PENSANDO EN VOZ ALTA : NUNCA
PENSANDO EN VOZ ALTA
NUNCA
Nunca he militado en ningún partido político, ni he tenido carnet que me asociara a alguna formación o grupo de personas. Los que me conocen me han oído decir, una y mil veces, que tengo D.N.I. porque es obligatorio, si no tampoco lo tendría. Bueno, cuando fui universitario porté el correspondiente.
No le tengo cariño ni animadversión a ninguno -me refiero a partido político- porque, en definitiva, todos son iguales (por lo menos en nuestro país, ESPAÑA) en lo referente a la estructura. Alguien me dirá que estoy equivocado y si me lo demuestra, rectificaré. Digo lo de la estructura, porque por encima de: Asambleas nacionales, comités nacionales, asambleas regionales, comités regionales, asambleas locales, comités locales, reunión o círculo de inscritos e inscritas, comités federales, grupúsculos varios, en fin… repito, por encima de toda esta parafernalia está el dirigente de turno, sumo hacedor al que todas las personas apuntadas deben la máxima obediencia: «Haz lo que yo digo porque si no, adiós». Sea cual sea el grupo político. Lo estamos viendo estos días. El que opina y piensa distinto “puerta”. Y dicen que hay democracia y que hay libertad de pensamiento; permítanme unas risas.
Es tanto el ego que tiene el “mandamás” de turno, que lo que han hecho los “mandamases” anteriores, normalmente, no vale. Cada uno ha de imponer su criterio y, como los gatos, marcar su territorio (pero, ya quisieran parecerse a los gatos). Ha de ser muy cansado el estar permanentemente en guardia para que nadie ose hacerle sombra. Es tal la paranoia que, repito y reitero, con tal de ser el “amado líder” no les importa decir “blanco” en una parte del suelo patrio y “negro” en otra y si es preciso, también, se apuntan al “gris”.
Obedece al líder, no pienses por tu cuenta, pide permiso para todo, sonríe y aplaude al “tótem”, no hagas esto, no hagas lo otro, haz esto -que igual yo lo cambio y te hago quedar mal ante la asamblea o ante el comité-… qué triste y qué cansancio.
Alguna vez he comentado que, en un momento de mi vida, todos los partidos políticos me tentaron -amén de ofrecerme oro, poder y gloria- para que formara parte de los mismos. Uno a uno rechacé todas las propuestas, excepto uno -éste, realmente, oro poco; algo de poder y la gloria estaba por ver-. Me llamaron, me animé y asistí a una sesión del comité o asamblea provincial de ese momento. Y remedando el dicho latino: «Llegué, vi y… me fui». Ni 48 horas duré. Reconozco que lo mío es equivocarme por mi cuente, sin ayuda de nadie.
Lo de la obediencia ciega al “máximo”, y si no a la calle, lo estamos sufriendo en la trimilenaria. Les recuerdo que la alcaldesa, socialista, ha sido expulsada, junto con otros cinco compañeros, del partido. Su pecado, pensar por si mismos sin, al parecer, consultar con la cadena de mando correspondiente. Servidor ni aplaude, ni deja de aplaudir la actitud de la alcaldesa y sus compañeros, pero me da mucha pena que cuestiones así, ocurran. Pienso que quien está a pie de obra y conoce el terreno es el que ha de decidir en cada momento y, posteriormente, comunicarlo a quién corresponda. Tengamos en cuenta que no es lo mismo, por ejemplo, regar en Galicia que hacerlo en Murcia. Se infiere, de todo esto, que el pensar por cuenta propia perjudica la salud… y el bolsillo.
Como persona curiosa y atenta a los vaivenes políticos, presumo que vamos a tener unos días curiosos en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Gobierno formado por dos partidos -PP y Ciudadanos- vigilados, muy de cerca, por VOX. Los elementos de ambas formaciones gubernamentales ¿a quién obedecerán?, a papá o a mamá, o al tito. Digo obedecerán porque, evidentemente, no les estará permitido, visto lo visto, pensar y actuar por su cuenta ya que antes que la expulsión está la pela y, todos sabemos, que “la pela es la pela”.
Una última reflexión: Los elementos que conforman las distintas formaciones, antes o después, acaban como sus partidos… o sea… partidos. Por eso yo ¿en un partido?, nunca.