y a su muerte Aníbal no pudieron vencer a los romanos, pero ¿nos quedamos con lo bueno?. Pues claro, por aquello que contaba al principio, que no hay mal que por bien no venga, y que bendita historia la que Cartagena tiene hoy para presumir, para deleitarnos con su esplendor y belleza, con su cultura.
¿Y sabéis que los romanos reconstruyeron la MURALLA PÚNICA?. Porque si algo es bueno, hay que mantener su valor, su importancia, independientemente de que la levantara el ejército contrario. Me quito el sombrero por ese gesto.
Y es que la muralla no se hizo al tun tun, era una muralla de una envergadura excepcional.
Se elevaron dos muros paralelos de diez metros de altura, separados por cinco metros. Y en ese espacio aprovecharon para dividirlo en dos alturas, la parte baja donde estaba el almacén general y las cuadras, y la parte superior como dependencias del ejército y como almacenaje de alimentos, armas…
Y la parte más alta, esa estaba destinada a la vigilancia, donde podían pasar desapercibidos por las almenas.
Las piedras utilizadas eran enormes, de gran peso y, ¿sabéis que se utilizó arenisca local que luego enlucieron de blanco para que le diera un aspecto más estético?
En ese momento es cuando yo freno, respiro y me quedo un ratito en la planta baja. Y no, no llego a escuchar relinchar a ningún caballo, pero sí doy gracias por poder tener este trocito de historia bajo mis pies.
Y de repente observo unas escaleras que llegan hasta una cripta de planta elíptica. Es escalofriante, hay un cartel de prohibido el paso pero aún así pregunto si podría bajar.
Pero no, es imposible, las lluvias de los últimos meses han sido tan intensas que el terreno hace peligrar ese descubrimiento en el año 1.987, que como consecuencia de la construcción de un aparcamiento se localizó este tesoro.
Y es que Cartagena es como “la ruta del tesoro”, conforme avanzas casillas vas descubriendo estas maravillas que se quedan para siempre , gracias al trabajo de limpieza, reconstrucción, de arqueólogos, arquitectos y por supuesto todos los que se unen para que nuestra ciudad siga creciendo.
¿Sabéis que la cripta cuenta con 110 nichos y que allí fueron enterrados en ataúdes de madera con sus alhajas los miembros de la Cofradía de San José?
Porque de la Cripta funeraria de la Ermita de San José, que data de los siglos XVI, XVII, se han extraído restos con el fin de protegerlos, porque las condiciones de humedad los estaban poniendo en peligro, y como dicen las chicas que me reciben en este lugar, también por su olfato, que aquello ya empezaba a oler y no era muy agradable.
Me he quedado con muchas ganas de bajar, con muchas, porque hasta hace poquito era posible. Bueno, no siempre se puede tener suerte. Pero me han contado que hay unas pinturas que simbolizan la Danza de la Muerte y que habían también algunos restos que se podían ver y….Pues que espero que se solucionen los problemas de la estabilidad del terreno y del edificio, y un día bajar esos escalones de uno en uno y tararear aquello que cantaba Mecano de “no es serio este cementerio” , mientras me deleito con los esqueletos que bailan y decoran los nichos de nuestra cripta.
FELIZ DOMINGO PÚNICO
EVA GARCÍA AGUILERA