Viernes de Dolores

Viernes de Dolores.
Fue en el año 1978 cuando se creó la Agrupación del Cristo de la Misericordia, junto a la Virgen del Rosario, entonces de la Amargura, San Juan y lo que más tarde sería la Sentencia, hay que reconocer que crearon un nuevo proceso y un tanto anacrónico, antes desconocido, de fundación y creación de agrupaciones de Semana Santa en la ciudad y que tomaron un cariz difícil a la vez que proscrito para la tipología y el estamento representativo de la Pasión en estas trimilenarias tierras.
Corría el año 78 cuando la Cofrada del Cristo de la Misericordia y Virgen de la Amargura, cuyo presidente solicitó el reconocimiento de cofradía, a lo que, se negó rotundamente el Obispado, dando comienzo un peregrinaje para intentar incorporarse a la cofradía encarnada. Aquello produjo un sinfín de reuniones de la Mesa de la misma, y una batalla de opiniones, aceptándose que procesionara el Martes Santo, aunque ello no se llevó a cabo por problemas técnicos de estas nuevas agrupaciones. Aquella era la estampa que la prensa local ofrecía un mes antes del comienzo de la Cuaresma en Cartagena.
Un año más tarde el Cristo de la Misericordia y Virgen de la Amargura, los mismos que el año anterior no se integraron en la Cofradía California, tras el vendaval que produjeron, sí lo hicieron en la del Cristo del Socorro y, en la tarde del Viernes de Dolores, desde la iglesia de Santiago Apóstol en Sta. Lucía, se dispusieron en procesión penitencial. El itinerario que siguieron fue: calle Sepulcro, plaza Constitución, Paseo Delicias, calle Trovero Marín, plaza Bastarreche, calle San Diego, para recogerse en el Hogar-Escuela “La Milagrosa”. Tres imágenes la formaron: Cristo de la Misericordia y San Juan, obras de García Mengual y Virgen del Rosario, de Salzillo, todas agrupadas en una sola peana, que fue portada por tan sólo 40 portapasos, éstos insuficientes para el esfuerzo a desarrollar y así hicieron un desafortunado el desfile. El rayo de luz de una cofradía, la del Socorro, histórica y longeva acogió a los que se declaraban relegados en su devoción por los poderes místicos. El Cristo, la Virgen y el resto de penitentes y devotos proscritos se incorporaron a la Cofradía del Socorro y fue en un año cuanto menos significativo para la Semana Santa cartagenera ya que se sumaban unas nuevas agrupaciones en una antigua cofradía cuando una profunda crisis económica azotaba a nuestros desfiles y devociones. Todo comenzaba en el mes de febrero, un mes movido previo a Semana Santa.
Este año fue cuanto menos curioso para la historia de nuestros desfiles, a pesar de los problemas económicos que sufría el gobierno municipal, se entregó por parte de éste un cheque por valor de 2,5 millones de Ptas. Objetivo del mismo: contribuir a facilitar el feliz desarrollo de las procesiones. La precariedad económica del momento hizo impulsar una campaña radiofónica “in extremis” con el fin de recoger fondos para la Semana Santa. Diez millones era el presupuesto para poner las procesiones en la calle y D. Adolfo Fernández, director entonces de Radio Juventud de Murcia, dirigió la campaña; ésta se realizó del 5 al 9 de marzo del 79, entre las 10.30 h. de la noche y las 02.00 de la madrugada. La campaña fue un rotundo éxito, en la primera jornada se consiguieron 400.000 ptas. o, lo que era lo mismo, cuatro tronos en la calle. A la 01.20 h. de la madrugada del día 8 de marzo se alcanzaban los dos millones de Ptas. Finalmente fueron 7.469.000 Ptas. el dinero recogido. Esto fue sin duda un bellísimo milagro de los cartageneros. Cartagena no sería igual si no tuviera sus cofrades y su Semana Santa y en esta se incorporaba de puntillas el Cristo de la Misericordia. De madrugada, cerca de las tres de la mañana, se encontraba la iglesia de la Caridad llena de cofrades junto con el Obispo Azagra, dando gracias a Cartagena y a nuestra Stma. Virgen de la Caridad.
La cofradía del Socorro continuo su protagonismo el Viernes de Dolores en una procesión vespertina que se integró en esta Cofradía y salió desde Santa Lucia, controvertida sin duda, de la que aún, perviven sus secuelas, dentro de la Cofradía California y dentro de la del Resucitado y además, con paso firme, el antiguo Cristo de la Misericordia este año paseando por las céntricas calles departamentales más allá del Lago.
Ese mismo año, el jueves 13 de marzo se celebró una subasta benéfica con el mismo fin, recaudar fondos. Fue más de medio millón de Ptas. lo recaudado y, curiosamente, 100.000 Ptas. fueron gracias al entonces Presidente de la Generalitat de Cataluña, Sr. J. Tarradellas, todo un éxito que llegó más allá de las fronteras regionales y así en una Semana Santa conformada por un crisol de sucesos sorprendentes el día 6 de abril de 1979, un Viernes de Dolores, se desarrollaron los actos tradicionales, la exaltación a nuestra Patrona y la ya tradicional “Ofrenda Floral”, aunque en términos procesionistas, tendría una variable muy importante, y así, la cofradía que quiso ser y no fue, el Cristo de la Misericordia y Virgen del Rosario, los mismos que el año anterior no se integraron en la Cofradía California, tras el vendaval que produjeron, sí lo hicieron en la del Cristo del Socorro y, en la tarde del Viernes de Dolores, desde la iglesia de Santiago Apóstol en Sta. Lucía, se dispusieron en procesión penitencial, un cortejo lleno de inquietudes, de dudas y temores…, y que ha llegado hasta aquí y no por casualidad, con caminos diversos y excepcionales ya que las determinantes y aleatorias fuerzas del destino lo han puesto a prueba permanentemente y no tengo dudas de que la Divina Misericordia ha sido una constante en sus latidos pasionales.
Posteriormente, el Cristo de la Misericordia se vinculó a la Cofradía California junto a la Virgen del Rosario desfilando en la tarde del Viernes de Dolores, ésta ya bajo palio y San Juan formó parte de la nómina del Resucitado, esto fue en 1983 y al contrario que sus hermanos marrajos y californios en lugar del águila imperial eligieron como escudo la Cruz de Malta, origen de los Hospitalarios.