CURIOSIDADES, ANÉCDOTAS Y PERSONAJES DESDE EL PALACIO CONSISTORIAL

CURIOSIDADES, ANÉCDOTAS Y PERSONAJES DESDE EL PALACIO CONSISTORIAL
Si hay un lugar que es de todos en la ciudad de Cartagena, es nuestro Palacio Consistorial. Edificio de belleza infinita que no me canso de visitar. Y cada vez que lo hago es de manera diferente. Tuve la suerte de subir hasta el reloj, en otra ocasión como una gata por sus tejados, otras sintiéndome princesa al subir por su escalera mágica y envolvente.

¡Pero tienen sus paredes tanto que contar! Cuadros de grandes pintores que llevan detrás historias increíbles. Algunos de los retratados dan nombre a las calles que de manera cotidiana pasamos por ellas sin pararnos a pensar el porqué de su nombre. Otros representan a personas pioneras, alcaldes, defensores de la historia, inventores e incluso a santos.
Y no sería suficiente con leer el texto a pie de cuadro, para mí no. A mí me gusta escucharlo todo desde la sabiduría, la ilusión y la voz envolvente de Juana Mari, mi guía favorita, una ilusionada de la vida con la que cada vez descubro muchas más maneras en común de ver y observar la vida.
Siempre que podemos intentamos cuadrar horarios y vernos para disfrutar juntas de esas curiosidades que a todos nos encantan.
Con la cara sonriente me pregunta Juana Mari si me gusta el edificio del Casino de la ciudad. ¿Crees que hay alguien al que le pueda pasar desapercibida esa joya modernista?, le contesto.
Pues el Casino fue la casa de este señor que ves aquí retratado, el Marqués de Casa-Tilly. Y la verdad es que cuando ves retratos de la época, al menos a mí me pasa, que no les presto demasiada atención. Pierdo mi mirada en las columnas de mármol, en las cúpulas con vidrieras… Pero cuando te das cuenta que cada una de esas personas lleva detrás una historia especial, la cosa cambia.
Pues este hombre fue Capitán General de la Armada y Alcalde Regidor perpetuo de Cartagena. Y cuando dejó de vivir en el edificio del Casino, su casa, se la pasó a su hija y a su yerno, Francisco de Borja y Poyo. Un hombre que destacaba por su gentileza y que se le acusó de afrancesado, ya que en aquel momento, comienzos del siglo XIX, comenzaba la invasión francesa.
Y al pobre hombre lo asesinaron. Dicen que fue arrastrado desde el Casino hasta el Arsenal. Hoy se encuentra junto a su esposa enterrado en la Basílica de la Caridad.
¿Y qué ocurrió con la casa? Pues que fue arrendada hasta ser vendida y convertirse en el edificio del Casino de la ciudad.

¡Vaya, vaya lo que lleva detrás cada pintura!
Juana Mari me hace un gesto con su mano para que me acerque a observar a Mariano Sanz Zabala, que fue alcalde de Cartagena. Él puso la primera piedra en 1900 de este edificio en el que nos encontramos. ¿Y sabéis también dónde? En la Escuela de las Graduadas, en 1903.
Y hablando de la Escuela de las Graduadas, ¿sabéis que el Ayuntamiento de la ciudad envió a dos profesores a Europa para que aprendieran de su sistema de enseñanza y luego llegaran aquí repletos de sabiduría? Y sirvió de mucho, ya que en Cartagena se inauguró el primer Colegio Graduado de España.
Y esos dos grandes hombres, dan nombre a dos calles que tenemos por la zona de El Corte Inglés. Félix Martí Alpera y Enrique Martínez Muñoz. Así que cuando paséis por allí ya sabéis algo más de ellos.
Dicen que la curiosidad mató al gato. Yo me siento un poco gata, y si vosotros también os sentís curiosos, tenemos para aprender un montón de cosas. Ya sabéis, tenemos siete vidas.
¡Qué hombres más serios observo en los retratos! Con lo poco que cuesta sonreír, sobre todo si tienes historias detrás que has vivido y que nos han dejado huella. Marcos Jiménez de la Espada, serio, serio. Seguramente será porque su calle ha sido coloquialmente llamada en mi época estudiantil la calle de los pijos. Era una calle donde teníamos un montón de locales donde jugar al futbolín, tomar una cerveza y lugar directo al que acudir cuando alguna clase del instituto nos aburría más de lo normal. Y claro, al hombre, que fue zoólogo, explorador y escritor, que su calle sea recordada como la calle de los pijos…

¡Participó en la última expedición que hizo España al Pacífico! Publicó trabajos sobre Geografía e Historia del continente americano. Y entre otras cosas accedió a la presidencia de la Sociedad Española de Historia Natural.
Así que yo creo que los de mi generación ya podemos empezar a llamar a esta calle por su nombre, ja,ja.
También os sonará la calle Manuel Wssel de Guimbarda. Muchos de los retratos que tenemos en el Palacio Consistorial son suyos, así que no se os olvide que fue un pintor muy reconocido.

¿Os cuento una cosa? Shhh, lo hago flojito, como me lo cuenta Juana Mari a mí. La madre de Caridad la Negra fue la musa de este pintor, y más tarde, cuando Caridad la Negra tenía 14 o 15 años, también.
¿Y sabéis de qué me he enterado? Que el rostro de María Magdalena de la iglesia de la Caridad, es la de Caridad la Negra. Seguramente muchos lo sabríais ya, pero a mí me ha dejado impactada y lo comparto con vosotros. Y sí, seguro que muchos iréis un día de estos a verla.
Y ahora entro en mi parte favorita, la de esos cuadros que siempre me paro a mirar, vaya las veces que vaya. Los Cuatro Santos. Ya os he dicho que entre las pinturas, no faltaban ni los santos.
Porque hay una zona donde se encuentran sus padres, el Duque Severiano, que tiene su calle entrando por la Alameda de San Antón y su mujer Teodora. Me comenta Juana Mari que a ella no le concuerda mucho la vestimenta con el siglo de los cuadros, aunque cuando hablamos de ellos o de sus hijos, según de donde recabemos la información, puede variar bastante.

Los Cuatro Santos, San Isidoro y San Leandro, pintados por Vicente Ros. Y Santa Florentina y San Fulgencio, obra de Portela.
La familia vivió en una casa bajo el Parque Torres, que luego fue derruida. El padre fue gobernador de aquella zona en el momento en el que estaban aquí los visigodos arrianos, siendo la familia hispanorromanos cristianos. Existía por tanto diferente tinte religioso.
Cuentan que se marcharon a vivir a Sevilla, y aunque los sevillanos decían que el hijo menor, San Isidoro, era de allí, si escuchamos y leemos todo lo que se ha dicho sobre ellos, nació en este, nuestro trocito de mediterráneo.
Es conocido como San Isidoro de Sevilla, porque durante 30 años fue arzobispo allí, y San Isidoro de León, porque su cuerpo yace en esa ciudad.

Juana Mari, ¿y cómo se hicieron los cuatro hermanos santos?, le pregunto. Porque la verdad, me llama mucho la atención.
Y ella me contesta que quizá hoy en día no lo hubieran sido, pero que desde el inicio de la Edad Media se sentaron unas bases para poder llegar a la Santidad, y como ellos siguieron luchando contra el arrianismo visigodo y fundando conventos…
En nuestra iglesia de Santa María de Gracia, en el altar, tenemos las esculturas de nuestros Cuatro Santos, cuatro obras de Salzillo que fueron salvadas de los bombardeos de la Guerra Civil.

Cuentan que Federico Casal, cronista de la ciudad, los sacó de la Capilla del Concejo de nuestra catedral. Los salvó de ser derruidos por las bombas de aquella guerra maldita, y hoy los tenemos en ese altar para el deleite de todos.
Y aunque sus restos mortales están en León San Isidoro, en Sevilla San Leandro y en un pueblecito de Cáceres, Santa Florentina y San Fulgencio, a veces, si agudizamos el oído, podemos escuchar el latido de sus corazones al pasar por la calle Cuatro Santos.
FELIZ DOMINGO
EVA GARCÍA AGUILERA