Opinión

PENSANDO EN VOZ ALTA: ¡QUÉ PENA!

PENSANDO EN VOZ ALTA: ¡QUÉ PENA!

PENSANDO EN VOZ ALTA

¡QUÉ PENA!

¡Qué pena! Efectivamente, una pena que haya llegado a su final la VIII edición de “CARTAGENA NEGRA”. Durante cinco días hemos disfrutado de LITERATURA con mayúsculas. Clubes de lecturas. Presentaciones de novedades. Mesas redondas. Firmas de autores. Visiones de cortometrajes negros. Concurso de microrrelatos. En definitiva, cinco días de cultura alrededor de, si no recuerdo mal, treinta y cuatro autores. Autores venidos de diversos puntos del suelo patrio: Canarias, Galicia, Andalucía, Madrid, Mallorca, Cataluña, Murcia… Un auténtico tour cultural. Curiosamente los premios, Icue Negro, de novela Cartagena Negra y el de cortos cinematográficos han emigrado a Andalucía. El de microrrelatos ha quedado en la región.

¡Qué pena! Más, que alegría por la respuesta del público, todos los días han acudido numerosos lectores ávidos de acompañar a sus admirados y leídos autores. Se veía alegría en cada persona cuando podía departir y ver que ese autor que tanto admira es real y puede ‘tocarlo’. Desde aquí no me queda más que dar las gracias a todas las personas que nos han echado una mano a sacar adelante esta maravillosa locura; sin ellas no tiene sentido nada de lo creado y preparado, el esfuerzo se ve recompensado por sus intervenciones y aportaciones. Nos dan fuerza para comenzar a idear cuestiones para la siguiente edición, la ‘IX’.

¡Qué pena! Ayer domingo falleció el autor Javier Marías. Nacido el 20 de septiembre del año 1951. Confieso que comienzo a tomar nota, yo soy de agosto de dicho año 1951.

Siempre he manifestado que el morir no me preocupaba ni me causaba un problema. Nunca me ha obsesionado algo que, en un momento o en otro, llegará de forma natural e irremediable; no así el hecho de nacer y, aquí, recuerdo las palabras de Sándor Márai: “Nacer no es una experiencia, porque es accidental: nos pasa sin más, de forma involuntaria. La muerte si constituye una experiencia, puesto que nos sobreviene contra nuestra voluntad”.

Reitero que nunca me ha preocupado ni he tenido miedo a morir, más, he de confesar que llevo unos meses inquieto, preocupado, asustado (aún no queda claro) porque una serie de amigos relacionados con la literatura, escritores los más: Fernando Marías, José Javier Abasolo, Domingo Villar, Asensio Piqueras… y ayer, repito, Javier Marías, han viajado a la eternidad, han viajado al recuerdo.

Tengamos en cuenta que la muerte no siempre se presenta como el último destino dictado por el curso biológico de la existencia. Puede aparecer de forma imprevista en cualquier momento… esta es mi zozobra.

Por lo que veo, no estoy solo en esta trinchera del miedo y, en ella, mi mente, como apunta Köstler, se vale de mecanismos para alejarse del pensamiento de la muerte. Así es capaz de dividir en dos mitades la conciencia para que una de ellas examine fríamente lo que la otra está experimentando.

Si nunca me ha preocupado el morir; pues con la fecha de caducidad, nacemos; ¿por qué ahora sí? Será porque uno tiene una edad y vas viendo, que otros con edad similar, ocupan tu mente dejando libre el espacio físico.

Tengo que tranquilizarme y relajarme, pues de otra forma puedo caer en una depresión… me evade y me hace mucho bien, lo recomiendo, este pequeño ejercicio de meditación: Haz una respiración profunda y siéntete totalmente relajado… deja que todo se aquiete… siéntete profundamente presente… de forma natural y sin esfuerzo… Te acabas de sentar para vivir un momento… un instante eterno… no lo pierdas… éste es un momento único, el de ahora mismo… Trata de sentir cada cosa… tal y como es… mantente presente… atento… despierto y relajado. De esta forma avanzamos más profundamente en el estado natural, en el estado desnudo del ser auténtico. Necesitamos una transformación del aquí y del ahora. Es un renacimiento espiritual que aleja el miedo al morir.

Respiro profundamente, me relajo y comienzo a darle vueltas a la “IX EDICIÓN DE CARTAGENA NEGRA”, del 5 al 9 de septiembre de 2023.