PENSANDO EN VOZ ALTA: MANÍAS
PENSANDO EN VOZ ALTA
MANÍAS
Mañana, martes día 6 de septiembre, arranca la VIII edición de Cartagena Negra. Con esta columna pretendo que conozcan, un poco más, a algunos de los autores que participarán en estas jornadas.
Hace tres años ya publicamos una columna titulada “Manías de escritores” pero, no está de más conocer como se enfrentan al ‘folio en blanco’. Muchos de ellos se han ido incorporando posteriormente.
Una única pregunta:
¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
Sus respuestas…
José Francisco Alonso
Levantarme pronto y trabajar todos los días. Me paso las horas pensando en la historia. Hablo mucho con Loizaga, el personaje de esta serie de novelas. Las mejores ideas las encontramos juntos.
Jesús Boluda del Toro
Más que manías son métodos. Me levanto muy temprano a escribir, no por manía, sino por falta de tiempo... Suelo escribir en papel, y normalmente con pluma. El motivo no es otro que lo considero una primera toma de contacto con lo que quiero contar. Me di cuenta hace mucho que, si lo desarrollaba primero en papel en lugar de escribirlo en el ordenador, el procedimiento era más lento, y me permitía ir dándole forma a la idea. Cuando lo paso a ordenador, ya le termino de dar los retoques oportunos a las frases.
Teresa Cardona
Silencio – o Beethoven - y café.
Inés Doménech del Río
Que mi perrita Peke esté conmigo. Cuando era muy pequeña estuvo enferma y tenía que estar sobre mí, y nos hemos acostumbrado a hacerlo así.
Eduardo Fernán-López
Pues diría que bastantes. La más importante, tal vez, sea que siempre escribo por la tarde o por la noche, jamás por la mañana. Ni siquiera en vacaciones o los fines de semana. Lo hago en silencio, con el teléfono móvil lo más lejos posible y sin libros a mano, salvo lo que esté usando para la documentación. Soy bastante disperso cuando no consigo desarrollar una escena con claridad y cualquier cosa me despista. Por eso siempre escribo en casa. Las correcciones las hago tomando café, té o mate y no le dejo leer nada a nadie hasta que la historia no está totalmente desarrollada.
Empar Fernández
Solo una, pero innegociable. Silencio absoluto. Mejor todavía si estoy completamente sola en casa.
María del Pilar Fernández Senac
No soy muy de manías. Lo único que necesito tener para poder escribir es música, pero en realidad la necesito para casi todo, soy músico-adicta. Escucho cualquier cosa, desde la lista que spotify selecciona para mí, a alguna lista que me preparo y poco más, aparte de escribir cuando estoy inspirada, cuando siento que tengo algo que contar. Soy incapaz de ponerme delante del ordenador y escribir por escribir para borrarlo todo al día siguiente. Y eso es todo, no puedo permitirme demasiadas manías porque escribo en el comedor rodeada de dos niños que me reclaman a cada poco, así que ser maniática sólo me haría desesperarme.
Antonio Flórez Lage
Tengo muy poco tiempo para escribir, no me puedo permitir manías. Creo que no tengo ninguna.
Rafael Guerrero
Necesito silencio, escribo por las noches para que no entren llamadas ni mensajes. Ni estéviendo el email.
Myriam Imedio
Tener un café a mano. Y según la escena, poner música instrumental que me inspire. Tengo una mesa preciosa de escritorio que no utilizo, suelo escribir en la cama rodeada de cuadernos, libros, folios… Un caos organizado.
Jordi Ledesma y José Ángel Mañas
Fumarnos un canuto.
Men Marías
Orden absoluto. En el resto de facetas de mi vida soy un desastre, nunca sé dónde está nada, todo lo pierdo. Para escribir, sin embargo, lo necesito: no funciono entre el desorden. Ninguna más.
Mar Moreno
Suelo inspirarme con la banda sonora de Memorias de África. Igual que un deportista hace ejercicios previos para calentar, yo escucho siempre la misma música y entro rápidamente en calor.
Benito Olmo
Escribo un capítulo al día. Puede que alguno más, pero nunca menos de eso. Necesito silencio absoluto. Y el café que no falte. Ah, y nunca cuento lo que tengo entre manos hasta que está terminado. Creo que es más productivo «hacer» que «contar lo que estás haciendo».
Paco Rabadán Aroca
Mi única manía (si se le puede llamar así) es el absoluto silencio.
Es difícil conseguirlo en el centro de una ciudad como Alcantarilla, así es que para lograrlo me compré unos auriculares (cascos los llaman algunos) de esos que llevan en las obras la gente que maneja los martillos hidráulicos (también conocidos como motopicos) y me los pongo cuando voy a escribir. Eso es todo. Por lo demás, soy de lo más normalico.
Rosa Ribas
Más que manías, tengo costumbres: escribo a mano y en lápiz. Me gusta escribir en los cafés, en cuanto noto que pierdo la concentración, cojo mi cuaderno y un estuche con lápiz, goma y sacapuntas y me voy a algún café. En cuanto me siento, ya puedo seguir escribiendo. Bueno, esto ya lo había contado, lo que no he contado es que cuando trabajo en un café no me molestan la música y los ruidos y cuando trabajo en casa, en cambio, necesito silencio.
Beatriz Roger y Luiso Soldevila
No son maniáticos. Para escribir solo necesitan silencio y, sobre todo, sobre todo, ese bien tan escaso que es el tiempo. Lo sacan de donde pueden y se ponen manos a la obra. “Cuando algo te gusta tanto como a nosotros escribir, es un placer hacerlo y las dificultades las conviertes en oportunidades”.
Mónica Rouanet
Jajajaja, nunca me había parado a pensar en mis manías a la hora de escribir, ero ahora que lo dices…
1.Siempre retomo desde dos páginas atrás cuando me pongo a escribir.
Ni una ni tres, dos.
2. No te lo vas a creer, pero escribo sentada en el sofá, descalza, con las piernas estiradas sobre una mesita baja y el portátil apoyado en las rodillas.
3. Abro varios diccionarios online y me rodeo de otros tantos en papel.
4. Uso el buscador para localizar palabras acabadas en mente. Suelo eliminarlas.
5. Cuando llega el momento de repasar mis novelas necesito que estén en papel.
Y creo que ya, salvo que en mis novelas siempre mato a alguien.