SEPTIEMBRE

SEPTIEMBRE

¿Qué nos traes, septiembre? Nuestro noveno mes en este recorrido por las cuatro estaciones que  nos regala la vida, nuestro mes de intensos treinta días que devoramos con la emoción del niño pequeño, que dando sus primeros pasos se acercó a la orilla de tu mar tranquilo y sonrió sin saber porqué.

Despedidas y reencuentros, risas y sonrisas relajadas que acompañan los recuerdos de atardeceres rojizos, cuando todavía no empezabas a despojarnos suavemente de esos minutos eternos de sol.

Así, sin darnos cuenta, nos cambias el color del cielo, el alboroto por la voz de nuestro mar. Así, sin darnos cuenta, silencioso y despacito nos vas calmando y adentrando en lo más profundo de ti.

Porque tú, septiembre, eres el mimado entre tus once hermanos. Porque tu comienzo arrastra la continuidad del sol, la música, las cervezas que brillan y provocan carcajadas con los amigos de siempre. Y porque sólo tú sabes guiar nuestra desazón ante esos nuevos comienzos, para que todo sea más fácil.

Eres principio y fin del descanso estival de muchos, eres ese olor inolvidable  a libros nuevos en el inicio del curso, a la goma de nata Milán, a la caja de rotuladores Carioca, la de entonces, la de treinta y seis , esa que pintaría de colores nuestra inocencia.

Vistes de luces festivas nuestra ciudad, sus pedanías, los ojos alegres de sus gentes. Caballitos que suben y bajan, la noria de antes que hoy sigue girando y girando, para que desde lo más alto grites y grites de emoción.

Así eres tú, septiembre. Llenas de verdadera vida nuestras calles, de  un ir y venir de todos nosotros que ansiábamos volver a verte. Tú, nuestra ciudad  a la  que por un tiempo dijimos hasta luego, pero  dejamos sus puertas abiertas y un cartel de bienvenida para el disfrute de su belleza interminable, de los rincones escondidos, de los edificios emblemáticos, de su mar y su montaña…., a todos aquellos que te eligieron para su descanso, que abrieron sus maletas repletas de  curiosidad aquí, y sus pasos dejaron las huellas sobre nuestra historia.

Y hoy, me encontré contigo, con el auténtico, con el de esos días lluviosos y grises en el que el sol asoma tímido y cálido. Así que me senté, justo ahí, donde me gusta observarte, en esos escalones de mi puerto donde la inmensidad me abraza y me regala el silencio. Donde la magia surge cuando observo a lo lejos el cortejo entre mis faros, el de Curra y el de Navidad, el verde y el rojo.

Comienzan los guiños coquetos e ingenuos, primero uno, luego el otro. Parece que el rojo insiste y el verde se quiere hacer el interesante, y ahí me quedo, inhalando ese espectáculo de complicidad que sólo tú, mi septiembre, el septiembre de todos, nos traes envuelto con un lazo de esperanza a los nuevos comienzos, a los reencuentros con abrazos sin miedo, a las sonrisas sin ocultar de los niños, a las fiestas infinitas, a los besos sonoros a nuestros abuelos, a compartir…..Ese eres tú,  nuestro regalo a la responsabilidad.

FELIZ DOMINGO DE SEPTIEMBRE

EVA GARCÍA AGUILERA

LA VENTANA DE EVA