EL PARIPÉ DE LAS ARMAS, por Ramón Galindo
Y con esto poco a poco en estos días de calimas saharianas cuyas lluvias ensucian todo, en la sobremesa de este domingo, enciendo el puro y empiezo a escribir. Me pongo como meta inalcanzable no hablar de política o de los desagradables acontecimientos que hemos ido viendo durante la semana, pero me resulta imposible.
Primero una gala de los Goya que se antes que un certamen de cine, más bien se ha convertido en una plataforma reivindicativa incluyendo los fines terroristas, a juzgar por un estafermo con faldas y de pelos morados que allí salió hablando del tema ¡Y lo pagamos entre todos!
No suelo ser creyente de actuales contubernios judeo-masónicos, ni de proyectos secretos de científicos locos que quieren destruir el mundo. Pero “estos tiparracos” me están quitando la venda de los ojos y estoy absolutamente seguro de que sus acciones van encaminadas a borrar cualquier síntoma de conducta o pensamiento que vaya en contra de sus objetivos ¡Y esas campañas existen! Podemos ya ha dado órdenes de vigilar a todos cuantos militares salgan en una fotografía levantando la mano, aunque sea para parar un taxi. A petición de Bildú y ERC, -justo los que no condenan el terrorismo y alaban a los que esquilman escaparates y tiran adoquines contra la policía- ahora van a someter a estrecha vigilancia a las mujeres de los coroneles que se pongan mechas, a los brigadas que lleven la Bandera de España en la mascarilla, o a los sargentos que les guste el futbol y los toros. Tratando así de eliminar la libertad ideológica que tanto cacarean y por la que tantos asesinatos cometieron. Y sí, no hay cosa más cierta en los últimos cuarenta y pico de años de historia, que ha sido sin duda la neutralidad de las FAS en activo y su alineamiento con el orden constitucional, y esto no cabe ni se puede generalizar en una democracia cuyo jefe del gabinete del vicepresidente de la ultraizquierda comunista es un ex JEMAD, o que una ex comandante sea diputada del PSOE, e incluso nos topamos con Guardias Civiles afines a los pensamientos afines a Podemos, pues es la propia Carta Magna la que protege la libertad ideológica, que esto no quiere decir que no se persigan los delitos derivados de esta, aun cometiendo las incongruencias de a pesar que en varios países de Europa están ilegalizados los partidos comunistas e incluso en el vecino Portugal los regionalistas, y ellos lo que se ahorran.
Y así Sánchez, con el ala escondida en asuntos COVID , para que se equivoquen los demás, solo se le ocurre “EL PARIPÉ DE LAS ARMAS” de ETA ¡O mejor dicho! no se le ocurre, sigue el guión que los otrora cómplices de los asesinatos, hoy aliados del Gobierno le marcan para borrar todas las evidencias, y al día siguiente acerca a presos por crímenes a sus casas.
Esas armas debidamente tratadas, (nada que unos puntos de soldadura no pusiesen arreglar) deberían de exponerse en un museo –quizá junto al Guernica- para que las generaciones venideras pudieran comprobar con qué herramientas de apoyo llegaron los comunistas al poder y como el PSOE, o mejor dicho Sánchez, una vez más esconde sus vergüenzas borrando pruebas, ya sea con la apisonadora, ya sea arrancando cruces en las puertas iglesias de los pueblos.
Y no voy a dejar en barbecho el asunto de las vacunas de Elena y Cristina, que ya no pertenecen a la Familia Real, ni perciben sueldo del Estado, con toda la libertad para visitar a su padre, anciano y enfermo y con la vergüenza de tener que amoquinar sus deudas –cosa que ninguno ni de unos ni de los otros, incluyendo a los sindicatos han hecho en este País- y que les hayan ofrecido vacunarse sin que al resto de los españoles nos cueste un duro ni “como otros” incluyendo niñeras y recaderas, le hayan arrebatado la vacuna a ningún español, máxime cuando a estos que nunca le salen las cuentas ni de los muertos, ahora resulta que les han desaparecido 30.000 vacunas, es igual que si recriminásemos a los calvos que libremente y pagándoselo de su bolsillo acuden a Turquía a ponerse pelo.
Y hablando de vacunas, para colofón, de nuevo el esperpéntico Simón, que nunca ha acertado en ninguna de sus predicciones, ahora nos sale con que solo quedan un par de meses (como sea igual que como lo de “uno o dos casos” vamos apañados).
Y así, hoy con una fotografía de ayer con un morlaco de más de seiscientos kilos, junto a la lumbre de la chimenea, como siempre a vuestra salud y en perjuicio de la mía, enciendo el puro de los domingos, que entre su aroma y los sabores del café, me incitan a escribir estas letras con la única excusa de enviaros un fuerte abrazo a a amigos y familiares.
RAMON GALINDO