CASTILLO DE SAN JULIÁN, A VISTA DE PÁJARO

CASTILLO DE SAN JULIÁN, A VISTA DE PÁJARO

CASTILLO DE SAN JULIÁN, A VISTA DE PÁJARO.

Prometo no volver a ponerme límites, porque las cosas poquito a poco se consiguen, y vaya si lo conseguí el sábado pasado. ¡ Subí al monte de San Julián!, y no, no es ninguna tontería, porque es el de mayor altura de todos los que tenemos cerquita a nuestra ciudad, con 292 metros de cota más alta.

Y muchos diréis, ¡ni que hubiera hecho la ruta de las fortalezas!, y no, no la he hecho, pero cada uno sabe cuáles son sus limitaciones, y dentro de ellas en la vida siempre hay que mirar al frente e intentar dar un paso más.

Fui por el interés de disfrutar de la fortaleza que tantas veces observé desde abajo, y si queréis que sea sincera, casi al principio, donde hay una especie de lago con agua estancada miré hacia arriba y dije, me doy la vuelta.

Pero respiré y pensé, para y descansa las veces que necesites. Así que entre eso y que de repente el cielo se nubló y las gotas de lluvia empezaron a caer sobre mí….

Decirme, ¿hay algo mejor?, así que con la música de la película de Rambo en mi cabeza, y sobre todo con el consejo de mi acompañante de que no hablara en la subida, de repente me sentí más orgullosa de mí misma en muchos años.

Y cuando llegué a la cima y me acerqué al borde, me quedé más muda de lo que estaba, viendo semejante paisaje.

¡Cómo cambian las cosas según desde donde se observan! Inhalé todo el aire que pude, suspiré ante tal espectáculo y después aproveché para hablar todo lo que no había hablado en la subida, a hacer fotografías, a preguntar qué era todo aquello que tenía ante mis ojos y echando de menos a mi amigo Juan Andrés, porque con él todo hubiera sido distinto. Es un pozo de sabiduría en esta materia, y  hoy aunque en la distancia, me ha enseñado y ayudado en muchas cosas.

Por ejemplo, que todo lo que me llamaba la atención que parecía flotar sobre el mar,  era el atraque de metaneros de la planta de regasificación de Enagás.Menudo paisaje, menudo lujo todo lo que tenemos en nuestra ciudad, siempre nuevos rincones para descubrir o para sorprendernos al volver a verlos desde diferentes perspectivas.

Y claro, en la cima de este monte en el que me ha faltado clavar una bandera por si no vuelvo a tener fuerza para subir,  tenemos el CASTILLO DE SAN JULIÁN y junto a él las explanadas de la batería General Ordóñez.

Y no creáis que este castillo se construyó en dos días, que empezó en tiempos de Carlos III y finalizó en 1.883. Empezó muy bien, pero le cogieron la avanzadilla los castillos de Galeras, Atalaya, Moros¿Os podéis creer que la construcción finalizó cien años después que los castillos vecinos? ¡Pobre castillo de San Julián!, aunque viendo el lado positivo, tuvieron tiempo suficiente para que la evolución del armamento le proporcionara una mayor diversidad defensiva, entre otras el sistema atenazado, poligonal, abaluartado… ¿Sabéis que Cartagena es una de las plazas con la mayor diversidad de sistemas defensivos?

¡Mi cámara de fotos no se puede controlar!, hay una torre circular que me dicen que fue el primer elemento arquitectónico y es del año 1.812. Me cuentan que tenía capacidad para una veintena de hombres, que tenía un aljibe y espacio suficiente para los alimentos necesarios, para subsistir en tiempos de vigilancia y para tener preparada la munición.

Y también, qué horror, hay un montón de contaminación visual. Está repleto de antenas de telecomunicaciones, y es que no sé si lo sabéis, pero en 1.995 TELEFÓNICA pasó a ser la propietaria de la fortaleza. Y aunque la normativa dice que en los monumentos declarados Bien de Interés Cultural (B.I.C) queda prohibida la colocación de antenas y conducciones eléctricas.

Estoy ilusionada, y ya he advertido que una vez arriba y sin saber si volveré, voy a dedicar todo el tiempo que me plazca en recorrer cada rincón, así que no me metan prisa.

Me paro y observo la caponera repleta de aspilleras para tiro de fusilería, y no puedo dejar de traerme esta fotografía a casa. Aspilleras, desconocía ese nombre hasta que hice una ruta guiada por la fortaleza de Fajardo, perdonar mi ignorancia pero así fue. ¿Y sabéis que la caponera de San Julián también tenía una poterna pero se encuentra tapiada? Una poterna, para el que no lo sepa, es una especie de puertecilla en una muralla. ¡Anda que no aprendo yo con estas excursiones!

¿Pero a que estáis de acuerdo conmigo que no hay nada mejor que aumentar vocabulario, investigar y conocer nuevas cosas?

¿Por qué me gustarán tanto los lugares abandonados, y esas puertas con ese olor a óxido que parece que quieren que adivines cuánto tiempo, lluvia, y frío ha pasado por allí?

Esa puerta que me dicen que puede ser, según un plano consultado por mi amigo, el pabellón del gobernador del castillo. Ummm, suena bien, pero ya me deja claro que por mucho que lo intente, todo lo que no está en uso ya se encargaron de tapiarlo.

¿Y eso que parecen raíles, que hay dos y mantienen la simetría en mi campo de visión? ¡Juan Andrés, sácame de dudas! Y me responde con tristeza que son los raíles donde rodaba el contrapeso del puente levadizo de la entrada principal. ¡Qué pasada, un puente levadizo! Y me cuenta que el contrapeso desapareció hace unos años, al igual que las dobles puertas de la entrada actual.

Y como no iba a ser de otra manera, rebusco entre anécdotas de esas que me ilusionan conocer, sobre todo cuando los protagonistas han sido de esos que marcaron historia y que todos conocemos.

¿Os acordáis de Antonio Tejero verdad?, menudo susto, todavía recuerdo la cara desencajada de nuestros padres ante la incertidumbre de aquel “¡todo el mundo al suelo! Pues iban a recluirlo en San Julián en el año 1.982, en aquel año donde los de mi generación lo recuerdan por “naranjito y el mundial 82”. Pero debido a las malas condiciones de conservación del castillo, que ya por aquella época la instalación eléctrica era de dudoso funcionamiento, la carencia de aseos en los alojamientos, fue trasladado al Penal Naval de Santa Lucía.

Y es que este castillo desde el año 1.947 quedó fuera de servicio como batería de costa, siguiendo sólo como prisión a cargo del Gobierno Militar,   hasta la década de los ochenta.

Y como siempre, en estos lugares donde se almacena munición, en algún momento se han llevado un gran susto. Y así fue como se recuerda el accidente ocurrido el veinte de mayo de 1.898, donde sumaron  más de tres decenas de personas entre heridos y fallecidos. Un almacén de proyectiles y un taller anexo sufrieron una explosión, lo que provocó grandes desprendimientos y la caída de obuses y cascotes sobre aquellos obreros que por aquel entonces trabajaban en la construcción de Trincabotijas.

Esta es la parte mala, una pérdida humana siempre es una huella que se quiere mantener viva, y estos recuerdos consiguen que no caigan en el olvido.

Y entonces miro el reloj, y saco cuentas, porque todavía toca bajar. Así que giro sobre mí, y observo esa chimenea que parece que fue ayer cuando se inauguró y en mi barrio gritaban aquello de “no queremos humo, queremos aire puro”. La chimenea de la antigua fundición en Santa Lucía de Peñarroya.

Y me recreo en el baile de colores de los contenedores en el muelle.

Y camino sobre eso que parece un tejado y me hace sentir libre, y vuelvo a mirar al cielo, imaginando que si lo intento, puedo tocar una nube de algodón.

FELIZ DOMINGO

EVA GARCIA AGUILERA